DIRECTORA GERENTE DE LA CLÍNICA SEPTEM, CEUTA.
Cuando estas en consulta médica y el facultativo que te atiende te dice: “Existe una probabilidad alta de que estemos hablando de cáncer”, es tal el mazazo emocional que provoca en tu cerebro, que este se desconecta y literalmente se pierde.
Y mira que uno ya ha pasado en dos ocasiones de forma personal por esto, pero esta tercera vez es aún más doloroso, cuando esas malditas palabras van dirigidas hacia tu madre.
Y es más doloroso, primero porque uno ya sabe perfectamente como nadie por lo que ella está pasando en ese mismo momento, y segundo cuando existe un vínculo tan fuerte y especial como yo lo tengo con ella, es algo que te destroza por dentro (aunque lógicamente por fuera y a vista de ella y de todos los que te rodean quieras dar imagen de calma y serenidad).
Dicho esto, surge uno de esos milagros que la vida te regala, y es poner en nuestro camino a una persona, a la cual no conocía, y que llego a ella por ser la hermana de un compañero.
Un compañero, al cual siempre le estaré agradecido (GRACIAS MELCHOR), porque tras exponerle lo sucedido, me pone rápidamente en contacto con ella.
En esa situación en la que literalmente andas perdido, porque te mandan un montón de pruebas, tener que pedir citas médicas con especialistas incluido desplazamientos a hospitales de la península… aparece este Ángel de la Guarda llamada Enri, la cual, gracias a su empatía, humanidad, celeridad, asesoramiento, profesionalidad y ese cariño con el que nos ha tratado, hace que nos recompongamos y podamos ver las cosas con cierta esperanza.
Es cierto que acabamos de empezar, y nos queda mucho por pasar, pero sin duda no sé qué hubiéramos hecho si en este delicado momento Enri no aparece en nuestras vida, pues ella ha sido la que nos ha guiado y llevado por el camino a seguir.
Por todo ello, a través de estas líneas quiero agradecerte todo lo que has hecho por mi madre y el trato que le has dado, porque gracias a eso le has dado la esperanza para comenzar en la lucha.
Enri, siempre te estaremos eternamente agradecidos a ti, y a la Clínica Septem a la que tan magníficamente representas, por el trato que hemos recibido en estos momentos tan delicados.
Gracias a nuestro Ángel de la Guarda, Gracias por ser una persona Especial.