Un total de 14 efectivos de la ONG Bomberos Unidos Sin Fronteras con sus perros adiestrados llegarán a Marruecos la próxima madrugada para participar en las labores de búsqueda de supervivientes del terremoto que ha arrasado varias zonas del país, profesionales que llegarán a este país desde Huelva, Madrid, Córdoba y Murcia. Tienen previsto desembarcar en Ceuta esta noche para cruzar el Tarajal.
Por su parte, el Gobierno de la Ciudad está estudiando fórmulas para, a través del Ministerio de Exteriores, poder ayudar a los afectados por el terremoto de Marruecos. Asimismo, el Colegio Oficial de Médicos de Ceuta también ha trasladado al Ejecutivo ceutí su plena disposición para colaborar ante esta tragedia.
Para poder trabajar con eficacia, en el parque de bomberos de Huelva se ha preparado a toda prisa el material necesario, agrupado en 15 arcones de los que tres llevan la comida para estos profesionales, de los que cinco han salido directamente desde Huelva, otros cinco desde Córdoba, dos desde Madrid y dos desde Murcia.
Desde el parque onubense, que gestiona el Ayuntamiento, ha salido todo el material, incluidas las dos furgonetas con las que se moverán en suelo marroquí una vez que lleguen sobre las 23.00 horas, toda vez que el tránsito entre España y Marruecos lo harán a las 22.00 horas en un ferry desde Algeciras con destino a Ceuta, y desde allí tomar carretera hacia Marruecos.
A primera hora de la mañana comenzaba el trasiego en el parque onubense, tanto el del material como de las familias de los bomberos. Javier y Marina, los hijos de uno de ellos acudían a despedirse de su padre en una de las imágenes emotivas de la jornada, y todo sin perder un instante para que la salida fuese todo lo inmediata posible.
Para poder hacer su trabajo lo mejor posible, van a acompañados de perros especialistas en la búsqueda de personas sepultadas con vida. Desde Huelva han salido un veterano, Piero, y casi un debutante, Otto, que realizó su primer trabajo similar en el terremoto de Turquía en febrero pasado.
Antonio Nogales, portavoz de los bomberos, ha explicado a EFE que trabajarán con la premisa de "intentar ser lo más polivalente posible y no generar ningún problema para las autoridades", de modo que viajan "con las herramientas de localización de las personas vivas, que son nuestros ejemplares caninos, los perros, y llevamos todo el material de desescombro, de salvamento, campamento, incluso material sanitario, para que el personal nuestro de la unidad médica pueda también estabilizar a las víctimas que se rescatan".
Los perros que viajan están continuamente con sus guías, como señala uno de ellos, Luis Felipe Sández, que destaca que lo que se hace es "un mantenimiento operativo a través de prácticas semanales para estar siempre preparados para una situación como esta", y se consigue que los animales detecten a personas vivas bajo la superficie, "y se ponen a ladrar", o bien personas muertas, y en ese caso "dan vueltas en círculos alrededor de donde está la persona fallecida".
Para poder viajar, existe un convenio entre el Ayuntamiento de Huelva y Bomberos Unidos sin Fronteras, además de contar con la complicidad de sus compañeros, que les cubren en los turnos que tendrían que estar ellos para que el servicio del parque no se debilite en ningún momento.
Nogales ha explicado que, normalmente, siempre que se activan terminan viajando, con la premisa de que tienen que ser autorizados por las autoridades del país de destino, y aunque hace unos 25 años se quedaron sin viajar, "la experiencia y el nombre que tiene ya Bomberos Unidos sin Frontera nos avala, y gracias a eso, y sobre todo la agilidad que tenemos en nuestros protocolos y en la experiencia, no tenemos ningún problema".
Una vez en suelo marroquí acudirán a la zona que les indiquen las autoridades locales, donde esperan encontrar un paisaje similar al terremoto de Alhucemas de 2014, donde vieron "una zona muy diseminada en el colapso de los edificios", con la premisa de que el de ha sido "un terremoto bastante violento, muy poco profundo y de una intensidad importante, con lo que ha abarcado muchísimo territorio y esperamos encontrarnos zonas diseminadas, pequeñas aldeas donde no habrán llegado todavía los grupos de rescate".
Una vez allí, trabajarán hasta que no tengan fuerzas, dormirán y comerán donde y cuando puedan y procurarán mantener la entereza si lo que sale de debajo de los escombros no es alguien con vida. Estar mentalizado para eso también forma parte de su entrenamiento.
"Nos desplazamos con muchísima ilusión y con muchísimas ganas de llegar cuanto antes y empezar a trabajar", explica el mismo portavoz, que, como sus compañeros, se prepara para dormir lo que pueda en el viaje, porque una vez allí puede que no duerman durante dos o tres días, ya que las primeras jornadas son clave para encontrar supervivientes. "La esperanza no la perdemos, y estoy seguro de que en los próximos días van a seguir apareciendo muchas personas vivas que ahora mismo tienen que estar sepultadas", ha concluido.
Las premisas son claras: los perros tienen que trabajar en silencio, no hay que perder la fe, y solo cuando no haya posibilidad alguna de encontrar a alguien con vida se cogerá la carretera de vuelta.
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