Se llaman Mohamed, Ayou, Charaf y Zakaria. Son chicos de ‘La Esperanza’ que han colaborado en la elaboración de un chapiri legionario de gran tamaño. Quieren sacarlo a la calle para que los ciudadanos se fotografíen a su lado con motivo de la próxima celebración de la Cuna de la Legión. Los cuatro, ayudados de personal del centro, han realizado este trabajo que además tiene una dedicatoria muy especial a la dama legionaria Nayra Solero.
Ellos, estos chicos, idearon el emblemático símbolo de la Legión para agradar a la ciudadanía, para aportar su granito de arena en este evento que unirá a casi 5.000 participantes en el evento deportivo más importante del año.
Atacados, cuestionados, paganos de todos los males, estos chicos demuestran con su trabajo ajeno a la ‘mala prensa’ y al odio vertido por algunos políticos lo que realmente son. Sí, dirán ustedes que blanqueamos el discurso; también los más ilustres añadirán eso de ‘llévatelos a tu casa’... en fin. La opinión, como el insulto, es libre. También desgraciadamente el odio. Y odio es lo que más sobra sobre todo con unos chavales cosificados de por vida. Porque ellos no son los chicos de ‘La Esperanza’, son ‘los menas’ con todos los peores calificativos que puedan imaginarse. Sin más. Y así lo seguirán siendo para los que no solo les maldicen a ellos sino a todo aquel que sea diferente.
Mohamed, Ayou, Charaf y Zakaria han conseguido ganar la mayor de las batallas: la que se reduce a sumar en vez de restar, que es la que nos importa a muchos. Y entre esos muchos se encuentra la Legión, que demostró estar a la altura, superando complejos, hablando con los chavales e interesándose por la labor realizada. Gestos de este tipo son los que merecen la pena, los que hacen aún más grande a la Legión y los que consiguen mucho más que una imagen, porque ponen en valor el gesto de unos chicos que se sienten aprobados y valorados.
Ya son muchas las actividades que se llevan a cabo en el centro para visibilizar ante la sociedad lo que va más allá de lo que le quieran contar o meter con calzador. Si salen de esa burbuja de intereses y odios quizá puedan empezar a entender las historias de estos chavales, las historias que no van a encontrar en los discursos del odio que tan fácil calan. Yo me quedo con el chapiri de ‘La Esperanza’. Sin dudarlo. Siempre.