Hace más de catorce años, los aficionados al motociclismo, agrupados a través del Moto Club Ceuta, estamos luchando para que nuestra Ciudad tenga circuito donde poder practicar el deporte que amamos.
Llevamos catorce años de lucha, de sinsabores y sobre todo de mentiras, nuestro querido Ayuntamiento, con su Alcalde –Presidente a la cabeza, bien directamente o bien por personas allegadas al mismo (consejeros viceconsejeros etc.…) lleva 14 años engañándonos, cada vez que se nos ha prometido una solución para nuestra legítima aspiración incumple su promesa.
No vayan a pensar que nuestra petición supone un desembolso para las mermadas arcas municipales, ¡NO!, solamente pedimos que se nos ceda un terreno donde poder desarrollar nuestro deporte, terreno que nuestro moto club va a condicionar para poder practicar nuestra pasión, sin molestar a ningún conciudadano.
Nuestros pilotos mayoritariamente entrenan en Marruecos, donde la Federación de Deportes de Motor nos ha facilitado un circuito, compiten en el campeonato de Marruecos, donde lideran todas las categorías y están federados en un moto club de Tetuán, que nos ha acogido con cariño y ha puesto sus medios a nuestra disposición, estamos enormemente agradecidos a ese moto club y a esa Federación, que nos ayuda a practicar nuestro deporte. Además tenemos algún otro piloto que compite en el campeonato de Andalucía, también con excelentes resultados, campeonatos incluidos.
Queremos solamente la cesión de un terreno que vamos a acondicionar para que nuestros pilotos puedan practicar su deporte favorito, con todas las condiciones que legalmente tienen que cumplir, traslado de las motos en carros, seguros de las mismas, circulación solamente por los espacios habilitados solo para ello.
Este circuito tendría también una rentabilidad económica y social. Económica, ya que este deporte tiene una importante carga económica que repercutiría directamente sobre la ciudad, genera actividad económica y con repercusión vía impuestos. Social, cualquier joven que practica un deporte obtiene una estabilidad en su personalidad.
Como decíamos al comienzo, catorce años esperando, catorce años de falsas promesas, catorce años de mentiras constantes. Con los ánimos cada vez más caldeados ¡seguimos esperando!