La ceutí Fatima M. entró en prisión en
Tetuán hace ya casi dos años y diez meses como Fatima B., el nombre que se le asignó en el documento de identidad marroquí que obtuvo en 1998 tras separarse de su ex pareja y que solo utilizó “una vez para sacar el ingreso de manutención del banco”, pues como caballa es española “de origen” desde que nació. “Cuando me detuvieron en la
frontera por un delito contra la Salud Pública lleva mi pasaporte español, el único que tengo, pero en la Comisaría de Tetuán rompieron la primera declaración y me identificaron como marroquí pese a que soy española, de Ceuta, y así se lo advertí al Consulado en su primera visita a prisión, pero nada se corrigió”, lamenta en declaraciones a El Faro tras quedar en libertad el pasado 26 de octubre. Podía haber abandonado la cárcel mucho antes. “Al ser considerada nacional marroquí además de dos años y medio de cárcel se me impuso una pena adicional de un año o multa que solo recae en los ciudadanos del país vecino y que todos los españoles evitan con una declaración de insolvencia”, relata la ex presidiaria, que para eludir otros nueve meses encerrada ha tenido que desembolsar “7.100 euros”. “Si el Consulado me hubiese atendido como debía no habría tenido que estar los últimos tres meses en la cárcel y no habría tenido que pagar ese dinero que tanto ha costado reunir a mi familia”, critica Fatima M., que asegura “no entender” por qué la representación diplomática en Tetuán “no me trató como al resto de españoles”. “A otras presidiarias de la península se las visitaba cada mes, como es la costumbre, pero a mí solo lo hacían cada tres o cuatro y nunca desde noviembre del año pasado”, expone la mujer, que denuncia que también estuvo enferma “muchas veces” y nunca se le facilitó asistencia médica pese a las “pésimas condiciones higiénicas y sanitarias de la prisión”. “Llegaron a decirme que no tendrían ni que ingresarme la asignación mensual de 100 euros que me pasaban porque yo era nacional marroquí, algo rotunda y evidentemente falso que ellos mismos asumieron cuando me expidieron el correspondiente certificado para poder acceder a la prestación por desempleo”, compara la mujer, que con su denuncia pública asegura perseguir solamente “que este tipo de cosas no le vuelvan a pasar nunca más a ningún español encarcelado en
Marruecos”. “Cuando salí de la cárcel tampoco recibí ninguna ayuda del Consulado pese a que no tenía nada, ni dónde quedarme ni cómo regresar a España”, termina sus reproches a la delegación española en la antigua capital del Protectorado. Este periódico ha intentado conocer la versión del Consulado, que ha evitado hacer ningún comentario alegando que su máximo responsable está fuera de Tetuán.