Ciudades de todo el globo iluminaron sus edificios característicos para sensibilizarse en el ‘Día Internacional de la Niña’ que llamó a luchar contra la discriminación
Dicen que es el sexo débil. Desde pequeñas les asignan el rosa, les instan a ser formales, a guardar moralidad, no salirse de los cánones, callar, acatar y no rebelarse. Es la sumisión, desplazamiento y discriminación de las niñas, y es en ello en lo que se basó el lema del día de ayer, ‘Día Internacional de la Niña’, que lanzó en todo el planeta mensajes para luchar contra la discriminación y la explotación.
La Ciudad Autónoma se unió a la proclama iluminando de rosa desde las 20.30 horas el Foso de las Murallas Reales, una forma mediante la que atendió la solicitud remitida por la Fundación Plan Internacional, una ONG de ayuda a la infancia, para hacer visible el compromiso de Ceuta con las niñas, al igual que hicieron otras ciudades españolas y del resto del mundo. Así, desde las 20.30 horas, las fachadas de edificios tan conocidos como el Palacio de Cibeles de Madrid, el Palacio de la Magdalena en Santander, la Catedral de Palma de Mallorca, la Puerta de Alcántara en Toledo, las Casas Colgadas de Cuenca, el Teatro Campoamor en Oviedo, las Fuentes de Aragón en Vigo, el Teatro Campos Elíseos en Bilbao, la Muralla de Ávila o el Acueducto de Segovia se vieronde color rosa. Esta iluminación de edificios emblemáticos es un acto simbólico para reconocer los derechos de las niñas y los desafíos excepcionales a los que se enfrentan en todo el mundo por la doble discriminación, por sexo y edad, que sufren millones en todo el planeta.
Aunque esta situación de discriminación es mucho más notable en los países en guerra o subdesarrollados, en nuestra sociedad no estamos exentos de ella, como recuerda Maribel Lorente, presidenta de Digmun Ceuta. “Es cierto que a nivel legal se nos reconocen los mismos derechos, los fundamentales y básicos, pero queda por alcanzar los más importantes, los roles sociales que nos determinan desde pequeñas”, puntualizaba. Lorente ve positiva la existencia de un día mundial que recuerde a toda la población la situación por las que muchas niñas atraviesan, pero estima que para la lucha “hay que remangarse, implicarse y observar dónde están las injusticias, y en ello deben estar presentes todas las autoridades e instituciones”. Pues la mujer, incluso en los países desarrollados, no deja de ser un ser marginado, un objeto producto del entorno social en el que convive. “Constantemente las niñas están siendo impactadas por los medios, en la familia o en la calle con el rol que deben asumir, y que al final su única función en la vida no va más allá de casarse y procrear, no se vende el producto de una mujer fuerte, luchadora, trabajadora y autónoma que ostente cargos de poder, sigue siendo el hombre, y esa es la educación que reciben las niñas de nuestro país”, observaba.
En opinión de Lorente hay que educar a la sociedad, concienciar a la ciudadanía, y que desde todos los ámbitos cambie la imagen de la mujer. “Todavía los únicos casos de violaciones, maltratos o ablaciones lo sufre el sexo femenino, no escuchamos ninguna noticia en la que la víctima sea un hombre”.
El ‘Día Internacional de la Niña’, declarado por la Asamblea General de la ONU, reconoce los derechos de las niñas y los desafíos excepcionales a los que se enfrentan en todo el mundo.