El capítulo que se reproduce a continuación forma parte del número 8 de la "Revista Transfretana titulada Estrategias para el futuro de Ceuta", editada por el Instituto de Estudios Ceutíes y cuyos ejemplares están a disposición del público. Los artículos han sido escritos por especialistas en cada tema y en este caso se presenta el primero de los trabajos mencionados.
Si se lanzara un concurso para construir un hábitat para 300.000 personas, utilizando solamente medios materiales y tecnológicos del lugar, con un consumo energético casi nulo y teniendo en cuenta unas condiciones climatológicas extremas (con temperaturas medias superiores a las 40 oC durante los meses de verano y mínimas en invierno cer- canas a los 0 OC), a cualquiera le parecería una utopía. Pues bien, ese lugar existe y está en Marruecos.
El valle del Drâa en Zagora (Marruecos), tiene una longitud de 200 km, contiene 5 palmerales (Mezguita, Tinzouline, Ternata, Fezouata, Ktaoua y M’hamid) y alberga 300 alcázares, alcazabas y zawiyas1, que aunque muchos de estos lugares han sido abandonados, un gran número de ellos continúan ocupados. Pese a que en los últimos 20-30 años la población se está concentrando en nuevas ciudades o en los alrededores de los principales alcázares, durante siglos este valle (como también lo fue el valle del río Ziz en Errachidia) ha sido un ejemplo de desarrollo sostenible2, pero del de verdad, no de los que cumplen una serie de requisitos normativos, administrativos o comerciales (como ocurre con la certificación BREEAMEN). Por desgracia, las nuevas ciudades y centros emergentes que están surgiendo en esta región, están siguiendo un desarrollo urbanístico en el que prima una idea equivocada de modernidad y una denigración de los modos de vida tra- dicionales, creando problemas que habían sido resueltos por la construcción vernácula, compuesta no solo de edificios, también de espacios agrícolas (recordemos que los oasis no son espacios naturales sino artificiales). Esta simbiosis entre arquitectura y agricultura debería ser un modelo de desarrollo para un futuro, ya que permite una autosuficiencia casi total en muchos aspectos, el económico y el energético entre otros.
En el valle del Drâa las construcciones pueden situarse en el interior del oasis o en el borde, dependiendo de la orografía del valle, pero el hecho de vivir en el interior hace que la temperatura disminuya en 6 oC tal y como algunos amigos han podido medir en Amezrou (palmeral de Fezouata). Si además las construcciones son de tapial (pero con espesores de 100-120 cm y no de 50 cm como las construcciones modernas del mismo material), la reducción de la temperatura es mucho mayor (aún no la hemos podido cuantificar y comparar con las construcciones de bloques de hormigón por falta de me- dios), llegando a crear espacios en los que en verano, aún estando a 44 oC, ni siquiera es necesario el uso de ventiladores.
Pero lo realmente interesante no es la imagen ni los espacios generados (Habitat en Régions Présahariannes3), sino la mentalidad que hay detrás de todo ello, la cual per- mite adaptarse a un medio tan hostil como el desierto. con las herramientas que ofrece la naturaleza. Si en el emplazamiento hay tierra para ejecutar muros de tapial y ladrillos de adobe, ese será el principal material, pero si lo que abunda es la piedra, entonces los muros variarían en dimensiones y disposiciones. Lo mismo ocurre con las estructuras horizontales, si el principal árbol del oasis es la palmera, los forjados se ejecutarán con troncos de palmeras y las ramas y hojas se utilizarán para múltiples usos (alfombras, entrevigados, utensilios domésticos, fuente de energía...). Sin embargo, si el árbol pre- dominante es el tamarisco, la acacia o el chopo, las estructuras variarán y también los espacios, generalmente con mayor amplitud. El objetivo es adaptarse con sus propios medios, generalmente muy escasos. Esta manera de entender el medio (y la vida) puede llevarse aún más al extremo cuando se trata de nómadas que se desplazan por la planicies y llanuras desérticas y para los que un árbol puede tener el mismo sentido y uso que todo un oasis, sin necesidad siquiera de utilizar la jaima, ni en invierno ni en verano (solo lo harán en caso de lluvia o viento).
