Por mucha carga que ponga en mi empeño no consigo saber que es el centro político a pesar de que lea cientos de veces sobre dicha idea, pensamiento, ilusión o fantasía, aunque lo escuche de boca de múltiples autodenominados politólogos y tertulianos no consigo aprehender el citado concepto y ubicarlo en mi cerebro y es que uno, como no podía ser menos, tiene sus limitaciones. Pero he de seguir intentándolo hasta que finalmente lo consiga, porque todos estos ideólogos consideran tal vocablo como la pócima mágica que debe convertir el hierro en oro y quien posea el secreto de su composición ganará las elecciones permanentemente. El solo hecho de aproximarse al centro se me antoja muy difícil y caprichoso, así los de la izquierda dicen que se encuentra unos cuantos grados más a la derecha y los de la derecha que bastantes grados más a la izquierda. Pero derecha e izquierda, en un principio, son simplemente una tradición emanada de la Revolución Francesa que quiso abolir la representación vigente, que era por estamentos, y forzó la creación de partidos políticos para coordinar la acción de los ciudadanos. Los girondinos y los jacobinos se enfrentaron continuamente y marcaron sus diferencias sentándose en distintos lugares de la Asamblea Nacional, a la derecha y a la izquierda. Lógicamente el desarrollo posterior ha devenido en algo con sustancia ideológica profundamente divergente. La izquierda actual te resuelve la vida pobremente a costa de que seas su esclavo, necesitan un estado elefantiásico, su política fiscal se empeña en el aumento incesante de impuestos, un desmesurado gasto público y una deuda que será pagada por las generaciones venideras, (en la actualidad los recién nacidos ya tienen una mochila de 30.000 euros de deuda pública), piensan que el Estado tiene más funciones, entre ellas la de asegurar el bienestar para la mayoría y compensar las desigualdades, y para ello necesita redistribuir la riqueza, que finalmente no saben ni quieren gestionar , desprecian el juego del mercado libre al creer que no es capaz de controlarse y finalizar cayendo en manos de un capitalismo desenfrenado que todo lo absorbe, finalmente solo los prebostes social comunistas nadan en la abundancia el resto es pobreza ,pero tienen un gran predicamento en las personas poco cultivadas a las que engañan con sus múltiples dádivas.
Los conservadores piensan que el Estado debe ser mínimo porque de lo contrario es un peligro para la libertad y se convierte además en depredador, el mérito y la capacidad son los vértices de su política y su forma de encarar la sociedad y los mayores valores , la libertad y la democracia apoyada en la Ley ,son sus ejes permanentes. Su función debe reducirse a proteger la seguridad de los ciudadanos y a defender los derechos individuales, en especial el derecho de propiedad y creen que los problemas de desigualdad tiene que resolverlos el libre juego del mercado y que toda intromisión estatal es perjudicial.
Si identificamos estos dos espectros políticos con la actual derecha e izquierda ya vemos la dificultad de su acercamiento hacia un simbólico centro. Puede deducirse que el centro político pudiera ser el conjunto de partidos, políticas e ideologías, que se caracteriza por considerarse a sí mismo en el espectro político, como intermedio o como árbitro de posiciones antagónicas tanto de derecha como de izquierda. Pero claro el ser árbitro es más sencillo, pues cuando se comete una falta con arreglo a un reglamento se produce una sanción, pero si no existe tal falta porque cada uno cree en la rectitud de su política, el árbitro, no sirve para nada y si no existe reglamento, aún menos.
Otros piensan que el centrismo es la moderación, consecuentemente no se involucran en nada que pueda alterar gravemente el orden establecido. Leyes, las mínimas y para reformar levemente algunos artículos que pueden molestar a los estamentos más importantes. En caso de una irrupción grave en el Estado, dejaremos de leer el Marca y nos ocuparemos con alguna insistencia del inesperado problema.
Hay quien relaciona la centralidad con aquellos temas y problemáticas que dominan la agenda, o que hacen referencia a su importancia para solucionar los problemas sociales y mejorar la calidad de vida de la población. En este caso no veo yo la centralidad política sino la importancia de los problemas a resolver, como orden de prioridades.
Otros piensan que el centro no existe , no existe una ideología del centro por lo que no puede haber un partido que sustente tal ideología, es el caso de George Lakoff que lejos de ser un político, investigador en la Universidad de Harvard y uno de los fundadores de la semántica generativa , señala acertadamente que en el caso de la izquierda y la derecha ambas ideologías proponen respuestas diferentes a los mismos problemas y lo que se entiende por partidos centristas solo son bipartidismos moderados, por lo que puede haber centristas de derecha y centristas de izquierda. "No existen ni la ideología ni la cosmovisión moderadas, ni una lógica propia de las creencias moderadas. Moderado es un adjetivo que debe ir pegado a un sustantivo". Es decir, como yo no entiende que es el centrismo.
Adolfo Suárez no cejó en la búsqueda de la llamada la centralidad y después de abandonar UCD fundó otro partido al que también adjetivó con la palabra centro, el Centro Democrático y Social, en este caso lo de “social” fue el aditamento que hoy llamaríamos progresista, así surgió el CDS el 29 de Julio de 1982
Sin embargo en España han existido diversos partidos denominados centristas aunque bien creo que la denominación de centro surge al integrar en dichos partidos personajes de distintas ideologías, y unirse en un partido para participar en la política y disfrutar del poder, pero al ser una mezcla de ideologías no han podido permanecer mucho tiempo unidos sus integrantes.
