La tortuga número once ya está nadando en las instalaciones del Centro de Estudios y Conservación de Animales Marinos (CECAM), después de que los buzos
de La Almadraba la encontraran mientras hacían una revisión este martes por la tarde en los alrededores de la zona. Desde el CECAM señalan que el ejemplar está en "buen estado", a excepción de algunos problemas de flotabilidad que presenta y algunos moluscos adheridos a su caparazón. Aunque matizan que "no son muchos", ya que en otras ocasiones el quelonio muestra una cantidad notable de caramujos pegados a su cuerpo. Tras el rescate por parte de los buzos, los miembros del CECAM han recogido al animal en la parte de la lonja y la han llevado hasta sus instalaciones, donde ya han comenzado con las tareas de recuperación de la tortuga para su vuelta al mar. La parte buena de este rescate es que el reptil no estaba enganchado ni aprisionado a ningún elemento. "Estaba nadando cuando se la han encontrado", señalan sus cuidadores. El periodo medio de recuperación de una tortuga, según estimaciones del CECAM, ronda entre los 30 y los 45 días, ya que necesitan ir expulsando la cantidad de material ingerido que les provoca problemas de salud y desorientación.
Una tras otra
Este nuevo rescate
llega un día después de la suelta de otra tortuga, uno de los acontecimientos que llaman mucho la atención de familias que suelen ir a presenciar el momento en el que el animal vuelve a su hábitat natural. En el caso de la décima, su principal problema residía en la ingesta de plásticos que, cada vez más, existen en el mar y que los quelonios tragan en sus travesías. El ejemplar pertenece a la especie de las tortugas bobas (Caretta caretta), que predominan en los hábitats marinos de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, además de mares como el Mediterráneo.