Quedémonos con esa mentalidad, adaptación al medio y aprovechamiento de los escasos recursos naturales, pero cambiando de latitud geográfica. Pensemos en Ceuta y centrémonos en la cuestión energética, uno de los principales problemas históricos al tener la consideración de isla energética y depender de una costosísima y mediambientalmente nada eficiente central térmica.
Los planes de futuro de la Ciudad Autónoma de Ceuta pasan por la construcción de un cable submarino4 que nos conectará con la Península y que en teoría sustituirá la central actual. Un proyecto cifrado en 221 millones de euros que tenía que haber en- trado en servicio en 2020 (ahora incluido en la propuesta de planificación de la red de transporte de energía eléctrica para el período 2021-20265) y que a día de hoy aún se desconoce dónde se ubicará la subestación eléctrica del lado europeo6. Por otro lado, y debido a la experiencia con el cable submarino que conecta la Península y Marruecos, es probable que haya accidentes7 que supongan un corte en el suministro eléctrico, por lo que será necesario mantener activa la central térmica. Ante esta situación me asaltan unas preguntas:
¿realmente necesitamos la inversión del Estado para conectarnos con un cable a la red nacional de energía? ¿No hay alternativas o es que era más fácil pedirle al Gobierno central esta infraestructura para evitar tener que pensar otras soluciones?
Esta manera de actuar se ha convertido en la principal característica de nuestros representantes y gobernantes, en lugar de enfrentarse a los problemas (algunos genera- dos por los propios políticos locales) y buscar soluciones con nuestros propios medios, la mentalidad, desgraciadamente instaurada en nuestra sociedad, ha sido la de llorarle al Estado para que gastara más dinero en Ceuta, si tan siquiera hacer un diagnóstico de los problemas y un análisis de las soluciones, de tal manera que el principal problema de Ceuta no es ni su limitada geografía, ni Marruecos, ni la economía mundial, ni la COVID- 19, ni sus políticos, el principal problema que tenemos es nuestra propia mentalidad . Las políticas locales han convertido un complejo de inferioridad en un victimismo instaurado en todos los niveles de la sociedad y cuyo único remedio, creemos, se encuentra en la inversión continua y perenne del Estado, provocando el anquilosamiento de la ciudad.
Desgraciadamente no vamos a cambiar de actitud, tal y como se ha visto en la gestación del Plan Estratégico de la Ciudad, que ha mutado en un listado de medidas, Por un futuro más estable y seguro para Ceuta8 en el que la única mención a la producción de energías es Establecer un plan de fomento para las energías alternativas, rechazando las propuestas del Colegio Oficial de Arquitectos9 en ese sentido (elaboración de una Ley Cambio Climático y la Transición Energética específica para Ceuta; rehabilitación integral de viviendas y del entorno construido; convocatoria de un concurso de ideas para pensar la ciudad dentro de 50 años con el objetivo de alcanzar la autosuficiencia energética_l. La ausencia de reflexión profunda nos llevará a seguir desaprovechando las oportunidades que nos plantea la Unión Europea, esta vez con el Plan de recuperación para Europa10, gestionado por el Gobierno Central como Plan de Recuperación, Trans- formación y Resiliencia11. Donde la Unión Europea ve una oportunidad para cambiar el modelo económico que posibilite una transición ecológica, en Ceuta, nos lo vamos a tomar como una fuente de ingresos para poder seguir gastando, que no invirtiendo, y así poder ganar las siguientes elecciones.
