Esta semana hemos conocido la resolución del Ministerio de Medio Ambiente sobre la viabilidad ambiental del proyecto denominado enlace puerto-frontera. A esta obra nuestra asociación presentó un amplio documento de alegaciones. La primera de ellas, referente a la apertura de un debate público sobre la necesidad de este proyecto, ha sido desestimada lo que es buena prueba de que nos encontramos ante una decisión autoritaria, resultando además un claro indicador de la baja calidad de la democracia en nuestro país. Como ya dijimos en su momento, en el proyecto no se encuentra ni un argumento de peso que justifique esta infraestructura con tan elevado coste económico y ecológico.
Tampoco existe un diagnóstico públicamente debatido y aceptado sobre cuál es el problema. Y en ningún momento se ha planteado un debate público argumentado y razonado con participación de los promotores del proyecto. En definitiva, se trata de un proyecto, como el de la cárcel, impuesto desde Madrid sin tener en cuenta las verdaderas necesidades y las prioridades de Ceuta.
Prueba de ello es que la propia Ciudad Autónoma, a través de la Consejería de Fomento, había pedido que este vial tuviera interconexión con otros viales de la ciudad y que no se planteara como una vía rápida cerrada con una única entrada y una única salida. Resulta llamativo que la Ciudad incluso pone en entredicho la necesidad actual de este tipo de vial si se basa exclusivamente en la operación Paso del Estrecho.
Parece que todo el mundo es consciente -excepto los responsables del proyecto- de que Ceuta ha dejado de ser un puerto prioritario en esta operación de carácter puntual. ¿Entonces que problema soluciona este proyecto?. Ninguno.
Desde Septem Nostra consideramos que estamos ante un claro ejemplo de despilfarro de fondos públicos al financiarse una infraestructura innecesaria para Ceuta. Se nos ocurren muchísimas otras alternativas a las que destinar la enorme cantidad de dinero de este megaproyecto; por ejemplo, un amplio proyecto de reforestación de nuestros montes, la recuperación del ingente patrimonio histórico de titularidad estatal literalmente abandonado, la recuperación de áreas degradadas, la financiación del Plan de Acción de la Agenda 21 Local de Ceuta, toda una serie de iniciativas que supondrían la creación de mano de obra local. Pero claro, este tipo de obras no son del gusto de las grandes empresas constructoras que son las que se llevan este tipo de megaproyectos.
Por eso es previsible que la Ciudad tampoco vaya a poner grandes reparos a este proyecto, aunque no se hayan tenido en cuenta su punto de vista sobre la definición del proyecto y sepan de antemano que no va a resolver el problema del tráfico en la ciudad.
Al final dirán que lo que interesa es que se mueva dinero sea en lo que sea. Y así nos va.
En otro orden de cosas, queremos subrayar que este proyecto está fuera de escala como el del nuevo centro penitenciario. No han tenido en cuenta las dimensiones de nuestra ciudad y da la impresión que se ha hecho en despachos de Madrid por burócratas sin la mínima concepción del concepto del equilibrio territorial y los límites de cualquier intervención de estas dimensiones.
En el plano ambiental, hay cosas que nos sorprenden. Respecto a nuestras alegaciones sobre la ocupación del arroyo de Benitez y su consideración actual como zona verde en el vigente PGOU, dicen que en el próximo PGOU lo van a cambiar de zona verde a zona urbana.
Todo esto está muy bien. ¿Pero dónde queda el respeto a las mínimas normas administrativas? ¿Por qué dan por hecho un cambio que todavía ni siquiera se ha aprobado inicialmente? ¿Cuál es el respeto de la administración a los procedimientos de exposición pública?. Y sin salirnos de tema del arroyo: que hay especies protegidas, no pasa nada, les creamos un pasillo para que puedan circular y si hace falta hasta se comprometerían a ponerles un semáforo; que el arroyo deja de ser un arroyo, no pasa nada, aumentamos el diámetro del tubo y problema solucionado. No se enteran que el problema de canalizar los arroyos es la antropización de los entornos naturales y la pérdida de absorción del suelo al asfaltarse. Un tipo de actuación que se contradice con la Estrategia Española contra el Cambio Climático en la que se hace un llamamiento a la conservación de los cauces naturales de agua para evitar problemas ante el previsible escenario de aumento de las lluvias torrenciales en Ceuta.
Una vez más ignoran de una manera descarada y abochornante la inclusión de la zona afectada por el proyecto como Monte de Utilidad Pública desde el año 1934. Sobre este punto el Ministerio de Medio Ambiente no hace ni un comentario. En lo que sí han tenido que darnos la razón ha sido en la imposibilidad de extraer materiales de préstamo (cantera) en la propia ciudad, por lo que tendrán que traer las piedras de la península ¿A qué coste?. Pues altísimo nos imagino. También se han visto obligados a reconocer que la contaminación acústica puede afectar tanto al Hospital como al denso núcleo de viviendas que está surgiendo en Loma Colmenar. Para ello han incluido la necesidad de colocar barreras acústicas y un tipo especial de pavimento en la carretera que reduzca los niveles de ruido.
En estos días en los que la ciudadanía se ha echado a la calle para exigir una democracia real y cuando la crisis económica no deja de agudizarse en nuestro país, chirría que se siga para adelante con un proyecto tan descabellado como el enlace puerto-frontera. Y, sobre todo, resulta indignante el modo autoritario que han esgrimido sus promotores al excluir cualquier tipo de debate, así como una participación pública que pueda ser honestamente calificada como tal.
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