Ceuta rechaza la banalización del Holocausto y recuerda a las víctimas

Un sencillo y respetuoso acto en la Plaza de la Constitución sirvió ayer para recordar a las víctimas y también para rechazar la banalización del Holocausto. Autoridades, políticos, miembros de la Comunidad Israelita de Ceuta –organizadora– y otros ciudadanos participaron por tercer año en esta cita para recordar a las víctimas del nazismo.
Jacob Hachuel, de la Comunidad Israelita de Ceuta, recordó que aunque el pueblo judío fue “especialmente castigado” en el Holocausto, no fue la única víctima, ya que “también lo fueron y  predestinados a ser también exterminados, gitanos, homosexuales, discapacitados físicos y psíquicos, y a continuación, tal y como tenía diseñado el libro de ruta el régimen nazi, cualquier religión que tuviera como fin la moralidad humana, ni el Islam ni el Budismo se iban a librar una vez cumplida la primera etapa, de ser asimismo perseguidos y exterminados”.
Hachuel alertó de que desde hace varios años “se está dando un fenómeno por el que se intenta eliminar cualquier importancia que hubiera tenido el régimen nazi en cuanto a estos horrores. Es la corriente negacionista del Holocausto”. Añadió que, afortunadamente, los testimonios de los supervivientes como los gráficos y sonoros que existen o los documentales ponen en evidencia que este régimen “quería suprimir no solamente al ser humano sino a todo lo que había creado en cuanto a cultura. No fueron sólo a por personas, sino también a por los libros. No podían consentir que en ese tesoro se propagara la moral, el respeto por el prójimo, por el medio ambiente, la ciencia ni el conocimiento. Querían un régimen monolítico, absolutista, que durase mil años y fuera absolutamente uniformado. Todo aquel que no se correspondiera con el perfil de la raza aria, y no físico de rubios y ojos azules sino mental y de conocimiento de la raza aria, estaba destinado a ser exterminado”.
Aunque dijo que este fenómeno ha ido decreciendo con el tiempo, advirtió de que, en su lugar, ha ido tomando fuerza la banalización del Holocausto. En esta línea, puso varios ejemplos de esta peligrosa tendencia y dijo que la única forma de que este genocidio no se vuelva a producir es precisamente lo que hace Ceuta con un minuto de silencio o el acto organizado por la Comunidad Israelita, el Congreso de los Diputados o lo que hace la ONU pidiendo a los países miembro que incorporen el Holocausto nazi como materia de estudio en los libros escolares, “para enseñar a los niños una parte de la historia que está ahí y que no puede ni debe volver a repetirse”. Hachuel también fue crítico con los intelectuales que han frivolizado con la barbarie nazi.
Tras las palabras de Hachuel, Menahem Gabizón, un joven de la Comunidad, leyó en español la oración en memoria de todas las víctimas del Holocausto, que posteriormente recitó el rabino en hebreo. Para finalizar el acto, se encendió una vela en memoria de las víctimas.
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, también asistió a un acto que considera “necesario”. El jefe del Ejecutivo dijo que “en nuestra Europa no hace muchos años se llegó a cometer esta aberración contra el género humano, que significó el Holocausto. Significó tanto que personas que se tenían por inteligentes y formadas pusieron en funcionamiento una maquinaria para asesinar a millones de seres humanos que no habían cometido ningún delito, por el simple hecho de que habían nacido distintos, en otra raza, en otra etnia”. Vivas manifestó que no conviene olvidar “que mientras duraba el tormento también procuraban que esos seres humanos que el único ‘delito’ que tenían era haber nacido distintos, tuvieran la percepción de que habían dejado de ser seres humanos, atentaban contra la dignidad de sus víctimas”.
El líder de la Administración local recordó que “muchos de los supervivientes lo fueron porque se aferraron al compromiso de contarlo, porque se aferraron al compromiso de que no pasara desapercibido ni formara parte de una cuestión anónima, que hubiera el recuerdo necesario para que nunca se volviera a repetir. Y eso les dio fuerzas y motivación para sobrevivir”.
Para finalizar, Vivas dijo que esto tiene una enseñanza: “Cuidemos nuestro comportamiento, no solamente en no utilizar ninguna referencia  o ningún símbolo que tenga que ver con el nazismo, sino que también no perdamos de vista que cuando uno tiene un comportamiento en virtud del cual se considera superior al otro porque el otro es distinto, cuando uno maltrata al otro o lo discrimina porque es distinto, está sembrando la semilla del Holocausto. Es bueno y necesario que lo tengamos en cuenta”.
Por su parte, el delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, también señaló que con este asunto no se puede banalizar. “Si al final nosotros utilizamos como ejemplo el Holocausto para señalar o significar alguna otra cosa que no tiene nada que ver con el Holocausto, creo que estamos haciendo un flaco favor a las generaciones venideras, que podrían llegar a no tener conocimiento de lo que realmente pasó y lo van a identificar con otros problemas que en absoluto tienen nada que ver”, manifestó. En esta línea, añadió que “hay que ser muy serio en estos temas”, y pidió que cuando se hable del Holocausto, sólo se refieran a “esa masacre de seis millones de personas”.