Nos encontramos ante un momento histórico (aunque sea contradictorio, lo es gracias a la pandemial, con la llegada de una fuerte inversión desde Europa que nos de- bería permitir ser autosuficientes desde el punto de vista energético, siempre y cuando nos lo creamos y pongamos los medios y los métodos de trabajo oportunos, tal y como recomienda el informe de Monitor Deloitte para Endesa: Los Territorios No Peninsulares.
100% descarbonizados en 2040: la vanguardia de la transición energética en España12. Este estudio propone que Ceuta, al igual que Canarias, Baleares y Melilla, se convierta en un laboratorio para la transición energética, transición que no es una opción sino una obli- gación impuesta por la Unión Europea y que de nosotros dependerá que sea traumática, con penalizaciones por no acometer las reformas e implantar las medidas exigidas (como ya ocurrió con el tratamiento de residuos sólidos y de las aguas fecales, o que sea un instrumento para sacarnos de las crisis y establecer las bases para nuestro futuro.
¿Es posible y realista la autosuficiencia energética en Ceuta?
Actualmente nuestra fuente de producción energética es la central térmica de Endesa, que tiene una potencia instalada anual de 98,98 MW (utilizando motores diésel y empleando fueloil como combustible y turbina de gas en ciclo abierto que utiliza gasóleo). Según el informe elaborado para Endesa, la ciudad va a incrementar la demanda eléctrica anual de 2019 a 2040, pasando de 208 GWh a 466 GWh y utilizará como energía la que le llegue a través de la conexión a la red eléctrica de la Península. Pero en dicho infor- me se pide “mantener cierta capacidad de generación firme, para funcionar en caso de incidencia en el cable submarino (situación que ya se ha dado en la interconexión entre España y Marruecos)”. Pero, ¿seríamos capaces de producir tal cantidad de electricidad utilizando solo los recursos naturales? Pues depende de la actitud con la que afrontemos el problema. Una actitud victimista nos llevará a una situación catastrofista donde solo la inversión del Estado podrá salvarnos. Una actitud como la de los habitantes del desierto, nos obligará a pensar, investigar e innovar y seguramente lleguemos a la conclusión de que somos unos afortunados por contar con unos recursos energéticos, naturales y renovables que ya quisieran muchas ciudades.
Sin ánimos de realizar un estudio técnico pormenorizado, me he dedicado a ana- lizar los estudios ya realizados sobre la ciudad en materia energética, así como las diferentes investigaciones existentes en el campo de las energías renovables y sus posibles implantaciones en la ciudad, sin establecer correlaciones o compatibilidades entre las mismas. Veamos cuánta energía podríamos obtener de nuestros recursos naturales: sol, aire y agua.
Desde que se aprobó en 2018 el Real Decreto-ley 15/2018, de 5 de octubre, de medi- das urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores13, derogando el polémico y popularmente conocido como “impuesto al sol” (vigente desde 2015), las posibilidades del autoconsumo energético han dado un importante vuelco. Hasta hace unos años, los precios de los paneles fotovoltaicos (para producir electricidad) solo eran rentables en instalaciones a gran escala, quedando para las viviendas colectivas e individuales los paneles solares (para producción de agua caliente sanitaria). Hoy en día, con la mejora de la tecnología fotovoltaica y con la bajada de precios, hace que su uso empiece a generalizarse en los edificios de viviendas colectivas, ya no solo para calentar agua, también para cubrir los consumos de alumbrado de las zonas comunes.
Pero, ¿son rentables los paneles fotovoltaicos en nuestra ciudad? Según Monitor Deloitte y comparándonos con el resto de comunidades autónomas, los datos indican que somos una de las “comunidades” con mayor potencial y sin embargo el aprovechamiento que hacemos de este recurso es nulo.
Lo primero que necesitamos saber es si tenemos suficientes días de sol al año en Ceuta para que la energía fotovoltaica sea una opción real, pues bien, según la Agencia Estatal de Meteorología la irradiancia en Ceuta en KW/h por m2 día14 sería la siguiente.
