Chantaje a la Administración

Aseguran que no se van a marchar hasta que sean trasladados a la península y que, desde anoche, permanecen en huelga de hambre. Ese es el mensaje que, ya de madrugada, enviaba uno de los portavoces del colectivo de unos 50 argelinos registrados en el CETI que ayer tomaban,

pasadas las doce, la plaza de los Reyes. Habían bajado andando y portando pancartas desde el Jaral, para, ya en el centro, tomar los bancos más cercanos al kiosco y formalizar una sentada contagiados por el efecto sirio. Mientras, atónitos, los integrantes de estas familias que, con sus niños, llevan desde el pasado lunes en la misma plaza, manifestaban que nada tenían que ver con los argelinos y que no querían que su queja se sumara a la de éstos.
Pero lo cierto es que todos piden lo mismo: marchar a la península ya, sin cumplir los trámites y el protocolo que en este tipo de casos lleva la Administración, respetando escrupulosamente los casos de quienes tras entrar irregularmente en la ciudad quieren marchar al otro lado.
Uno de los argelinos erigido en portavoz del grupo sentenció a este medio que están hartos de la persecución que sobre ellos ejerce la Policía para evitar que se escapen en los camiones. Dicen que han intentando marchar de esta manera en varias ocasiones, y que al no encontrar como positiva esta salida han optado por otra: la de tomar la plaza de los Reyes y pretender forzar así a la Administración a que los traslade a la península.
Algunos llevan solo semanas en Ceuta y otros hasta cuatro meses o algún año. Utilizan el CETI para comer y asearse pero la mayor parte del tiempo la pasan en el puerto buscando la manera de colarse de manera irregular en algún vehículo o en el camión de la basura.
La idea del colectivo es no moverse del lugar y permanecer en huelga de hambre hasta conseguir su objetivo. Es decir, han adoptado por la vía del chantaje y la presión a la Administración. Hoy, dicen, vendrán sus mujeres y algunos niños para sumarse al grupo.
De noche, con un lateral de la plaza tomada por estos argelinos (algunos de los cuales ya se tendía en el suelo para directamente empezar a dormir), saltaban todas las alarmas entre las fuerzas de seguridad. Unidades de la Policía Nacional y Guardia Civil se concentraban en los alrededores de la plaza al objeto de evitar cualquier tipo de incidente y esperando órdenes. También llegaron furgones de la UIP por si se veía necesaria la intervención, algo que a las dos de la madrugada (cierre de esta edición) no se había llevado a cabo.
Arriba, las luces iluminaban el despacho del delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, que, acompañado por su equipo de asesores mantenía una reunión de urgencia con el teniente coronel de la Benemérita, Andrés López, el comandante del Cuerpo, José Mª Jiménez, y el jefe superior del CNP, Pedro Luis Mélida. A todos ellos se les veía subir a la Delegación para mantener una reunión de crisis que le salpica de lleno al actual delegado y que no es más que una repetición de los episodios que, de manera cíclica, afectan a la ciudad desde la primera sentada de kurdos, a finales de los años noventa, que desembocaría después en los altercados del Ángulo.
En estos momentos los argelinos que han tomado la plaza de los Reyes superan en número el legalmente permitido, con lo que se abre el debate sobre el desalojo que podrían llevar a cabo las fuerzas de seguridad toda vez que han ocupado la vía pública sin permiso alguno y han liderado una concentración y posterior manifestación sin solicitar ni pasar por los cauces que tiene que superar cualquier persona.
Los argelinos ni entienden de cauces ni tienen la intención de someterse a las normas. Según manifestaron a este medio su único propósito es marchar a la península de cualquier manera, a pesar de que sus expedientes no están siquiera resueltos. Y es que la mayoría de argelinos que llega al CETI lo que hace inicialmente para evitar una expulsión directa es solicitar asilo. Mientras se esté tramitando la solicitud, saben que no se les puede expulsar, así que lo que pretenden en ese tiempo es la escapada de otra manera.
La propia Policía ha denunciado que algunos integrantes de este colectivo se dedica a delinquir, sin que se le pueda expulsar al estar en vigor su solicitud de asilo. De otros se sospecha que vienen con antecedentes de sus países, algo complicado de demostrar.
La presión que en el puerto estaban ejerciendo en estas últimas semanas ya fue recogida por El Faro en varios reportajes, habiendo incluso protagonizado tanganas que terminaron con un compatriota herido tras ser atacado con una botella de cristal rota y su autor condenado a dos años tras asumir su implicación en los hechos.
Ya la Policía portuaria recalcó en su intervención el grado de belicosidad adoptado por este colectivo.

¿Qué actuación se puede llevar a cabo en la plaza?

A esta pregunta intentaban contestar anoche los máximos responsables en materia de seguridad. Se ha tomado una plaza pública sin permiso, organizándose una manifestación sin haber informado antes a los máximos responsables ni, tan siquiera, haber trasladado a la dirección del CETI esa problemática dentro del propio centro. Se juntan dos conflictos, por un lado el de los sirios y por otro el de estos argelinos que advierten no se van a marchar del lugar.

“Nosotros no tenemos nada que ver con esta situación”, dicen los sirios

El colectivo sirio se despertaba anoche con la llegada de este grupo de argelinos. Ellos estaban dormidos y nada sabían de que estos inmigrantes iban a adoptar la misma postura que ellos. De hecho los sirios han protestado en más de una ocasión por la presión que, dicen, sufren del colectivo argelino, del que temen que pueda agredir a sus propios hijos. Este era precisamente uno de los puntos de crítica que incluyeron en la hoja de protesta que trasladaron a los medios de comunicación hace hoy una semana, cuando decidieron tomar la plaza.

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