Ceuta, España y el mundo se han paralizado por una pandemia provocada por el
coronavirus (COVID-19). El virus se extiende cada día más y solo hay una forma de pararlo: quedarnos todos, sin excepción, en casa.
Esta es la tarea que nos encomendó el pasado sábado el Gobierno a la ciudadanía y es lo que se está cumpliendo, cada día más y mejor. La población está más concienciada de que hay que parar la enfermedad tan desconocida.
Por eso, desde El Faro nos hemos preguntado –desde casa– qué estarán haciendo los ceutíes durante este confinamiento temporal. Hemos tenido la respuesta de numerosas familias y adultos.
Las que tienen niños están todas de acuerdo que quienes peor lo pasan son los más pequeños de la casa. Muchos no comprenden la situación y ya todos echan de menos el ‘cole’. Otros nos han contado que sus mascotas, cuando salen a la calle, no quieren volver a casa porque han tenido que acortar los paseos. Pero también está la positiva, los padres e hijos están disfrutando mucho en familia jugando, bailando, cantando y ¡disfrutando a juegos de mesa que han tenido que desempolvar! Los repartidores nos ha contado que en sus turnos de trabajo se cubren la nariz y la boca con mascarilla, además de mantener las distancias de seguridad, y cuando acaban la jornada laboral se van corriendo a su casa.
La situación que se está viviendo es histórica. Los pequeños que ahora no entienden qué pasa, dentro de unos años lo estudiarán en sus libros de Historia. Ahora, todos debemos estar en casa y disfrutar del tiempo para hacer eso que ‘nunca podemos’. Es verdad que convencer a un niño que no salga es complicado pero hay que buscar siempre distintas soluciones.
Incluso los jóvenes con algo más de edad hacen todos las labores de las casas mientras sus padres tienen que irse a trabajar, ya que su puesto laboral no ha parado y tienen que cumplir. Estos jóvenes también hacen de ‘niñeros’ cuidando de sus hermanos y divirtiéndose jugando a juegos populares.
Además, están los madrugadores. Los que pase lo que pase se levantan siempre a la misma hora de siempre. Intentan no variar sus horario en la medida de lo posible, pero ahora la rutina son las labores de casa.