La media se situaría en 5,1 Kwh por metro cuadrado y por día lo que significaría que en Ceuta, un metro cuadrado podría producir 1861,5 Kwh al año, situándose en una de las más altas de España. Utilizando un caso práctico de una oferta para un edificio de viviendas en el centro de la ciudad, se plantean 30 paneles fotovoltaicos de 350 Wque funcionarían durante 2.612 horas de sol al año (27.426 KWh), considerando solo el 45 % al tener en cuenta los rendimientos por orientación, inclinación, limpieza y posibles sombras, tendremos una capacidad de 12.350 KWh anuales.
Utilizando esos valores de rendimiento y de precio pero aplicados a toda la ciudad, podríamos tener una idea de la producción de energía que se podría obtener situando paneles fotovoltaicos en todas las cubiertas de la ciudad.
Gracias a los datos del GIS, en el que está trabajando la Ciudad, sabemos que la superficie total de cubiertas en Ceuta es de 1.645.722 m . Consideremos solo el 30 % la superficie, descartando así cubiertas en mal estado y de difícil acceso y disposición de los paneles (que deben situarse orientados al sol y con una inclinación de 30°). La superficie de paneles fotovoltaicas sería de: 493.716 m .
Si esos paneles tuvieran una potencia máxima de 450 W (150 euros panel), tendrían unas dimensiones de 1952 x 992 mm que al estar inclinados 30° ocuparían una superficie
de 1,69 m . Es decir, 493.716 m podrían albergar 292.139 paneles, lo que supondrían 131,46 MW. Considerando el mismo número de horas de sol al año (2.612h) y el rendi- miento del 45 %, la energía generada anualmente podría llegar a: 154,52 GWh
Pero también se podrían instalar paneles en superficies sin construir, de hecho, la Comunidad Autónoma de Baleares estableció en su Ley de Cambio Climático y Transición Energética15 (aprobada en 2019), en su artículo 53 el “Aprovechamiento de los grandes aparcamientos en superficies y de cubiertas”.
Si tuviéramos que aplicar una ley como la de Baleares en Ceuta, ¿qué superficies urbanas tenemos mayores de 1.000 m y susceptibles de ser utilizadas para instalaciones fotovoltaicas?
Aparcamientos Pozo del Rayo: 2.000 m / Chorillo: 7.385 m /Mercadona: 5.400 m/ Puerto: 12.000 m
Explanadas zona de embarque del puerto: 26.000 m / 51.500 m/ muelle de Poniente: En total tendríamos 102.275 m2 de los que consideramos solo el 50 %, esto es, 51.000 m . Con dicha superficie se podrían instalar 30.177 paneles fotovoltaicos de 450 W (potencia nominal 13,57 MW) que con 2.612 horas de sol al año y un rendimiento del 45 % darían lugar a 15,96 GWh año.
La potencia que se podría instalar en Ceuta solo con paneles fotovoltaicos sería de 145 MW / 170,48 GWh año
El Atlas Eólico de España 2011-2016, elaborado por el IDAE17, contiene un apar- tado específico para Ceuta. Dicho estudio concluye que la ciudad está penalizada por su reducida superficie (19 km ) y por la escasez de terreno susceptible de ser utilizada (solo 6 km ) ante las afecciones de defensa, Red Natura, carreteras, suelo urbano... El estudio también aclara que prácticamente todo el territorio (el 99,95 %) tiene una velo- cidad media superior a 6 m/s a 80 m de altura, situación considerada como ideal para el aprovechamiento del viento. Otro parámetro interesante es el de densidad de potencia como referencia de recurso teóricamente aprovechable, con un valor de 250 W/m , valor que se alcanza al menos en el 99,95 % del territorio, siendo la media española de 22,76 %. Datos que coinciden con los recopilados por Monitor Deloitte para Endesa.
Como se observa, el potencial de este recurso es considerable, si no estuviéramos penalizado por la superficie susceptible de instalar aerogeneradores. La estimación que hacen para los 6 km2 es de un potencial eólico de 25 MW, que ajustado al rango de horas anuales (2.975-3.175 h), darían lugar a 70-80 GWh/año.
