Los miembros del jurado, elegidos este mismo lunes en Ceuta, tendrán que determinar si Cayetano V.C., vecino de Villajovita, mató a puñaladas a su hermano José Luis en septiembre del pasado año en defensa propia o si, por el contrario, aquella acción criminal obedeció a un ánimo expreso de quitarle la vida contra el que el fallecido solo intentó defenderse recibiendo hasta 9 cuchilladas de manera consecutiva.
El acusado, que está en la cárcel cumpliendo preventiva desde la comisión del crimen, manifestó ante el tribunal de jurado que no quiso matar a su hermano, que solo se defendió haciendo uso de un cuchillo de cocina. Lo hizo porque al entrar en la vivienda que ambos compartían este le roció con un espray y quiso atacarlo con una caña de pescar y un tridente que tenía en casa. “No quería matarlo, mala suerte”, ha declarado ante los presentes, en la vista judicial que ha tenido lugar en la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta, bajo la presidencia del magistrado Fernando Tesón. “Yo solo me defendía, sabía que mi hermano me quería matar y me líe a cuchilladas. Estaba loco. Yo estoy ahora aquí porque no estoy en el cementerio”, ha añadido, visualizando ese ataque como una especie de ‘tú o yo’.
La estrategia de defensa de Cayetano es precisamente esa, negar que matara premeditadamente a José Luis y encuadrar todo lo sucedido aquel 16 de septiembre en prácticamente una lucha cuerpo a cuerpo. Él usando un cuchillo de cocina y su hermano, con una caña de pescar y un tridente. Su Defensa ha pedido a los miembros del jurado que, en su veredicto, lo consideren no culpable del delito de asesinato o del de homicidio, reclamando un juicio justo para su patrocinado, del que ha dicho que efectivamente mató a su hermano pero lo hizo en legítima defensa.
“Cuando llegué de darme mi paseo mañanero entré en casa, me roció con un espray y empezó a darme cañazos por todos lados. Yo sangraba como un toro, entonces cogí el cuchillo y empecé a cuchillazos con él. Iba detrás de mí con un tridente. Yo salí a defenderme porque él me estaba haciendo polvo mientras yo le acuchillaba, no me podía tener en pie. Le di un montón de cuchilladas, no veía, no quería matarle, pero él seguía dando palos”, ha recordado el acusado. “Tenía tres cuchillos preparados. Estaba cegado y no era yo”.
Tras el crimen, el acusado se limpió toda la sangre y se marchó de la vivienda. Asegura que únicamente fue al centro de salud a curarse los cortes que presentaba, pero no volvió al domicilio hasta las ocho de la noche, cuando se supo del crimen. Es decir, estuvo unas seis horas fuera del hogar y ni siquiera llamó a alguna ambulancia ni a servicios sanitarios.
En esa versión exculpatoria no creen ni el Ministerio Fiscal ni la Acusación Particular, que defiende los intereses de la hija del fallecido. Y es que José Luis recibió hasta 9 puñaladas en distintas partes del cuerpo, muriendo entre la una y las tres de la tarde de ese 16 de septiembre. De esa muerte nada se supo hasta que el acusado, a las ocho de la noche, se encontró con un vecino al que le comunicó que había matado a su hermano. Ambas acusaciones consideran a Cayetano culpable, pero en el caso del Ministerio Fiscal de homicidio por lo que pide 14 años de prisión ya que considera que no hubo ensañamiento. La Acusación Particular eleva la petición de cárcel a 23 años porque mantiene que existió un delito de asesinato al existir ese ensañamiento traducido en la cantidad de puñaladas que recibió la víctima.
Ambos consideran que la teoría de una legítima defensa es inviable ya que la víctima tuvo que morir en la habitación, donde había gran cantidad de sangre, sin que haya signos de violencia previa en otros puntos de la casa como en la cocina, de donde el autor cogió el cuchillo.
En esta jornada ha declarado el vecino con el que se topó el acusado a quien este le dijo que había matado a José Luis. Fue así como se supo todo. Este vecino alertó a su hermano, que es guardia civil, quien accedió a la vivienda y comprobó la veracidad de las afirmaciones, haciéndose cargo de la investigación la Policía Nacional.
Ambos hermanos coincidieron en que el fallecido no era una persona agresiva, que además estaba enfermo del corazón. Sí coincidieron en que ambos hermanos no se hablaban, pero nunca escucharon que el fallecido fuera comentando que quería atacar a Cayetano.
Determinante ha sido la declaración de la médico forense que hizo la autopsia al fallecido y que además examinó las heridas superficiales que presentaba el acusado. La muerte de este vecino de Villajovita, que tenía 75 años, se produjo por una hemorragia al sufrir una puñalada que alcanzó la aorta abdominal. Esa fue una herida mortal de necesidad y la última de las hasta 9 puñaladas que recibió.
La víctima presentaba heridas en las palmas de las manos y en el codo que solo tienen una explicación: se estaba defendiendo de un ataque. Todas aparecen en un recorrido porque se produjeron de manera consecutiva, lo que apunta a la teoría de que el fallecido estaba intentando marcharse mientras el autor le agredía. La puñalada mortal llegó alcanzó la aorta y tuvo su entrada por la zona del costado y parte trasera. Las heridas sufridas eran penetrantes y por tanto incompatibles con cuchilladas al vuelo, como mantuvo el acusado. Fueron 9, un número muy elevado que provocó que la víctima poco a poco fuera pasándolo mal hasta morir. Se trataba de una persona mayor, con problemas de corazón que no podía superar esa agresión.
A diferencia de las sufridas por la víctima, las heridas que presentó Cayetano fueron superficiales y podrían ser compatibles con el propio cuchillo de cocina que empleó para matar a su hermano, pero nunca con una supuesta agresión sufrida por empleo de un tridente contra su persona. Además esa pieza fue analizada por la Policía Científica y no se encontraron restos de ADN lo que viene a significar que nunca se empleó.
El jurado comenzará a deliberar este martes y de su veredicto dependerá que este vecino de Villajovita sea considerado culpable o no de los delitos de asesinato u homicidio. En su derecho a decir la última palabra el acusado no ha querido expresarse.
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