Ceuta está desbordada

Ceuta se desborda. Ya ha superado la cota de equilibrio entre recursos y habitantes y esa desproporcionada densidad de población, a día de hoy, muestra consecuencias negativas sobre la ciudadanía. Las instituciones han reconocido que existe dificultad a la hora de asignar, por ejemplo, ayudas sociales. Esto “comporta un factor decisivo en la conflictividad social y compromete la sostenibilidad medioambiental del territorio”, ha explicado el presidente de Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera. Y lo ha hecho durante la presentación de un informe que pauta un diagnóstico en el que la socióloga Soledad Giménez ha estudiado la evolución y características demográficas de la ciudad del que salen conclusiones “que deberían tomarse en cuenta” y del que, tras ser presentado ayer públicamente, hablan claro a pesar de que son conscientes de que “aquí pocos llaman a las cosas por su nombre”. Edward Glaeser dice en su libro ‘El triunfo de las ciudades’,  una de las cosas que más atrae a los pobres a las áreas urbanas es, ante todo, el trabajo y basándose en este autor, el presidente de Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera, explica que se deben tomar medidas “de forma urgente y enfrentarse a este asunto con valentía. “Glaeser explica que cualquier intento de remediar el nivel de pobreza en una sola ciudad puede muy bien salir por la culata y aumentar el nivel de pobreza de esta ciudad atrayendo a ella a más pobres y hay que mirar alrededor para darnos cuenta de lo que sucede”.
Pide participación ciudadana, implicación y que las Administraciones afronten un problema en el que ya estamos inmersos “con valentía y llamando a las cosas por su nombre”. Pérez Rivera reconoce que el tratamiento es complicado pero que puede “haber varios, ya que también hay varios factores que influyen en las causas de estos datos y esta situación”. Contexto complejo por tanto “y que podría solventarse si trabajamos sobre la estructura urbana con la posibilidad de dejar de construir viviendas y que esos espacios sean aprovechados para equipamientos sociales y parques que incrementen la calidad de vida y no la reduzcan como está sucediendo, algo que incluso puede estar relacionado con que la mortalidad sea incluso tres años por debajo de la media del país”.
Giménez ha explicado que la desproporcionada densidad sobre la que recae la escasez de recursos y la dualidad social compromete una sostenibilidad que ya está tocada “y llegados a este punto es muy complicado volver atrás porque hemos tocado techo”. No quieren ser tremendistas pero los problemas ya se están sufriendo. Por eso, aseguran que deben plantearse políticas sociales que incentiven la movilidad, que se frene la edificación de viviendas y en el suelo libre se creen espacios que incrementen la calidad de vida del ciudadano como equipamientos y parques y tomar medidas legislativas que limiten los asentamientos en la ciudad. Hablan incluso de que Ceuta sea una ciudad inviable si se llega al pico de petróleo al depender la energía de una central diesel y la desaladora de ésta. Pocos recursos.

Un informe muy necesario

“Es el momento de actuar porque la ciudad se deteriora”
Septem Nostra pide a la ciudadanía que quiere Ceuta que no se quede de brazos cruzados ante lo que está sucediendo. Que se indignen, propongan, se muevan y se impliquen “porque ahora es el momento de plantearnos lo que sucede y es que la ciudad se está deteriorando”. En la imagen, aparece el presidente de la entidad, José Manuel Pérez Rivera y la socióloga que ha elaborado el informe, Soledad Giménez.

Esperanza de vida de 79,54 años

Los ceutíes viven una media de tres años menos que el resto de los españoles

Los condicionantes geopolíticos e históricos como pueden ser la situación geográfica, vecindad con Marruecos o la importancia del estamento militar, han sido fundamentales para la actual estructura social y la evolución de la demografía ceutí. La población es más joven que la media nacional, con un menor porcentaje de mayores de 65 años (11,86% en Ceuta y 16,87% a nivel nacional),
pero una esperanza de vida ligeramente menor que la nacional. Estamos hablando de tres años menos, situándose en Ceuta en los 79,54 años y los 82,27 en el resto del país. El saldo entre nacimientos y defunciones en lo que llevamos del último siglo ha sido de 7.075 ceutíes y el crecimiento real ha sido de 8.199, por lo tanto la diferencia que es de 1.124 personas podría atribuirse al saldo entre emigración e inmigración.

Un dato a destacar
La mortalidad infantil es el doble que la media nacional

La media de la tasa de natalidad a lo largo de la década es de
15,03‰ en Ceuta y de 10,60‰ en España. También es mayor el índice de fecundidad con 1,99 hijos por mujer frente a 1,36 en el resto del país lo que está directamente relacionado con la mayor fecundidad de las madres extranjeras residentes en Ceuta. En cuanto a la nupcialidad, las parejas ceutíes se casan más jóvenes que la media nacional y se da un menor número de madres no casadas. Con una población más joven que en el resto del territorio nacional, la tasa de mortalidad es menor en Ceuta, a excepción de la mortalidad infantil, en la que las cifras son considerablemente más altas. En concreto, la media para la década en Ceuta es de 7,18 fallecidos menores de un año por cada 1.000 nacidos vivos, la española de 3,59‰.  Algo que podría ser debido a la juventud de las mujeres que son madres.

Evolución de la población intercensal durante el siglo xx
De los 13.000 habitantes antes del Protectorado a los 83.500 actuales

1910-1930: La puesta en marcha del Protectorado de Marruecos requiere del refuerzo de los efectivos militares y de cuantiosa mano de obra que construirá obras de infraestructura militares y civiles. Se pasó de los 13.000 a los 50.000 habitantes. Ya en los años 40  la población aumentó durante la segunda mitad de la década anterior por efecto de la Guerra Civil y los cambios económicos posteriores a la Guerra Civil Española dan lugar a un relativo estancamiento de la población durante casi cuatro décadas. El repunte que recoge el censo de 1960 se debe al período final del protectorado rondando los 65.000 habitantes. Ya en 1991 hay más de 73.000 habitantes, un incremento que puede deberse al proceso de regularización llevado a cabo en la segunda mitad de la década.
Durante los años 90 la población desciende en 2.000 habitantes y es en la primera década del siglo XXI cuando se produce un espectacular aumento de población (no justificable únicamente con el saldo vegetativo) y hogares. Aquí las políticas sociales tienen que ver, ya que a partir del 2004 con el cambio de las políticas sociales y la llegada del PSOE al poder se incrementan las cuantías para los planes de empleo.

Mensaje a los Politicos
“Hay que adoptar este asunto con valentía y el delegado, al menos, lo ha hecho”

Septem Nostra ha dicho que  si no se tiene en cuenta la capacidad de un territorio para crecer, cualquier política, desde la gestión de residuos, al transporte o la vivienda, queda en un plano vano y sutil y por eso, el problema que ayer dejaron sobre la mesa con datos que responden a un estudio serio y detallado, debe afrontarse con valentía y en este sentido “al menos el delegado de Gobierno lo ha hecho poniendo freno a los empadronamientos incontrolados, pero es un planteamiento que se enfoca desde un punto de vista de la viabilidad económica de la ciudad y debe abordarse también desde una dimensión social y ambiental”. La entidad se niega a entrar en el discurso político, tan sólo recuerda que fue Caballas el partido que presentó en el pleno la propuesta de realizar un estudio de sostenibilidad demográfica que se aprobó poner en marcha por unanimidad pero saben que “se trata de un terreno complejo y delicado al que preferimos no entrar. Simplemente exponemos lo que nos hemos encontrado”. Apuestan por no tener tabúes y “llamar a las cosas por su nombre” dejándose de “tibiezas”.