Como cada siete años, porque “el pueblo de Almonte [lo] decide”, la Virgen del Rocío se traslada hasta la villa de la que es patrona para pasar allí los próximos meses, entre sus devotos más cercanos y vecinos. Sin embargo, el amor a la Virgen del Rocío, ya se sabe, es universal. Que se lo digan a los caballas que se han desplazado hasta la aldea almonteña para vivir una celebración única.
“Algunos se cogen días de permiso, otros están de vacaciones y vienen”, cuenta Meli Escriña, diputada de juventud de la Real Hermandad del Rocío de Ceuta. Viajar desde este lado del Estrecho hasta la Marisma es todo un periplo propio de la mitología clásica. Primero, ferri hasta Algeciras. Seguidamente, traslado hasta Sevilla y, de allí, a El Rocío. Un lugar intermedio entre las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz, cuya existencia es tan remota como disputada. Los Mismos bien podrían haber versionado ‘El Puente’ diciendo aquello de “será maravilloso viajar hasta El Rocío...”
Jesús Blanco, ‘Tete’, se deshace en amores hacia la patrona de Almonte. “Cada vez que hay algo a la Virgen, los ceutíes responden”, afirma con respecto a esta peculiar peregrinación a la que los caballas acuden juntos pero no revueltos. Como explica el hermano mayor de la Real Hermandad del Rocío de Ceuta, Eduardo Ayala, “intentamos ofrecer la mayor información posible para que quien desee ir, pueda organizarse”. Escriña puntualiza que “al ser algo puntual, el hecho de ir todos juntos es difícil”. Aunque, después, los ceutíes se reúnan en la aldea a los pies de la Pastora almonteña.
Y es que la Virgen del Rocío ha hecho cosas grandes en Ceuta. No solo haberse consolidado en poco tiempo, con todas las dificultades que implica una peregrinación de este tipo sino, también, ‘convertir’ a quien creía que El Rocío solo era risas y folclore. “Detrás de esta fe popular, hay un gran amor a la Virgen, a la Madre de Dios”. El testimonio de ‘Tete’, diputado de formación de la hermandad, es de esos que te hacen pensar las cosas de otra manera. “Hasta los que cantan y ríen, se van impregnados de la Virgen”, se reafirma quien se considera un privilegiado, dice, porque “he podido disfrutar de todas las cosas buenas que la Virgen te da”.
La celebración de la Venida de la Virgen desde la aldea hasta Almonte se produce cada siete años desde 1949. Anteriormente, los viajes de la Virgen del Rocío a su pueblo eran más intermitentes.
La procesión comenzará este lunes 19 de agosto cuando hayan finalizado los cultos del conocido como Rocío Chico, una celebración en memoria del voto almonteño de 1813, después de que el pueblo se encomendará a la Virgen en 1810 en su lucha contra los franceses invasores.
Como cada siete años, un Rocío de verano es capaz de unir las columnas de Hércules por unos días.