El paradigma es el partido Unión de Centro Democrático que inicia su andadura en 1977 por el interés de dos de sus protagonistas, Pio Cabanillas y José Mª de Areilza ambos del PP (democristiano), consiguiendo fundar una coalición de partidos, hasta dieciséis, para poder presentarse a las primeras elecciones generales. Entre los principales partidos estaban, además del PP, el Partido Demócrata Cristiano, el Partido Social Demócrata, la Federación de Partidos Demócratas y Liberales, el Partido Demócrata Popular… Presentan como líder a Adolfo Suárez que se integra en UCD , que ya era presidente desde 1976 y que ganaría las elecciones de 1978 , permaneciendo en el poder hasta su dimisión en Febrero de 1981.El partido entraría en descomposición perdiendo en las siguientes elecciones de 1982, 157 diputados, finalmente se disolvería el 18 de Febrero de 1983.
Adolfo Suárez no cejó en la búsqueda de la llamada la centralidad y después de abandonar UCD fundó otro partido al que también adjetivó con la palabra centro, el Centro Democrático y Social, en este caso lo de “social” fue el aditamento que hoy llamaríamos progresista, así surgió el CDS el 29 de Julio de 1982. Suárez como presidente junto un grupo de disidentes de su anterior partido como los exministros Agustín Rodríguez Sahagún, Rafael Calvo Ortega y Manuel Jiménez de Parga, y otros ex militantes de la UCD se presentó a las elecciones de 1982 obteniendo más de seiscientos mil votos y solo dos diputados: el propio Suárez por Madrid y Rodríguez Sahagún por Ávila. El CDS pretendía captar la mayoría del voto anterior de la aún existente UCD, pero se vio superado ampliamente por el PSOE y Alianza Popular. De nuevo el centro se presentó como coalición de partidos y no como un partido con una ideología propia, se unieron para obtener un rédito político más que para defender una idea por ello fracasaron y se fueron descomponiendo poco a poco.
En la actualidad el Partido Popular intenta calificarse como partido centrista al haber caído en la trampa permanentemente tendida como cebo por el partido ultra radical social comunista que nos gobierna al pretender que todo lo tocante a la derecha es nocivo y mucho más lo que denomina extrema derecha. De ahí el alejamiento incesante de VOX, porque eso es algo fatídico. El tal Feijóo ha reconocido que una eventual coalición del PP con VOX a nivel nacional, igual que la que el PSOE mantiene con Podemos, sería "mala para el país" y que, por tanto, "si la puedo evitar, la evitaré". Ese alejamiento de los postulados de la derecha y de la denominada ultraderecha, considera el PP, que es el premio para alcanzar el centro.
Ese premio al centro y dado que hasta ahora el líder del PP no había presentado a los ciudadanos plan alguno que no solo anule las barbaridades nacidas en la todavía época sanchista , sino que además ilusione a todos los votantes de una democracia basada en la Constitución del78, lo acaba de incardinar el líder del PP en lo que denomina Plan de Calidad Institucional, en el que incluye cinco postulados: medidas para proteger la Constitución y la integridad del Estado, medidas para garantizar las funciones del Poder legislativo, adoptar iniciativas para un mejor Gobierno, propuestas de mejora del Poder Judicial y actuaciones para recuperar el prestigio de las instituciones.
Respecto a las medidas para proteger la Constitución y la integridad territorial del Estado, Feijóo ha asegurado que es necesario recuperar el delito de sedición eliminado por Pedro Sánchez, dejar sin efecto la reforma de la malversación y tipificar el delito de referéndum ilegal. Para garantizar las funciones del poder legislativo, el PP tiene previsto principalmente, limitar el recurso del Real Decreto Ley que se ha convertido en la manera de gobernar del ejecutivo de coalición –135 desde que entró en la Moncloa– y sin justificación para ello. El líder del PP ha incluido como tercera intención garantizar que la alcaldía recaiga sobre la lista más votada. Esta forma de gobierno ha sido defendida en múltiples ocasiones por parte de los populares aunque requiere de un compromiso del PSOE, que no parece estar convencido de ello. Para la mejora del Poder Judicial, Feijóo ha incidido en la limitación de las puertas giratorias reforzando las exigencias de la independencia del Tribunal Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial y estableciendo un mandato de cinco años para el Fiscal General del Estado desvinculándolo del mandato del Gobierno. El modelo de elección de vocales del CGPJ pasaría, si se aplicase el plan propuesto por el PP, porque los doce vocales del turno de procedencia judicial serán elegidos por y entre jueces y magistrados y la elección de los ocho vocales del turno de juristas de prestigio por el Congreso y el Senado se realizará entre juristas de reconocido prestigio con más de quince años de ejercicio en su profesión.
Este plan, con la excepción de las medidas para proteger la Constitución, apenas incide en la derogación de otras muchas de las leyes bárbaras de Sánchez, por lo que no es más que minúsculo acercamiento al punto de partida. Ninguna ilusión pues, porque no existe el centro en la política, tan solo es una forma acomplejada de señalar que no se es capaz de decir que se es de derechas y actuar conforme a sus principios.