El 97% de las personas rechazadas en España en 2018 se produjeron en Ceuta y Melilla, un dato que refleja la gran carga inmigratoria que sufren las dos ciudades autónomas españolas en sus fronteras.
Según un informe de Eurostat, en torno al medio millón de personas se quedaron el año pasado al borde de pasar a Europa y finalmente no lo consiguieron, y el mitad de ellas ocurrió en España. Hasta un total de 230.540 personas rechazó España en 2018, siendo el 97% los que intentaron entrar por Ceuta y Melilla.
Después de España, los países que registraron más rechazos de ciudadanos en sus fronteras fue Francia, con 70.400, y Polonia, con 53.700, ambos países muy alejados de España, que sigue siendo el principal lugar de Europa en el que inmigrantes buscan una nueva vida fuera de su país, principalmente de territorios de África.
Pese a los elevados datos, son ahora menos los ciudadanos rechazados que hace una década, cuando en 2008 estos casos llegó a los 510.000 rechazos, más del doble que en 2018, lo que suponía entonces un 80% del total comunitario.
La crisis económica supuso un antes y un después, ya que desde 2008 hasta 2016 las cifras de llegadas de inmigrantes irregulares, con su posterior rechazo, bajaron, para subir nuevamente hace desde hace tres años.
En Ceuta, junto con Melilla el único territorio de acceso entre África y la Unión Europea, existe un 'atasco', con un importante nivel de tránsito.
Se calcula, según datos oficiales del Gobierno en 2017 (facilitados al diputado de EH-Bildu, Jon Iñarritu, en una pregunta parlamentaria) que son 32.000 personas las que entran diariamente por el paso del Tarajal, así como por el de Beni Ensar y Farhana en Melilla. A estos números, de peatones, hay que sumar el de los vehículos, sin datos oficiales, pero calculados entre 15.000 y 20.000 al día.
“Aunque menos visibles que las pateras, Ceuta y Melilla son el espacio más complejo en términos de control migratorio”, explicó Gemma Pinyol, directora de políticas migratorias de la consultora Instrategies.
Son el paso.