La semana pasada han confluido tres circunstancias especiales, que vienen a ser como el signo distintivo de esta ciudad desde hace ya demasiado tiempo. El levante histórico, la entrada masiva de inmigrantes irregulares y la detención por corrupción de varios políticos locales. La magnitud de las mismas y su coincidencia en el tiempo, han hecho que se magnifiquen en los medios muy por encima de lo que es habitual.
Los levantes son algo corriente en el Estrecho de Gibraltar. Los levantes fuertes que impiden la navegación, también lo son en estos meses. Permanecer aislados durante más de tres días, hacía tiempo que no ocurría. Este fenómeno, que por natural, no deja de ser un problema, viene a corroborar el aislamiento en el que vive Ceuta, y su similitud con las de otras zonas ultraperiféricas europeas, a las que se les tiene dotado de un sistema de protección especial, perfectamente entendible por las autoridades europeas.
En un artículo que escribía en estas páginas el 10 de octubre de 2009, titulado “Ceuta, región ultraperiférica”, al que me remito, informaba de lo que significaba esto y de la necesidad de dotarnos de este mecanismo. También daba datos de la alarmante situación de Ceuta en cuando a algunos de sus indicadores básicos: paro, abandono escolar, delincuencia….Lamentablemente, ocho años después, un levante fuerte ha venido a recordarnos lo aislados que estamos y lo poco que quieren las autoridades ayudarnos para salir por nosotros mismos de esta situación.
La entrada masiva de inmigrantes es algo que también viene ocurriendo, pese al muro construido. Además, está casi demostrada la relación inversa que existe entre temporales en el Estrecho y asaltos a la valla fronteriza. Las mafias que dirigen a estas gentes pobres y desgraciadas, no son tontos y saben cómo hacerlo. Y así continuará, pues no se le pueden poner “puertas al campo”. Es evidente que la única salida que tienen miles de jóvenes en un continente roto como es África, es intentar el salto a Europa, o a América. Y nosotros somos la puerta. La solución no son más muros, ni más represión. Son necesarias, como siempre, medidas de apoyo directo y positivo a estos países, para lograr un desarrollo sostenible de los mismos. En esta línea están trabajando los organismos internacionales. Esperemos que peligrosos personajes como Trump no den al traste con los intentos de muchas naciones por salvar nuestro planeta. Luchar contra el cambio climático y a favor de la sostenibilidad, también es trabajar a favor de estas gentes, para que se queden en sus países de origen.
Mención aparte merecen las detenciones por supuesta corrupción de algunos políticos de Ceuta. No estoy bien informado al respecto. Pero por lo que me han contado, las faltas administrativas que hayan podido ser cometidas en este caso, no lo han sido para lucrarse personalmente, y no justifican una detención al estilo película americana, en una ciudad tan mediática como esta. Cuestión aparte es si en esta u otra promoción, ha podido haber cohecho o malversación de fondos. Evidentemente no sería justificable que familias necesitadas se quedaran sin vivienda de protección oficial, mientras que otras menos necesitadas hubieran accedido sin problemas a las mismas. Esto sí sería reprochable y objeto de castigo por la vía penal. Personalmente creo que Mohamed Alí es una persona honesta. A Susana Román y Rabea Mohamed, las conozco menos. Pero yo las tenía por personas trabajadoras y honradas, hasta donde yo podía conocer de su gestión. Todo ello, dejando aparte cuestiones ideológicas.
Una vez más, Ceuta vuelve a ser portada de diarios nacionales, pero no por haberse distinguido en dar un impulso al sector turístico, o por haber puesto en marcha algún estudio universitario de nivel. Aislamiento, asalto masivo y caos en la frontera y corrupción. El coctel perfecto para que la esperanza sea cada vez más rabiosa.