Las obras de rehabilitación del centro que comprenden a la
Gran Vía, calle Jáudenes y
Plaza de África están prácticamente listas para recibir la
Semana Santa. A pesar de que se cumplirá con los plazos previstos, el camino no ha sido fácil y en los últimos días los trabajadores se han visto obligados a triplicar su ritmo de trabajo. Sin embargo, el precio de cumplir la promesa de tenerlo todo listo para estas festividades ha sido caro y los que más lo han acusado han sido los ciudadanos. El Paseo de las Palmeras es uno de los recorridos que, tras convertirse en vía alternativa, mejor refleja el deterioro ocasionado por las polémicas obras. Mientras dan un paseo, una mujer le comenta con su esposo el fastidioso panorama que se ven obligados a contemplar. “Le estaba diciendo a mi marido que esto es una pena. Ahora están pasando todos los coches pero, en fin, esperemos que alguien lo arregle pronto”, se lamenta. De este modo, no resulta muy difícil encontrarse hoyos y losetas levantadas que pueden provocar resbalones o, lo que es peor, caídas de transeúntes. Una señora cuenta cómo desde que iniciaron las obras suele caminar con miedo a caerse: “voy mirando al suelo para no tropezar y caerme, ya que en alguna ocasión he metido el pie en algún hoyo, aunque afortunadamente no ha pasado nada”. Otro transeúnte, algo más enfadado, se queja de que en cuanto caen cuatro gotas, todas las losetas están levantadas: “Mire cómo está todo el suelo, es un desastre”, afirma con rotundidad.
Un joven, además de rememorar cómo vio caerse a una señora hace poco, cuestiona el material utilizado, en su opinión desconocido para la mayoría de habitantes. “Hay que ver de qué está hecho el material, la gente quiere ver que el boquete esté tapado pero no sabe de qué material está hecho. Deberían gastarse el dinero en condiciones”, plantea. Los negocios se han visto obligados a tener que convivir a diario con todos los problemas ocasionados por la alternativa vía. “Acabo de empezar con el negocio y esto nos puede dar problemas”, afirma un gerente desde la puerta de su negocio. Además, explica que para él sin duda lo peor de todo es el ruido provocado por las recurridas chapas. “Preferimos esto a las chapas del comienzo que generaban un ruido terrible. La gente se ha caído durante estos días, esto no estaba preparado para tanto volumen”, comenta mientras considera que posiblemente en el futuro todo el caos producido ofrezca frutos positivos. Sin embargo, han sido los taxistas los que posiblemente se hayan visto más afectados por todos los desperfectos ocasionados. Uno de ellos cuenta cómo los coches llegan a transcurrir incluso a 50km, en su opinión causante de los destrozos, y que por esta razón se ven obligados a circular con precaución. Concluye que no se fía: “obligo a los clientes a que suban por la derecha, tenían que haber dejado sólo el desdoblamiento. A estas alturas, prácticamente todo está listo para que las calles principales de Ceuta reciban la Semana Santa como se merece. Sin embargo, a cambio de ello muchos ceutíes han tenido que sacrificar su comodidad a la hora de transitar las calles durante los últimos meses.