El Gobierno de Ceuta lo tiene claro. A la ciudad le irá bien si consigue resolver esa aspiración de normalizar el funcionamiento de la frontera del Tarajal. Y eso de normalizar pasa por dejar atrás, en el más absoluto de los olvidos, las imágenes caóticas que acompañaron a esa línea fronteriza en los periodos previos a su cierre, ejecutado en marzo de 2020.
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha recalcado en una comparecencia ante los medios de comunicación su defensa de un visado instaurado de manera permanente y estable, lo que repercutirá directamente en un control más riguroso sobre la población que accede.
Este fue precisamente uno de los asuntos que abordó en su encuentro con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. “Concebimos que esa normalización se logra mediante la exigencia de visado para el que quiera acceder, al margen de otras razones”, ha expuesto el presidente ante los periodistas.
De momento las restricciones actuales al tránsito se van ratificando en cada edición del BOE, pero la aspiración de la Ciudad es que sea una decisión adoptada de manera “estable”. No es un criterio caprichoso, sino avalado por los hechos.
Comparando desde antes de marzo de 2020 (cuando no se exigía visado) con el periodo actual (con esta medida implantada de manera provisional en base a las órdenes publicadas en el BOE), “vemos que la situación es radicalmente distinta”, ha resaltado Vivas.
“Donde había caos y una presión que nos desbordaba ahora hay orden y control. La exigencia de visado tiene un impacto positivo”, ha matizado, lo tiene por ejemplo en la propia intensidad del flujo al haberse pasado de atender a 30.000 personas que antes cruzaban a diario el Tarajal a los 3.000 pases diarios. “Esto mejora la capacidad de nuestras fuerzas de seguridad” a la hora de poder afrontar el debido control en el espacio fronterizo.
“Es notable” además “el impacto” que esta medida tiene “en sanidad, educación, en presencia de menores, en el desenvolvimiento del puerto, en la caída de la economía irregular y sus contrataciones...”, ha apuntado Vivas.
Lo acreditan las cifras de afiliaciones a la Seguridad Social, con una media anual en 2022 sin contar empleadas de hogar de 21.562 personas, mientras que en 2020 esa media era de 20.480. Es decir, hay mil más ahora que las que había al cierre de la frontera.
Otro aspecto que determina la aspiración de una frontera normal es la consecución de una aduana comercial que debe ser convencional entre Ceuta y Marruecos. La aduana comercial “es positiva al ser alternativa al comercio atípico que nadie quiere”. Esta infraestructura junto con la petición del visado puede favorecer además “el desarrollo del turismo y abaratar el coste del aprovisionamiento de productos que vengan de Marruecos”, ha concretado Vivas.
El presidente aseguró además que percibe "receptividad" en el Ejecutivo central que lidera Pedro Sánchez para atender las reivindicaciones "prioritarias" que ha reiterado a los ministros de la Presidencia y Defensa, Félix Bolaños y Margarita Robles, durante sus visitas de los últimos días a la ciudad autónoma.
Vivas asumió que hay que dar “tiempo” a los servicios jurídicos de Asuntos Exteriores e Interior para encontrar la fórmula jurídica con la que acabar con la “disposición particular” que en el Tratado de Schengen facilita el trasiego de los marroquíes de las regiones de Tetuán y Nador a Ceuta y Melilla. Se trabaja en dar con la clave.
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