La familia que había encontrado en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (
CETI) de Ceuta en su ruta migratoria hacia Europa ha despedido este sábado en el
cementerio musulmán de
Sidi Embarek a las 13.00 horas a Mohamed Balde, el joven de Guinea Conakry cuyo cuerpo fue localizado esta semana sin vida en el mar a unos 50 metros de la línea de costa de playa Benítez. Según han explicado algunos de las decenas de
compañeros del CETI, donde sus compatriotas son el grupo nacional mayoritario, que han acompañado a su féretro hasta el camposanto, era un chico de 18 años “muy activo” y que participaba en muchas actividades. Había llegado a Ceuta a finales del año pasado, justo al alcanzar la mayoría de edad, y preveía poder cruzar el Estrecho “muy pronto”, pero sus expectativas se truncaron el pasado miércoles por la tarde.
De acuerdo con los resultados de la autopsia que se le ha practicado a su cadáver y las pesquisas realizadas por las Fuerzas de Seguridad,
Balde murió por causas naturales ahogado. Algunos amigos del CETI han explicado que, tras pasar la tarde en la zona de Benítez y antes de regresar al centro, el chico decidió darse un baño, pero no pudo regresar a la costa. Varios buzos vieron su cuerpo cerca de las 20.00 horas y efectivos del Servicio Marítimo y los GEAS de la Guardia Civil lo sacaron del agua y lo trasladaron a su base en el antiguo muelle pesquero.
Los compañeros del CETI han grabado varios vídeos que intentarán hacer llegar a su familia para intentar aliviar su dolor en la distancia, ya que hasta ahora los responsables de la funeraria Cuatro Culturas tampoco han logrado contactar con los allegados del fallecido, al que se ha enterrado en el nicho número 4.769 de Sidi Embarek tras la preparación de su cadáver de acuerdo con la jurisprudencia islámica, la religión mayoritaria en su país de origen y la que practicaba Balde.