El proyecto, que aún está en fase de redacción, incide en la integración en la topografía del terreno
El proyecto del futuro centro de menores, que se ubicará en la denominada parcela K de García Aldave, en las inmediaciones del Fuerte Mendizábal, no se concibe como unas simples dependencias de acogida a Menores Extranjeros No Acompañados, MENA. El concepto de estas nuevas instalaciones es totalmente diferente al concebirse como un albergue rural que debe integrarse totalmente en la orografía del terreno en el que se va a edificar.
Así, el proyecto, que aún se encuentra en fase de redacción, hace especial hincapié en la unificación de los edificios que componen el complejo con la parcela natural en la que se ubicará. “La intención es lograr la menor afección sobre el terreno y para ello se ha ejecutado un diseño que busca la integración en el medio natural y persigue romper las formas geométricas puras para conseguir un menor impacto visual”, explica el arquitecto de la Consejería de Fomento y redactor del proyecto, Jorge Chaves.
La parcela ronda en torno a los 5.500 metros cuadrados, de los cuales 4.500 serán construidos, aunque no se descarta incorporar un área más amplia en caso de ser necesario, a fin de encajar los distintos espacios lúdicos y educativos incluidos en el complejo. Sin embargo, el proyecto se enfrenta a una serie de dificultades derivadas de la topografía del terreno, una zona abrupta y con un importante desnivel al que se suma un nuevo hándicap: tanto las acometidas de agua como de electricidad se encuentran a una importante distancia, aún por determinar por las empresas municipales encargadas de estos servicios, lo que implica un esfuerzo añadido en la ejecución final del ambicioso proyecto.
Las nuevas dependencias tendrán una capacidad de 220 plazas, número máximo de niños que, hasta el momento, ha acogido el centro de menores.
El presupuesto es de 5 millones de euros, una partida estimativa a expensas de la redacción definitiva del proyecto que estará concluido en próximas fechas.
Además de los edificios que integrarán el nuevo complejo que acogerá a los menores, el proyecto contempla la urbanización del camino de Sidi Brahim, punto de conexión con la carretera de García Aldave, desde la que se accede a las instalaciones.
Por otra parte, el complejo estará rodeado de un vallado perimetral con el objetivo de controlar las instalaciones y evitar intrusiones desde el exterior.
Cuenta con seis módulos habitacionales y un edificio destinado a usos generales
El proyecto del centro comienza a redactarse a partir de las premisas que Menores trasladó a la Consejería de Fomento enumerando las necesidades de los usuarios. En base a dichos requisitos, se ha organizado la parcela de modo que puedan encajarse los diferentes servicios y usos del complejo.
El centro de menores dispondrá de seis módulos habitacionales con una capacidad de 32 usuarios cada uno de ellos. Se distribuyen en dos plantas con un total de 16 habitaciones dobles. Cada uno de estos pisos dispone de sus correspondientes duchas y aseos. A estos módulos, se suma uno más destinado a las chicas, en este caso con 12 plazas, y que se ubicará en el edificio principal.
La superficie construida de cada módulo es de 400 metros cuadrados en dos pisos, lo que suma un total de 2.400 m2 de zona para el descanso de los niños.
El edificio principal, que cuenta con una superficie construida de 2.000 metros cuadrados, albergará el resto de los servicios que ofrece el nuevo centro de menores. Su distribución se realiza en tres plantas que acogerá dependencias en general y un área de aparcamiento con 17 plazas destinadas a los trabajadores.
El nuevo centro ofrecerá una amplia variedad de servicios que van desde la zona administrativa y de dirección, hasta dependencias para el personal, almacén, enfermería, primeros auxilios y lavandería.
Una sala de ocio y otra de audiovisuales completa la oferta lúdica, mientras que la cocina se ubica en una zona anexa al comedor para facilitar el servicio de comidas. Tendrá capacidad para 72 usuarios.
El complejo también dispondrá de una unidad de recursos de primera acogida para 50 plazas. Será el primer contacto de estos niños con el centro. Una segunda unidad, denominada de recursos residenciales, será el siguiente paso en el acogimiento de los menores. Cuenta con 150 plazas y se entiende como el alojamiento definitivo de los menores, una vez superen un periodo determinado en la anterior estancia.
La oferta educativa y lúdica se traduce en la construcción de un gimnasio, huerto y talleres
El proyecto no sólo comprende unas instalaciones donde acoger a los menores, sino que busca la mayor variedad de oferta educativa y lúdica para estos niños. Así, y tras las pautas marcadas por el Área de Menores de la Ciudad, se ha optado por varias instalaciones deportivas compuestas por un gimnasio y una pista deportiva para la práctica al aire libre. Dicha pista también ejercerá como una rotonda en torno a la cual girará el resto de edificios.
En el ámbito educativo se apuesta por una formación medioambiental a través de trabajos en un huerto y jardines.
Desde Menores también se apuesta por la formación en talleres multidisciplinares donde los pequeños aprenderán pintura, escultura o informática. En el caso de niños con más edad, también se les ofrece la posibilidad de formarse en algún oficio con el que podrán buscar la inserción en el mercado laboral una vez alcancen la mayoría de edad. Así, estos adolescentes podrán optar por algún taller de electricidad o soldadura, entre otros.
El complejo estará dotado de equipamiento antivandálico y, en palabras del redactor del proyecto, se trata de una “edificación sobria que busca la máxima solidez para conseguir la mayor duración y el menor mantenimiento”.