La familia de un vecino de Ceuta preso desde hace mes y medio en la cárcel de Tetuán pide que se haga justicia. Denuncian la situación que está atravesando después de una hilera de situaciones rocambolescas a las que no encuentran sentido ni justificación. Y es que se le acusa y se le quiere juzgar por un delito que cometió en 2007, en España, por el que ya pagó condena y que además está prescrito. ¿Qué tiene que ver todo esto con la justicia de Marruecos?, se preguntan sus familiares que, desesperados, han pedido ayuda sin encontrarla en el Consulado de España en Tetuán e incluso quieren reunirse con Interior.
Esta historia comienza en 2007. El ceutí es detenido en una embarcación con hachís, junto a dos marroquíes en aguas españolas. El caso queda judicializado en Huelva, en donde se dicta condena para los tres. Los cuatro años de prisión los cumplió en la cárcel peninsular, mientras que los dos marroquíes fueron extraditados tras hacer lo propio.
Ahí, según su familia, terminó un episodio torcido en la vida de este joven, que se alejó del mundo de la delincuencia y rehízo su vida en Estepona, conociendo a su actual pareja con la que tiene dos hijos de corta edad. Cumplida la pena se cerró ese capítulo hasta hace mes y medio, cuando embarcó en Tarifa con destino a Tánger para visitar a unos amigos. En el trayecto le retiraron el pasaporte y nada más bajar del ferry fue detenido en el puerto, bajo la acusación de tener en su contra una orden de busca y captura.
“En 2011 lo pusieron en busca, justo cuando extraditaron a los dos marroquíes. De esto no sabíamos nada. Le pusieron en busca por unos hechos que ya pagó en España, que son de hace 12 años, que ya están prescritos”, lamenta su pareja en declaraciones a El Faro. Ahí comenzó un periplo de vicisitudes contra el que no han podido luchar. Primero estuvo en la comisaría de Tánger, de donde un abogado marroquí les dijo que iba a salir en horas. Cobró por una asistencia jurídica que fue un burdo engaño.
La familia de este joven pidió ayuda al Consulado de España en Tetuán, “pero no nos ayudaron en nada”. Pudieron contactar con otro abogado marroquí que es quien se ha interesado por este caso que se alarga, sin remedio, mes y medio en el tiempo. Tras permanecer tres días en comisaría, sin poder realizar llamadas se hizo un primer juicio, en el que se presentaron los papeles judiciales que demostraban que la pena por la que se había interesado la busca ya se había cumplido.
“Pero esto no sirvió, nos pidieron los papeles originales, de un juicio de 2007”, narra la familia, que tuvo que recurrir a los juzgados de Huelva para solicitar la documentación original de una causa de 12 años. Aún así la consiguieron y volvieron a presentarla pero la Justicia marroquí volvió a dar otra vuelta: ahora lo querían traducido.
En la segunda vista judicial celebrada, cuando ya pensaban que podían lograr la libertad por una detención injusta, se les ha requerido una informe de Aduanas de Marruecos. La familia lo consiguió y lo entregó, dejando claro que no hay nada contra este ceutí, una prueba más que se suma al caso cerrado, la pena cumplida, la causa prescrita… “Pero sigue en prisión y está en muy malas condiciones físicas y psicológicas”, añaden.
La semana próxima habrá una nueva citación judicial. No entienden a qué viene este círculo de decisiones al que no encuentran respuestas. No entienden por qué si ya cumplió cárcel, si el delito se cometió en España, si de esto han pasado 12 años… ahora se aplica una busca en Marruecos que, además, data de 2011. Tampoco entienden qué tienen que ver los dos marroquíes extraditados con una causa con la que este español ya ha cumplido.
“Está muy mal. No le permiten hacer más que tres llamadas en semana. El viernes queda sin comunicación hasta el lunes. Ha perdido mucho peso, está irreconocible. Sufre de ansiedad. No sabemos cómo está comiendo, duerme en un chabolo en malas condiciones. Y sigue en prisión sin razón”, lamenta una familia que se está viendo afectada por un caso al que no encuentran respuesta. Con un padre que ha dejado hijos pequeños que sufren la ausencia, una pareja que está luchando porque se conozca esta injusticia y se ponga remedio, que choca contra un muro de decisiones en el lado marroquí en el que desaparecen los derechos y en donde cada vez le piden algo nuevo.
No saben ya qué documentación presentar para demostrar el error causado y temen que este preso se ponga en huelga de hambre para mostrar su protesta por unos hechos a los que no encuentran respuesta. Piden cualquier tipo de ayuda que les permita desbloquear este asunto.
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