Cientos de marroquíes intentan cruzar a Ceuta en una noche de niebla

La niebla de esta madrugada en Ceuta ha llevado a cientos de marroquíes, muchos de ellos menores de edad, a un intento desesperado por cruzar a la ciudad.

A la carrera, desde primera hora de la noche, emprendían ruta hacia la frontera con el ánimo de echarse al agua para bordear el espigón del Tarajal.

La Guardia Civil ha vuelto a desplegar a todos sus efectivos, mientras que en Marruecos llegaban refuerzos en cantidad para intentar blindar la huida hacia Ceuta.

Esta vez sí que, a diferencia de otras noches, el aumento de efectivos marroquíes era notable. No solo con embarcaciones para recoger gente en el mar sino con gran cantidad de unidades terrestres para blindar el acceso a la altura del hotel Ibis.

Las imágenes llegadas desde el lado marroquí mostraban a vehículos llegando de urgencia a la zona mientras la gente se echaba al mar. Incluso en la orilla estos aspirantes al cruce hinchaban sus flotadores.

Mientras se desplegaban las unidades marroquíes la gente se estaba echando al mar y otros ciudadanos asistían desde el paseo marítimo atónitos a esta situación.

Marruecos tiene la encomienda de trasladar al sur a todos los que intercepta a modo de presión para aminorar estas prácticas.

Es una especie de castigo impuesto. La presión social sobre el vecino país es clara tras los casos de desaparición que se están denunciando y los muertos hallados.

Y mientras eso ocurría en el vecino país, en Ceuta volvía a activarse una vez más todo el protocolo que, ya de forma habitual, se repite en la frontera sur.

Los búhos alertando de las personas en el agua, las patrullas de costas recogiendo a pie de playa a gente exhausta, ciudadanos que acudían a ayudar con prendas para dar calor a los que llegaban…

Y a todos ellos se sumaba el Servicio Marítimo que volvía a recoger a gran cantidad de personas en el mar para acercarlas después a los arenales al lado del espigón para su devolución a Marruecos.

Esto se ha repetido durante toda la noche y de ello han sido testigos las cámaras de FaroTV.

Conforme se va localizando a gente en el mar se procede a su entrega a Marruecos después de verificar si se trata de adultos. Durante toda la noche se han acumulado personas en la aduana para iniciar con Marruecos los trámites de esa entrega.

Es un proceso tan habitual, tan repetido en el tiempo, que hace olvidar el auténtico drama que se esconde tras estas imágenes. Precisamente este jueves la Ciudad organizaba un gabinete de crisis para pedir auxilio al Estado dada la cantidad de menores que están entrando, alcanzándose picos históricos propios de 2019 con más de 400 acogidos.

La petición institucional se enmarca en un periodo de enorme presión migratoria que se evidencia no en las estadísticas que ofrece el Ministerio del Interior sino en los intentos de pase a Ceuta que se cuentan por miles, a los que tiene que hacer frente la Benemérita.

Esa es la realidad que no cuenta el Gobierno de España y que sitúa a Ceuta en un punto crítico. El desgaste de los agentes es evidente, ya que se trata de entradas constantes, sin pausa y marcadas por efectos que las convierten en temerarias como es el factor niebla.

No se ve absolutamente nada y los agentes se guían por los gritos y el aporte de los búhos. Son situaciones tan extremas que convierten este servicio en el más penoso de todos.

A la enorme presión de los nadadores se suma el protagonizado por embarcaciones que intentan colar a inmigrantes huyendo de la Guardia Civil. Socialmente el daño lo representa la imagen que está dando Marruecos de sus propios nacionales muertos o desaparecidos.