El ciclo de seminarios ‘Jalia: Inmigrantes árabes en Europa’ del proyecto MYOUROPE del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra tuvo este miércoles a la ciudad autónoma y a su historia y realidad social y lingüística como protagonista de la mano de la experta en Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Zaragoza Ángeles Vicente, que hace ya quince años publicó el libro ‘Ceuta: una ciudad entre dos lenguas’.
El título de su conferencia fue ‘La comunidad musulmana de Ceuta: ¿oriundos o inmigrantes?’ y en ella Vicente, ante público presencial y telemático, repasó los periodos en los que a su juicio puede estructurarse la presencia islámica en la ciudad: la medieval, “cuando Ceuta estaba bajo poder musulmán, que duró hasta la llegada de los portugueses que la conquistaron en 1415”; un segundo periodo que abarca “la formación de la comunidad musulmana actual desde la segunda mitad del siglo XIX hasta mediados del siglo XX”; y el tercero “tras la formación de Marruecos después del Protectorado de España y Francia”.
Toda la región que rodea Ceuta fue “arabizada” arabizada desde Oriente a partir del siglo VIII sobre “dos procesos paralelos de islamización y arabización de la población bereber con la que se encontraron en la zona”.
“La islamización era el objetivo y se llevó a cabo con mayor éxito y rapidez, pero la arabización para llevar la lengua árabe como materna y no sólo vehicular”, explicó la especialista, “fue mucho más lenta, pues para ello hacen falta dos o tres generaciones”.
Su “éxito” no fue tal, de hecho, hasta el siglo X, cuando en el año 931 el Califato de Córdoba se anexionó la ciudad norteafricana. “La importancia de su pertenencia fue grande porque llegaron muchas influencias de Al Andalus: cultural, lingüística, etcétera, y Ceuta adquirió un nivel bastante elevado con la construcción de una Madrassa, una escuela de religión islámica, y una Escuela de Gramática, lo que la proyectó como agente arabizador de su entorno geográfico”, repasó Vicente.
La conquista portuguesa aniquiló la presencia musulmana hasta mediados del siglo XIX, cuando comenzó a dejarse entrar en la ciudad a los ‘moros de paz’, que no podían pernoctar en ella hasta, en casos puntuales, a partir de 1860.
En 1930 se formaron las “barriadas musulmanas” por el Campo Exterior, que fueron configurando una ciudad en la que todavía hoy “la repartición de la población por su credo y origen no es homogénea”, como tampoco lo era dentro de la parte islámica según llegasen del Rif, el Yebala o más al sur.
"Los musulmanes de Ceuta están orgullosos de su lengua materna, pero la infravaloran”
Vicente llegó hasta los años ochenta, las reivindicaciones de la nacionalidad española y el movimiento sociopolítico de los noventa “que a partir de la religión y la lengua ha servido para construir una identidad musulmana en la que el árabe ceutí se convirtió en salvaguarda contra la pérdida de la identidad por la presión del castellano como lengua dominante”.
La Ceuta de hoy es un territorio con alrededor de un 50% de ‘cristianos’ y otros tantos musulmanes como comunidades mayoritarias “en el que la lengua oficial es el castellano como territorio español que es y ‘la dariya’ de Ceuta, el árabe ceutí, la lengua materna de gran parte de la población”.
“La población cristiana es monolingüe o bilingüe con otras que no es el árabe y la musulmana muestra diferentes grados de bilingüismos entre el árabe y el español”, contextualizó al auditorio la experta, que destacó que el árabe ceutí “tampoco es homogéneo entre zonas como Benzú o el Príncipe Alfonso, algo muy influido por la procedencia más o menos rural de las mujeres, que son las que transmiten la lengua materna, de cada zona”.
Esas diferencias tienden hacia su desaparición por la influencia de los jóvenes (que se describen tan españoles como musulmanes, sin que lo segundo influya en lo primero) y sus conexiones con la población marroquí coetánea de Tetuán o Tánger.
Al mismo tiempo, la ciudad registra una “doble diglosia”, por un lado entre ‘la dariya’ ceutí y el castellano y por otro entre los hablantes de la primera lengua, que “se muestran orgullosos de su lengua materna, pero al mismo tiempo la infravaloran frente al prestigio del árabe clásico, oficial en 22 países, por razones religiosas o culturales”.
El Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra pretende con el espacio ‘MYOUROPE’ iniciar “una conversación académica en torno a cómo los europeos ‘antiguos’ son percibidos por los ‘nuevos’ en los discursos de las migraciones masivas a Europa”.
También aspira a “trazar un mapa con estos conceptos y sus articulaciones en lo que respecta al material relevante para España: la ‘nueva’ población de origen marroquí / argelino”.
Su propósito es dar “una comprensión más profunda de los discursos de los ‘nuevos europeos’ que se centran en su nuevo país de origen, su sociedad y su cultura” con la aspiración de “influir en el diseño de futuras políticas efectivas de integración social” y, al mismo tiempo, “fortalecer la red de contactos con investigadores internacionales para el análisis de los ‘nuevos’ discursos europeos emergentes”.
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