Ha sido una de las noches de mayor presión en los espigones. Casi una veintena de marroquíes ha conseguido cruzar a Ceuta pero decenas se han quedado atrás debido a la intervención de los agentes de
Marruecos. Las ganas de escapada han marcado esta madrugada con salidas a la carrera desde los puntos más próximos a las costas ceutíes en intentos a la desesperada por pasar. Un vídeo grabado en territorio marroquí muestra cómo está la situación al otro lado. Cómo decenas de jóvenes se agolpan cada madrugada en las proximidades de la playa para literalmente arrojarse al mar e intentar cruzar a Ceuta. Lo hacen porque, aseguran, Castillejos está muerto. No hay nada. A pesar de que en España la situación no pasa por sus mejores momentos y Ceuta se mueve atrapada en una doble crisis, las ganas de entrada permanecen. La
Guardia Civil ha activado durante toda la madrugada a sus ya de por sí mermados efectivos para controlar las entradas, interceptándose a casi una veintena de magrebíes. La mayoría consiguió cruzar a nado, pero también los hubo que llegaron en pequeñas embarcaciones tipo toy. Así, por ejemplo, llegaron tres jóvenes esta madrugada. La
Cruz Roja desvió a sus unidades del ERIE para atenderlos cruzando por la propia frontera del Tarajal.
Y entre los inmigrantes también ha habido un detenido: un joven de Castillejos a quien la Guardia Civil le encontró
hachís que arrastraba a nado, unos cuatro kilogramos. En este caso ha quedado arrestado por su relación con un delito contra la salud pública, recuperándose la droga que pretendía colar como hacen otros tantos jóvenes que buscan la forma de introducir por vía marítima la mercancía ilícita. Son trayectos para nada aislados, ya que desde el periodo de estado alarma hasta la actualidad se han producido varias detenciones con las mismas características: un nadador, un fardo con hachís y el pretendido pase de drogas bordeando Benzú o Tarajal.
Todos los rescatados han sido trasladados al viejo hospital de la Cruz Roja en donde deben guardar la cuarentena. Hasta allí acuden los agentes de la Guardia Civil o de la Policía Nacional para filiar a los interceptados. A pesar de que deben permanecer en el antiguo centro hospitalario que ya cuenta con seguridad privada, algunos lo abandonan sin previo aviso. Hay cerca de 80 acogidos ya.