Intentando no emular a ese gran escritor como es Kafka, y por supuesto sin caer en lo absurdo pero si con la angustia de sus obras, escribo esta carta dirigida a un hijo, en este caso "mi hijo". Como podría llegar a tu alma con estas letras si soy conocedor que tu conocimiento no alcanza para entender, como puedo expresar aquello que siento por ti y dejarlo de manifiesto por siempre en estos renglones, para que permanezca en tu vida siempre el reflejo del amor que te profeso, pretendiendo que cada vez que la leyeras recordaras a tu padre. La vida te privó por fortunio del intelecto suficiente para lograr comprenderlo, cómo llegar a tu mente mediante la voluntad de unas letras.
Al igual que para el ciego las palabras se tiñen de gris oscureciendo ese mensaje sin poder ser interpretado a simple vista, para mí ahora esto que escribo carece de color vivo, a pesar de ello creo que el sentimiento que deposito en esta carta atravesará barreras y no serán necesarios los ojos para ser interpretada, ya que el corazón utilizo de plumero y con cada uno de sus latidos emitirá poco a poco esto que te digo.
Querido hijo tu vida es la motivación de la mía, hubiese preferido darte una mejor, pero quizá no supe o pude, tengo la certeza de que eres feliz aún con los avatares y obstáculos postrados antes tus pequeños pasos. Siempre te ofrecí mi mano para guiar tu camino, no sé si llegarás a saber algún día lo que tuvimos que superar para no sentirnos distintos, juntos aprendimos a vivir sin complejos, fuimos caminando hacia el futuro incierto, pero cuan más crecer te veía más fuerte me hacías para seguir avanzando a tu lado sin tropiezos.
La casualidad de la vida te hizo nacer con una curiosa trisomía, desconocido y nuevo para ambos, tuvimos que aprender de repente a convivir con esa peculiar palabra sin saber su verdadero significado. Pero pronto comprendimos lo mucho que entrañaba esa mella en la genética, esa que ahora ciega tu capacidad de leer y comprender esto que aquí escribo. Con el paso del tiempo entendí que tienes otras muchas capacidades y cualidades, casi un donw divino. Porque posees lo que muchos no tenemos, amor sincero, no conoces la envidia, llevas en ti a la honestidad vestida de blanco, entiendes y comprendes al instante que querer es primordial para ser querido, tantas y tantas cualidades que dejan de relieve todos aquellos valores que faltan hoy dentro de la humanidad.
Debo decirte hijo mío que espero poder sacarle a la vida el tiempo necesario para exprimir todo el jugo posible y disfrutar a tu lado, recibiendo la oportunidad de seguir aprendiendo contigo, ya que no existen universidades que consigan certificar conocimientos como el que tú me has brindado.
A tu lado sentirse bien y feliz es fácil, transmites con tu sinceridad abrumadora algo que tan solo un corazón limpio y puro como el tuyo puede transmitir.
Porque querido hijo yo también me siento ciego a tu lado, dices tanto con tan poco que a veces no llego a comprender cuanto dices, sencillamente llenas con tu presencia, y con un solo gesto dices más que con mil palabras.
Hijo esta carta es de agradecimiento y de reconocimiento a tu persona, ya son veintiséis años a tu lado y he pensado que el mejor regalo que podía hacerte para tu cumpleaños era éste, escribirte una simple carta, y aunque sé que jamás llegarás a leerla, confío plenamente que el hecho de hacerlo con el respeto y amor dedicado serán los transmisores para que de algún modo alcance su objetivo, "llegarte al alma", porque del alma me sale. Y decirte hijo mío que te quiero y admiro, y seguiremos andando juntos ese camino que la vida nos puso delante, feliz cumpleaños, "CARTA A UN HIJO".