Ceuta rinde honores a la Comgeceu

El presidente Vivas impone la corbata al guión de la Comandancia, por la Medalla de la Autonomía concedida el 2-S pasado. La Legión y Regulares, unidas por su Patrona

A lo largo y ancho de los casi cien años de existencia de la Posición A, cuna de La Legión, se han sucedido decenas de actos, la mayoría de los cuales compartiendo un eje común, con independencia de cuales fueran las creencias particulares o los episodios concretos del asistente y del periplo de la Historia de España, respectivamente: la emoción.
Porque emoción es servir a una Unidad, a un país. Porque emoción es enfundarse un traje y luchar por idéntica causa. Porque emoción es cantar el mismo himno y sentir, al galope, una sangre que se cree igual. Caen los años y el mundo avanza pero ahí sigue García Aldave recibiendo gentes y acogiendo actos memorables, como el de ayer: 8 de diciembre, María Inmaculada Concepción, que es Patrona del arma de Infantería, del Servicio de Estado Mayor, de los Cuerpos Jurídico Militar, Eclesiástico, Veterinario, Farmacia, Oficinas Militares, Servicio Geógrafico del Ejército, y Patrona de España.
Y, además, el solemne acto sirvió para que el presidente Vivas impusiera la corbata al guión de la Comgeceu, distinción que, de manera simbólica, recayó en la figura del comandante general de Ceuta, José Manuel Sanz Román. Este honor responde a su vez a la concesión de la Medalla de la Autonomía concedida el pasado 2 de septiembre.
“Agradezco a la Ciudad, al presidente y a la Asamblea que hayan tenido como candidato de la Medalla de la Autonomía a la Comandancia General de Ceuta”, señaló Sanz Román al termino de una formación en la que La Legión y Regulares desfilaron unidas por su Patrona. “La cooperación y apoyo mutuo entre Ciudad y Comgeceu marcan la convivencia en esta plaza desde hace 600 años”, valoró. “Tanto en Ceuta como en Melilla tenemos la suerte de tener la representación de las unidades más emblemáticas y especiales de Infantería, como son La Legión y Regulares, de ahí que la celebración haya sido esplendorosa y un privilegio y un honor presidirla”, consideró el comandante general.
A su lado, el presidente Vivas destacó, en similar línea, que “salvo en Ceuta y en Melilla no se puede ver en toda España una formación conjunta entre Legión y Regulares, de modo que este acto merece muchísimo la pena. Estas dos unidades significan mucho para la historia no sólo del Ejército sino de España. Es una satisfacción haber respondido al deseo que tuvo nuestro comandante general de que un día tan significado para el Ejército español como es la celebración de la Patrona de Infantería y de España, tuviera lugar la entrega de la Medalla bajo un formato de corbata. Es un acto inolvidable, que agradezco al comandante general, que es un ejemplo”, destacó Vivas.
El presidente puso de relieve igualmente el hecho de que “todos los ceutíes” tengan “cariño, respeto y admiración a nuestro Ejército, porque”, añadió, “el Ejército forma parte del ADN de Ceuta. No se entiende la historia de Ceuta sin el Ejército. El Ejército está en el alma de la ciudad y en el corazón. Ceuta se identifica en los mismos valores con el Ejército: resistencia, abnegación, honor, sentido del deber, patriotismo. El vínculo es indisoluble y la vocación de servicio a España es nuestra principal razón de ser”, concluyó el alcalde.
Por su parte, Marcos Llago Navarro, jefe de la línea, señaló en su alocución que “el espíritu de sacrificio, el valor, la disciplina y la iniciativa deben ser las virtudes más sobresalientes del Infante”, palabras que, a buen seguro, secundó Sebastián Vega Murcia, coronel jefe del Grupo de Regulares Ceuta nº54, presente en un acto en el que, asimismo, se condecoró al 2º jefe de la Comgeceu, Ricardo Guillén Bayón; se entonó el himno de Infantería y se recordó a los caídos.

La Patrona de Infantería
Cuenta la historia, por boca de un soldado de los tercios de Flandes, llamado Álvaro de Mejía, de lo acontecido junto al Río Mosa en la Isla de Bommel, realizando obras de fortificación. Agotados por los días de asedio y viendo que el suelo no dejaba profundizar, decidieron parar a descansar. Junto a ellos había una loma que parecía no estar afectada por el frío, por lo que se trasladaron a ella para realizar las trincheras, comprobando que el suelo cedía fácilmente. Cuando de pronto, un golpe de zapapico resonó con un sonido duro que emanó de la tierra, y al descubrir lo que creía sería una gran piedra de pedernal, sus manos hallaron unas tablas de madera policromadas con la imagen de la Virgen.
Es la madrugada del 8 de diciembre de 1585 y antes de que despuntase el sol, el maestre Bobadilla levanta a sus huestes para decirles que la Virgen Inmaculada les ha preparado el campo de batalla, apareciendo el mar y el río completamente helados, que les permitirá acercarse a las naves enemigas mientras sus tripulaciones dormían y alcanzan una completa victoria al amanecer de ese mismo día, contándose entre el botín de guerra diez navíos, toda la artillería, munición enemiga y 2.000 prisioneros. El milagro por la intercesión de la Santísima Virgen María se había consumado. Desde entonces, La Inmaculada fue considerada como Patrona del Arma de Infantería, aunque para el reconocimiento oficial de tal devoción fuese preciso esperar hasta la publicación de la Real Orden de 12 de noviembre de 1892.