El Observatorio de Ceuta y Melilla ha presentado en la mañana de este miércoles su séptimo informe, que lleva por título “Ceuta y Melilla, ciudades multiculturales”. Este ha sido elaborado por el profesor Carlos Rontomé, Doctor en Ciencia Política y director del Centro UNED Ceuta.
Durante la sesión en la Asociación de la Prensa de Madrid ambos han abordado la "dramática" situación que se está viviendo en los últimos días en Francia con numerosos disturbios en diferentes ciudades.
En este sentido, Rontomé ha señalado que “los modelos de asimilación de la inmigración como el practicado en Francia no funcionan, ya que la 'guetificación' de los barrios y la concentración étnica en determinadas áreas conducen al aislamiento y a la percepción de rechazo por parte de estas comunidades”.
Frente a modelos como el francés, “el de Ceuta y Melilla se basa en el reconocimiento, donde la religión no se trata como un elemento de división, sino como un factor de cohesión que reconoce la realidad de una sociedad diversa, lo que contribuye a una convivencia que requiere de un refuerzo constante por parte de las autoridades”.
"La 'guetificación' de los barrios y la concentración étnica en determinadas áreas conducen al aislamiento y a la percepción de rechazo por parte de estas comunidades”
El informe, que analiza la dimensión humana, cultural y religiosa de las ciudades autónomas, destaca la importancia de proteger y fortalecer la estabilidad multicultural de estas ciudades a través de políticas proactivas en el marco que brindan la Constitución española y el Estado de Derecho.
El profesor Rontomé ha afirmado que las sociedades en "entornos vulnerables y de composición multicultural", como es el caso de los territorios ceutí y melillense, son frágiles y requieren medidas "extremadamente cuidadosas para prevenir la fractura de su estabilidad".
"En un mundo cada vez más marcado por conflictos y percepciones negativas entre diferentes grupos, la diversidad étnico-religiosa de las Ciudades de Ceuta y Melilla es particularmente relevante en comparación con otros espacios de la Unión Europea, que luchan por mantener la convivencia en algunos de sus barrios", han destacado desde el Observatorio.
La confusión entre nacionalidad y religión
Y es que, tal y como señala el informe (que puede leer completo aquí) la actualidad Ceuta constituye una ciudad multicultural donde el 57% de su población es de origen sociocultural cristiano y el 42,6% de origen sociocultural musulmán.
El resto de la población lo componen las minorías hebrea, hindú y gitana. Y "pese a lo que podría pensarse, en Ceuta la proporción de extranjeros es menor a la registrada en el resto del Estado, pues solo suponen un 5,8% del total de la población de la ciudad frente al 11,7% de la media nacional".
La diferencia, detalla Rontomé en el documento, "estriba en que mientras que en el conjunto de España la población extranjera de nacionalidad marroquí supone el 15,9% del total de extranjeros, en Ceuta los marroquíes suponen el 88,9% de los extranjeros residente en la ciudad, cuestión lógica si atendemos a la situación geográfica de la ciudad".
En el caso de Ceuta la gran mayoría de los musulmanes que residen en la ciudad, indica el doctor, son españoles (los musulmanes extranjeros suponen tan solo un 12% del total de habitantes de religión islámica).
"Resulta importante señalar esta cuestión dado que es habitual observar en ciertos análisis sobre la realidad sociológica de Ceuta una confusión entre nacionalidad y religión", matiza.
Una convivencia gestada desde 1995
Así, para el profesor Rontomé, la constitución de ambas ciudades como Ciudades Autónomas en 1995 marcó el reconocimiento de la diversidad cultural y religiosa de las sociedades ceutí y melillense.
Los modelos de Estatutos de Autonomía y la Constitución española representan el marco de implementación de políticas de reconocimiento, fundamentales para la convivencia.
Por su parte, para el director del Observatorio de Ceuta y Melilla, Carlos Echeverría, en un momento en el que la convivencia entre comunidades en suelo europeo está siendo cuestionada, con el epicentro de los conflictos en suelo francés, Ceuta y Melilla son modelos ejemplares.
"A pesar de las estrategias híbridas continuas que Marruecos aplica sobre estos territorios (reivindicaciones permanentes, presión en las fronteras, apoyo a determinados actores políticos y sociales, etc.), estas ciudades multiculturales son, ante todo, parte del espacio español y europeo, donde se garantizan los derechos amparados por la ley", ha indicado el directos, para quien además, "se enmarcan en los valores y derechos que representa la Unión Europea".
De este modo, según ha valorado Echeverría, "España tiene una oportunidad estratégica al ostentar la Presidencia del Consejo de la Unión Europea, para reflexionar a raíz de los acontecimientos en Francia, para reforzar el marco jurídico de las Ciudades Autónomas más que nunca".
"Las ciudades autónomas representan un ejemplo destacado de convivencia entre comunidades diversas un microcosmos europeo donde comunidades de cristianos, musulmanes, judíos, hindúes y gitanos conviven en armonía. Por ello, su preservación es fundamental para mantener una sociedad armoniosa y fortalecer los valores democráticos y de respeto en el marco del Estado de Derecho”, ha concluido.