Esa falta de terreno para la instalación de aerogeneradores podría ser suplida o complementada por la eólica marina, sin embargo el Estudio Estratégico Ambiental del Litoral Espanol (EEALE)18 para la Instalación de Parques Eólicos Marinos de 2009, ex- cluía expresamente a Ceuta y Melilla. ¿Las razones? No dan explicaciones pero las aguas de Ceuta no están incluidas en el Parque Natural del Estrecho de Gibraltar, por lo que no habría restricciones de carácter general. Probablemente el motivo sea la delimitación de las aguas territoriales por parte de Espana y Marruecos en el ámbito del estrecho de Gibraltar, asunto que Espana va a tener que negociar toda vez que nuestros vecinos han aprobado en su parlamento la delimitación de sus aguas. En este sentido, Marruecos nos ha hecho un favor porque va a obligar a una negociación que no de culminar en un acuerdo, será el tribuna internacional de la ONU quien haga las delimitaciones. De esta manera saldremos de un limbo que “impedía” a los gobiernos autonómicos y central to- mar decisiones fundamentales y de carácter de estado para nuestra ciudad en relación a la instalación de aerogeneradores marinos y a las posibles extensiones de la ciudad en el mar. ¿Cómo podría afectarnos la delimitación de la aguas territoriales? El catedrático de Geografía de la Universidad de Sevilla, Juan Luis Suárez de Vivero, ha trabajado sobre el asunto (presentaciones en pdf19 y en vídeo20) y sobre otros aspectos que serán necesarios tener en cuenta para la posible ubicación de aerogeneradores marinos, como el estudio sobre la Estructura Regional Jurisdiccional del Espacio Marítimo en el Estrecho21 desarrollado dentro del proyecto MARINE PLAN, Política y Planificación Espacial Marítima22. La delimitación de las aguas del Estrecho, según Suárez de Vivero, podría ser esta.
Volviendo a la energía eólica marina en Ceuta y sus posibilidades, según la Aso- ciación Empresarial Eólica23 no hay todavía ningún parque eólico marino en España, mientras que la Unión Europea prevé que en 2030 la eólica marina proporcione el 14 % de la demanda de electricidad, superando así a la terrestre. Uno de los problemas para su desarrollo ha sido el alto coste de instalación, pero advierten que este se ha reducido en un 70 % en los últimos 5 años, además, en determinadas circunstancias, la eólica marina ya es competitiva con otras energías. En 2014 el coste de la eólica marina de cimenta- ción fija era de 150 euros MWh y en 2019, 44 euros MWh, pero la Agencia Internacional de la Energía24 prevé que se reduzca aún más en 2030, 30-40 euros MWh. Otra mención aparte sería la eólica flotante, que ya permite la instalación en lugares donde antes era inviable por las profundidades, si bien, el coste sigue siendo muy elevado para parques pequeños, 180-200 euros MWh , aunque se espera que la reducción de costes sea aún más rápida que la fija, gracias a la experiencia adquirida en la segunda. Para entender un poco mejor la importancia de esta energía, algunos países europeos han incluido sus objetivos en sus Planes Integrados de Energía y Clima para 2030, destacando UK con una producción de 30 GW, Alemania 16 GW, Holanda 12 GW, Francia 5 GW, Polonia 5 GW... En España no hay de momentos objetivos establecidos.
De los proyectos de parques eólicos marinos en España, la región que está mostrando un mayor interés es Canarias. Ellos no tienen la posibilidad de conectarse a la península con un cable, por ello están obligados a buscar alternativas. Hay 4 en tramitación y destaca el de la costa sureste de Gran Canaria, frente al barranco de Tirajana, con una potencia de 144 MW, utilizando 12 aerogeneradores sobre plataformas flotantes de 12 MW.
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