Aquí en Ceuta se alistó el primer legionario, se fundó la Legión. Deben ser muchos lugares los que merecerían dicho alumbramiento, pero fue Ceuta. Y de ello los ceutíes nos sentimos orgullosos y presumimos.
Desde entonces, entre Ceuta y la Legión un estrecho vínculo, un vínculo permanente, un vínculo esencial. Esencial por el denominador común; esencial por la misma razón de ser, por la misma pasión, el amor a España.
Desde hace cien años la Legión es un referente. Referente de preparación, de generosidad en el esfuerzo, de capacitación, de eficacia, múltiples cometidos que lleva a cabo tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Desde hace cien años la Legión es un ejemplo de capacidad para adaptarse a los cambios y a las exigencias de los tiempos, pero sin olvidarse nunca de dónde viene; sin olvidar sus orígenes; sin olvidar el credo y el espíritu que le caracteriza; el espíritu que le inculcó su ilustre fundador, Don José Millán Astray. Un espíritu que se manifiesta en valor, en disciplina, en compañerismo, en espíritu de sacrificio, en abnegación, en honor y en sentido del deber. Son valores que valen para la Legión, que valen para el Ejército en su conjunto y que valen para desenvolverse en el camino de la vida siguiendo la senda de la rectitud.
En Ceuta tampoco lo olvidan. La Legión no nos olvida, porque dentro de esa coherencia y consistencia de ser fieles a sus orígenes y creo, la Legión lleva a gala, y nos enorgullece, no olvidar nunca a quienes, sirviendo en la Legión, dieron su vida por la Patria.
Ceuta se siente orgullosa de ser su cuna. Ceuta vibra, se emociona, canta y llora con la Legión, que forma parte de la memoria, el corazón y el alma de nuestro pueblo. Y Ceuta sabe que nunca le falla la Legión, que nunca le fallará el aliento de sus legionarios. Ceuta sabe que podrá contar con la Legión para lo que sea menester, cualquiera que sea el precio.