China está construyendo una cadena de suministro de baterías para vehículos eléctricos (BEV) de Europa en Marruecos, en un momento en que el continente busca desarrollar su propia industria, según señaló el jefe de operaciones de PowerCo, Sebastian Wolf.
"No tenemos ninguna cadena de suministro. Esto tiene que configurarse", afirmó el martes pasado el director de operaciones de la unidad de baterías de Volkswagen, en declaraciones un evento en Stuttgart recogidas por Bloomberg.
"En este momento, tenemos que ser honestos en cuanto a que el establecimiento de la cadena de suministro de LFP (Batería de litio-ferrofosfato) se está llevando a cabo en Marruecos y no en Europa", añadió.
China tiene un control estricto sobre la fabricación mundial de baterías, así como sobre las materias primas como el litio, el níquel y el cobalto necesarios para fabricarlas.
Europa está intentando construir su propia cadena de suministro, pero lleva años de retraso en términos de tecnología. Al mismo tiempo, la región está perdiendo inversiones frente a Estados Unidos y Canadá, donde los incentivos financieros gubernamentales han sido más agresivos.
Las baterías de fosfato de hierro y litio están ganando adopción rápidamente como una tecnología menos costosa que se ha vuelto más eficiente en los últimos años. China puede producir baterías LFP a casi la mitad del coste del promedio mundial.
Marruecos, señala la agencia, es rico en recursos de fosfato, clave para fabricar células LFP. El país también está situado a las puertas de Europa y se beneficia del libre comercio con Estados Unidos.
El año pasado, CNGR Advanced Materia, un fabricante chino de componentes para baterías, anunció que uniría fuerzas con el fondo de inversión privado africano Al Mada para construir una base industrial en Marruecos.
Con una inversión total de más de 2.000 millones de dólares (1.861 millones de euros), dijeron que pretendían comenzar la producción de materiales para baterías en un nuevo sitio en Jorf Lasfar, en la costa atlántica de Marruecos, en 2025.