La Guerra Civil en Ceuta tuvo un episodio trágico que tiene relación directa con el mundo de la enseñanza. La práctica totalidad del cuerpo docente de nuestra ciudad fue “depurado” a nivel administrativo o físico. Ese es el resultado que extrae la investigadora de la Universidad de Sevilla, María Isabel García Lafuente, en su tesis doctoral y que es motivo de la conferencia que la Biblioteca Pública del Estado ofrece este martes a las 19:30 horas.
Como parte del 85 aniversario de la Escuela Normal de Magisterio (actual Facultad de Educación de la Universidad de Granada), se ha organizado esta charla, que contará también con una mesa redonda a cargo de Vicenta Marín y el director de la Biblioteca, José Antonio Alarcón. Aunque el objeto de esta conferencia será poner sobre la mesa una trágica conclusión: Ceuta fue, de largo, el lugar donde mayor represión sufrieron los docentes durante los años de la guerra.
“Las cifras que tenemos hoy en día y en conjunto (primera enseñanza, secundaria), ponen a Ceuta como una de las ciudades españolas que más sufrió la depuración en cuestión de porcentaje con respecto a otras zonas. Por ejemplo, en magisterio el 42% del cuerpo docente del magisterio nacional fue sancionado. Víctimas de una o varias sanciones”, desgrana la investigadora.
En comparación con el resto de España, el porcentaje de docentes afectados supone el doble que la media nacional: en el resto del país supuso un 24%. Ceuta se sitúa “por encima de Madrid, Valencia o Barcelona”, a pesar de que estas ciudades fueron las que se mantuvieron republicanas durante más tiempo a lo largo de la contienda.
Durante la guerra, al menos seis maestros fueron fusilados aquí. Una de ellas no he logrado saber si era del cuerpo de magisterio nacional, pero era de Ceuta; dos eran del magisterio nacional, pasaron concurso en la Península y estaban destinados en Ceuta; y tres más de las escuelas racionalistas. Extraídos de los libros de Francisco Sánchez Montoya. Este 42% prácticamente en su totalidad sufrió la depuración administrativa.
Pero no solo versará sobre nuestra ciudad: García Lafuente también ofrecerá una radiografía exhaustiva sobre cómo se vieron afectados los integrantes del cuerpo docente del norte de África, incluidos los que trabajaban en el protectorado y, también, Melilla. “También cómo afectó los docentes españoles de las escuelas de Tánger, el protectorado francés de Marruecos y Argelia. Me centro en cómo afectó esta depuración a Ceuta; a nivel de escuelas, magisterio, segunda enseñanza... que afectó tanto al instituto hispano-marroquí como a la Escuela Normal de Magisterio”, explica la investigadora.
La depuración es una técnica a la que se ha recurrido a lo largo de la Historia frecuentemente. consiste en una “limpieza” que muchos estados y gobiernos han utilizado. De hecho, García Lafuente se remonta hasta la Grecia clásica: “Ya Platón en su ciudad ideal hablaba de depuración. Pero en este caso es una depuración que viene impuesta de los cargos militares sublevados y que pretendía una eliminación física hasta la ideológica cualquier resquicio que pudiera quedar de lo que fue esa república sobre todo en el ámbito educativo”, matiza.
Emilia, la maestra de Ceuta exiliada a México
Una de las historias de exilio de maestros durante la Guerra Civil tiene el nombre de Emilia y los apellidos de Salvadores Izquierdo. Ella fue maestra propietaria de la Escuela número 13 de Ceuta y de las primeras detenidas al comenzar la contienda. El 3 de febrero de 1937 fue dada de baja del servicio. Los golpistas la consideraron “extremista, mala española y mala maestra”. Consiguió huir y refugiarse en Tánger. Después, viajó a Casablanca, desde donde salió rumbo México, donde se refugió el 22 de mayo de 1942 junto a su madre Fidela.