Chebli Laid habría cumplido 21 años el próximo 7 de noviembre. De haber conseguido su entrada en Ceuta lo podría haber celebrado en Francia en compañía de sus familiares. Es a lo que aspiraba, pero el pasado 19 de enero el frío terminó con su vida.
Esos sueños, esas metas se truncaron para siempre en
la frontera sur, la misma que tantas desgracias ha arrastrado.
Amine le orientó en su último rezo, le intentó ayudar en esa búsqueda desesperada por aferrarse a la vida que terminó sin éxito. Ahora este joven espera en el
CETI el momento de marchar para reencontrarse con su mujer e hija recién nacida.
En el recuerdo queda haber intentado la salvación del joven a quien conoció justo antes de echarse al mar y
a quien llamaba Otman. Ambos han terminado representando la cara y cruz de una misma travesía a través del
espigón del Tarajal. Una travesía en la que Amine pudo salvarse; Chebli en cambio forma parte de esas historias que se pierden en Ceuta, que no interesan a nivel nacional, que son ignoradas y no se visibilizan en el grueso estadístico del que se vanagloria el Ministerio del Interior.
Las gestiones llevadas a cabo este lunes por la Funeraria Al Qadr han posibilitado el traslado de los restos de este joven a su país de origen, Argelia.
Allí podrá ser enterrado y velado por su padre y tres hermanos. Chebli era el más pequeño de la casa. Cuenta su familia que la muerte de su madre supuso un auténtico mazazo en el hogar y eso fue precisamente lo que llevó a este joven a emprender la ruta de la
inmigración clandestina, una ruta que terminaría con su vida.
En días el cuerpo de Chebli podrá recibir sepultura en su tierra tras el embarque en la noche de ayer del ataúd con sus restos desde Ceuta hasta Algeciras. Después, la ruta que seguirá pasará por Málaga, Madrid hasta llegar a tierras argelinas.
Sin trabajo ni futuro, Chebli optó por la ruta del espigón seguida por muchos argelinos. Compatriotas de este joven han muerto en la travesía, otros han desaparecido en plena ruta. Los hay también que, tras su rescate en el mar, terminan siendo devueltos a
Marruecos en devoluciones aceptadas por ambos países.
Las tragedias no cesan, este 2024 cuatro personas han muerto en menos de un mes. Todas siguieron la ruta a nado del espigón, una ruta marcada por la tragedia, una vía complicada, pero que es explotada por adultos y menores en un auténtica tragedia a la que parece no ponérsele el punto y final.
La búsqueda de Guardia Civil y Salvamento
Desde que la
Guardia Civil fue alertada de la presencia de nadadores se pusieron en marcha los dispositivos para intentar controlar una situación marcada por el riesgo, ocasionada además en una jornada de temporal que ponía en peligro cualquier ruta.
Ese fue el día elegido por varios marroquíes y argelinos para intentar entrar a nado en la ciudad. Además, por el vallado, otros grupos de subsaharianos buscaron el acceso sorteando la doble valla que separa Ceuta de Marruecos.
Era un 19 de enero. A pesar de que la Benemérita y
Salvamento Marítimo rastrearon toda la zona en busca del joven para intentar rescatarlo con vida, la peor de las noticias se conoció al dar con
su cuerpo en la zona de Fuente Caballos. En el interior del traje de neopreno que portaba Chebli se encontró la documentación que fue determinante para que se le pudiera identificar posibilitando así el traslado a su tierra para proceder a su entierro.
La comunidad argelina suele colaborar en las recaudaciones monetarias para ayudar al abono de estos traslados posibilitando de esta manera que los padres de esos jóvenes puedan velarlos y despedirlos en el lugar en el que nacieron y del que quisieron huir.