Esta mañana he leído el artículo de Gonzalo Testa ‘El efecto Mateo' de la desigualdad y una gestión “colonial” hunden la educación pública en Ceuta.
Señala Juan Luís Aristegui que el Ministerio da a las ciudades autónomas un trato colonial, nos gestiona como si fuera una misión exterior y se limita a dotar de recursos humanos, sin políticas, compromisos o estrategias adaptadas a nuestra realidad educativa.
Para el doctor en Fernando Trujillo, “el problema de Ceuta es que no tenemos ningún tipo de política de mejora: ni para compensar el ISEC (índice socioeconómico y cultural), ni para la escolarización temprana, ni de educación lingüística”.
Exponen estos compañeros lo que ellos consideran el meollo del fracaso escolar. Una política educativa que ha estado en manos del PP y PSOE, según ellos, no han podido frenar este rotundo fracaso. Aluden a luchas internas del poder, intereses políticos que en nada tienen que ver con la educación.
Analizan a la sociedad para buscar las raíces del fracaso: pobreza, polarización entre musulmanes y cristianos, el castellano y el dariya, colegios públicos y privados, falta de proyectos educativos para paliar este insoportable fracaso escolar.
Son opiniones que no dejan de ser ciertas pero demasiado generales y abstractas para entrar en el meollo de la cuestión.
¿Qué hacemos mal? ¿En qué fallamos los docentes? ¿Qué responsabilidad tiene el Ministerio de Educación?
33 años en la enseñanza y mi paso por 23 centros educativos me permiten tener una visión personal y nada sesgada sobre el asunto.
¿Qué pasa con los docentes? En Ceuta los directores prolongan sus cargos durante años, no se ofrecen alternativas pedagógicas que planteen otros proyectos. La oposición siempre es encubierta. ¿Falta de compromiso? ¿Desmotivación o pasotismo? La realidad es testaruda y la realidad es ésta.
¿Por qué los resultados cambian en colegios privados respecto a los públicos? ¿Qué hacen bien y qué hacemos mal? Ahí podríamos hincar el diente para descubrir esos resultados tan diferentes.
¿ Por qué no hay una red pedagógica de coordinación real entre Ministerio, instituciones, colegios e institutos y Universidad, un trabajo común que analice lo que funciona bien y lo que debemos abandonar.
¿Tratar al Dariya como una lengua que no tiene cabida en el sistema es positivo? ¿No existe posibilidad de hacer viables las dos lenguas en una Ciudad en la que "conviven dos culturas “ y el racismo es negado por los que tienen las riendas políticas?
¿Por qué motivos son condenados al ostracismo profesores comprometidos que plantean cambios de calado? Maestros y profesores incómodos, sospechosos, tratados como enemigos porque no quieren comulgar con ruedas de molino. No interesan voces libres, revolucionarias, implicadas hasta las orejas durante toda su vida docente. Estos " marcianos" son mirados de soslayo y bajo sospecha.
¿Qué pinta en la Enseñanza las luchas políticas, los sumisos al partido que los nombra cosiéndoles la boca y atándoles las manos?
¿ Y la red de centros? ¿Se podría cambiar la idiosincrasia bajo criterios pedagógicos?
Ya sabemos y conocemos la metafísica de nuestra ciudad: riqueza y pobreza, ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, funcionarios y no funcionarios. Alumnos con posibilidades y alumnos abandonados a su suerte por su circunstancia.
Todos conocemos a docentes extraordinarios que se liarían la manta a la cabeza para abrir puertas y ventanas, para permitir que entre el aire fresco, pero nos hemos acostumbrado al hedor de lo pútrido en el que habitamos.
El síndrome de Procusto puede darnos algunas pistas: personas que critican a quien destaca por alguna capacidad, iniciativa, trabajo, popularidad, etc., evitando la relación con esa persona y tratando de evitar que los demás, la acepten o la elogien, buscando su descrédito, su desprestigio y su aislamiento e intentando causarle malestar y sufrimiento
Tal vez el Síndrome de Procusto pudiera darnos pistas: personas que critican a quien destaca por alguna capacidad, iniciativa, trabajo, popularidad, etc., evitando la relación con esa persona y tratando de evitar que los demás, la acepten o la elogien, buscando su descrédito, su desprestigio y su aislamiento.
Por cierto, ¿alguien puede poner sobre la mesa las razones objetivas para sustituir a la actual Directora Provincial de Educación?
Lo mismo yo vivo en otro planeta y no me he enterado de nada.
¿Es la Directora Provincial una cabeza de turco o una moneda de cambio para los que realmente le importa un comino la gestión educativa?
Ahí lo dejo. Recordar que la educación pública es el futuro del mundo, un mundo en la agonía.
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