Ceuta y Melilla en Wikileaks

¿Son Ceuta y Melilla hitos del narcotráfico? A ojos del gobierno marroquí parece ser que sí, o eso es al menos el contenido de uno de los últimos documentos que se ha conocido a través de Wikileaks. Los de Julian Assange han incluido en su propia revolución mediática a las ‘hermanas’ haciendo alusión a un asunto, el del narcotráfico, que ha sido ya objeto de crítica por parte de sindicatos y organizaciones afines de las fuerzas de seguridad.
¿Qué es lo que piensa, y así dejó escrito, el gobierno de Rabat? Lo publica ‘El País’: “Que Ceuta y Melilla cumplen a la perfección el papel de puntos ‘de destino’ para una parte del narcotráfico que circula por territorio marroquí. No solo del comercio de hachís sino de crecientes cantidades de cocaína sudamericana llevada hasta los ‘débiles’ Estados de África occidental por traficantes que buscan rutas hacia Europa”, señala, desvelando el contenido de dos telegramas de la embajada norteamericana en Rabat, fechados el 30 de octubre de 2009, que citan como fuentes a funcionarios del Gobierno marroquí.
Lo que ahora publicita Wikileaks no es ni más ni menos que lo que ya habían apuntado asociaciones del estilo de la AUGC. Eso sí, sin la connotación política que le aporta el gobierno marroquí. Tampoco se ha quedado al margen la propia Policía Nacional o la propia Benemérita quienes, como institución, han denunciado, incluso antes de 2009, los movimientos de cocaína a través de la frontera.
El cable difundido por el rotativo nacional refleja que “el tradicional tráfico de hachís producido en Marruecos se encuentra en declive, mientras aumenta el de cocaína. Carteles sudamericanos depositan cargamentos de esa droga en puntos de África occidental, lo cual tiene muy pocas consecuencias para las poblaciones de los países africanos, porque su precio es demasiado caro para ser consumida in situ. Por el contrario, genera altos beneficios cuando los traficantes consiguen llevarla a Europa”, señala. Es aquí donde Marruecos sitúa a las ciudades hermanas ya que a través de sus fronteras se intentaría introducir esa droga, mientras que, a la inversa, se pasaría la heroína a Marruecos. Este hecho, ahora descubierto mediáticamente, no ha pillado por sorpresa a las autoridades policiales que ya, incluso, han desarrollado intervenciones que se han saldado con el decomiso de hachís y algo de cocaína recién entrada por el Tarajal.
La visión que da Marruecos es distinta ya que, en uno de estos documentos indica que la oferta de las llamadas drogas duras se debe al “inadecuado control de las fronteras”, apuntando a la debilidad de España para reforzar estos sistemas de control. Textualmente llegan a decir que se da la existencia de una “una vasta tierra de nadie en la que pueden florecer los tráficos ilícitos”. Describen rutas que "conectan Gao (Malí), Bechar (Argelia) y Ujda (Marruecos) con el destino final de los enclaves españoles de Ceuta y Melilla. U otras como la procedente de Níger, que utiliza “el extenso sur desértico argelino” para alcanzar también Bechar, importante ciudad al suroeste de Argelia, no lejos de la frontera marroquí.
Para Marruecos, las dos ciudades sirven de tránsito de la droga ya que, indican, disponen “de niveles de inspección más bajos que el resto de la Unión Europea”. Es una forma de plantear el papel activo que, a ojos de Marruecos, tendrían ambas ciudades mientras que presentan, por otro lado, los ingentes esfuerzos hechos por el vecino país para combatir las plantaciones de hachís. Es, sin duda, una forma política e interesada de presentar el activo que ambas ciudades tendría en el pase de estupefacientes.
No obstante nada se dice, a pesar de que los telegramas están fechados en 2009, de operaciones como la Marinas, llevada a cabo en 2002, que provocaron el traslado de las grandes planeadoras dedicadas al narcotráfico a los puertos marroquíes.
Así, “a pesar de que Rabat resalta los éxitos en la reducción de la superficie cultivada -de 134.000 hectáreas en 2003 a 52.000 en 2009-, Estados Unidos sigue considerando a Marruecos como uno de los mayores productores de esa droga. La frialdad del lenguaje diplomático deja traslucir el problema que las campañas de reducción supone para la subsistencia de los habitantes de las zonas afectadas: el Ejecutivo marroquí estimaba en 100.000 el número de compatriotas implicados en el cultivo del cáñamo índico (la planta de la que se obtiene el hachís), a finales de 2009”, indica ‘El País’.
Los documentos desclasificados no incluyen, en momento alguno, las denuncias que propias entidades de Ceuta han hecho de la permeabilidad fronteriza e incluso las propuestas de crear una zona cerca del Tarajal para poder registrar de forma más detenida los vehículos que podrían entrar con droga. Propuesta esta que fue tumbada por Joan Mesquida cuando estaba al frente de la dirección general de la Policía y la Guardia Civil.