Los cuatro detenidos ya están en
prisión. Dos de ellos son de Ceuta, vecinos de la
barriada del Príncipe, y han sido acusados de tráfico de
hachís, pertenencia a organización criminal y delitos de daños, atentado y contra la seguridad del tráfico. Es el resultado de la operación contra el tráfico de drogas llevada a cabo por la
Policía Nacional que se ha saldado con el decomiso de más de 1.500 kilos de hachís que estaban ocultos en una furgoneta kamikaze. El cargamento con la droga fue interceptado en mitad de la ruta entre Cádiz y Sevilla.
El CNP estaba detrás de este pase, preparado con una logística de apoyo sin igual, con hasta diez vehículos que escoltaban a la furgoneta kamikaze que intentó escapar conducida por uno “experto piloto”, tal y como lo ha definido el CNP, un marroquí asentado en Málaga cuya función era asegurar la entrega de la droga. Durante más de media hora intentó garantizar que los agentes no daban con el alijo, pero su carrera terminó cuando se salió de la calzada a la altura de El Cuervo. Resultó, sorprendentemente, ileso. El destino de la droga era Sevilla pero el pase no llegó a buen puerto tras la rápida reacción de los agentes implicados que han conseguido detener a los cuatro implicados en este operativo.
Antes de salirse de la carretera, el conductor intentó embestir a una de las patrullas camufladas de la Policía. Para sacar los casi 50 fardos de hachís, se tuvo que contar con la colaboración de los Bomberos, que terminaron de ‘liberar’ toda la droga erigida en la prueba del delito de la bautizada como Operación Portón’. Esta intervención ha sido trabajada por la UDYCO y la UDEV del Cuerpo Nacional de Policía y está enmarcada en la lucha contra el tráfico de drogas a gran escala en la zona de la Costa del Sol.