Los acusados,
entre ellos dos de Ceuta, que fueron absueltos dos veces de formar un supuesto frente de cárceles
en las prisiones donde cumplían condenas
por terrorismo, se han sentado este lunes en el banquillo ante la
Audiencia Nacional para negar el delito de constitución de grupo terrorista.
La Fiscalía pide hasta 12 años de prisión para Mohamed El Gharbi, Karim A.M. ‘Marquitos’ y Abdelah A.A. por un delito de constitución de grupo terrorista, aunque plantea de manera subsidiaria una condena de 8 años por colaboración con organización terrorista o captación y adoctrinamiento terrorista. Los tres negaron rotundamente que formaran un frente de cárceles para mantener cohesionados a otros presos en torno a los postulados terroristas de Dáesh. Han asegurado que estando en prisión desconocían de la existencia de este grupo con el que insisten no se involucraron. Los hombres junto con el actualmente fugado Abderrahmane Tahiri, también conocido como Mohamed Achraf, ya se habían sentado en el banquillo de los acusados en julio de 2022 por estos hechos de los que resultaron absueltos. En ese momento el tribunal descartó que formasen una red dedicada a favorecer al Dáesh. Sin embargo, tras recurrir la Fiscalía, la Sala de Apelación de la Audiencia Nacional ordenó al tribunal juzgador una nueva sentencia, que llegó a la misma conclusión absolutoria.
Se ordenó la repetición del juicio con otros magistrados
Tras un nuevo recurso del Ministerio Público la Sala de Apelación ordenó la
repetición del juicio con otros magistrados, argumentando la “insuficiencia, irracionalidad y clara incoherencia en el relato de hechos probado de la sentencia absolutoria”. En sus conclusiones provisionales, la fiscal mantiene que mientras los acusados cumplían condena en prisiones españolas por pertenencia a organización terrorista entre 2014 y 2019 tras coincidir en distintos centros penitenciarios y mantener contacto por carta decidieron cohesionar a todos los encarcelados por delitos terroristas para que no abandonaran su ideario. Asimismo, afirma que todos ellos se emplazaban para continuar la actividad terrorista cuando salieran de prisión y además adoctrinaban, radicalizaban y captaban a otros presos no condenados por delitos terroristas.
Las declaraciones de los acusados
Este lunes, en la Audiencia Nacional de Madrid, Mohamed El Gharbi ha declarado que entró en 2015 en la prisión de Castellón II en régimen cerrado ya que estaba incluido en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES) y que por ello todas sus cartas y sus llamadas eran controladas. "Nunca lo oí, no sabia la que era" ha asegurado sobre el frente de cárceles, al tiempo de negar que radicalizara a otros presos, asegurando que "ni siquiera yo me considero radical". Ha señalado que estaba en la prisión de Castellón II se apuntó voluntariamente a un programa de desradicalización y que como era el único que lo había hecho en ese centro penitenciario le trasladaron en 2018 a la cárcel de Zuera (Zaragoza). También ha rememorado que a finales de 2016 coincidió en la prisión de Estremera (Madrid) con Mohamed Achraf y sobre una carta que le remitió en 2018 desde la cárcel de Castellón cuando este estaba en la prisión de Murcia II, ha dicho que solo le escribió para que dejase por su salud la huelga de hambre que estaba llevando a cabo. Por su parte los dos ceutíes han negado también que formaran un frente de cárceles radical. Durante la sesión de este lunes ha testificado un guardia civil que se hizo cargo del inicio de la investigación y que ha recordado que la misma arrancó a raíz de tenerse conocimiento en 2017 de unas pintadas en la cárcel de Estremera que se sospechaba que había realizado Mohamed Achraf. Ha añadido que al investigarle descubrieron que había escrito cartas a otros internos con contenidos similares a los que figuran en la bandera de Dáesh. Este mismo testigo ha relatado cartas de ese tipo que Achraf envió a presos algunas con las bandera completa de Dáesh y contenidos de proselitismo de esta organización terrorista.