Hacía ya algunos años que Ceuta necesitaba una alegría como el llover en tiempos de sequía. Esta satisfacción ha llegado de la mano calurosa de la VI Carrera Cívico-Militar “Cuna de la Legión”.
Como no podía ser menos, la presencia constante de los principios éticos, estéticos y organizativos de La Legión, encauzados en el deporte, se extendieron como una mancha de aceite por la ciudad que la vio nacer hace poco más de cien años, y que se han adaptado en el transcurso del tiempo como anillo al dedo a estas alturas del siglo XXI con una serie constante y concatenada de servicios a España y al mundo, que ahora no es el momento de citar pero sí de recordar su dedicación y entrega a la sociedad española.
Las calles de Ceuta amanecieron lustrosas por la lluvia tan deseada que cayó generosamente el día anterior. Desde muy temprano la ciudad se impregnó de alegría y optimismo a través de la irradiación de la energía positiva de todas las personas participantes en tamaña manifestación deportiva-cívico-militar, por activa o pasiva: tanto da que fuera en bicicleta, corriendo, andando, sobre sillas de ruedas deportivas, aplaudiendo, o animando desde cualquier rincón de la geografía ceutí fuera urbano o campestre a los que se inscribieron en cuestión de breves minutos en este evento por Internet hace ya unos meses: Fuenteovejuna, todos a una.
De varios rincones de España vinieron a tomar parte en un acontecimiento deportivo que dio comienzos a las diez horas de la mañana y eran las veinte horas de la tarde y aún daba sus últimos coletazos.
Llegaron unos antes que otros, pero como dijo el arriero todos supieron llegar a las Murallas Reales. Aplausos y vítores para la generalidad de los participantes. Sin embargo, si hubo un momento donde la emoción llegó a su cénit fue cuando la banda legionaria de cornetas y tambores recibió a un grupo de deportistas en el que estaba integrado un joven en una silla de ruedas deportiva empujada por unos y otros durante más de nueve horas y cincuenta kilómetros hasta la meta. A mucha gente se les hizo un nudo en la garganta y se le saltaron las lágrimas al escuchar los tambores batientes, las cornetas estridentes y la voz emocionada del animador cuando clamó con convicción micrófono en mano: “en esta prueba legionaria se da cabida a todos”.
"Las calles de Ceuta amanecieron lustrosas por la lluvia tan deseada que cayó generosamente el día anterior"
Como así fue al principio de esta unidad militar que el Gobierno al uso decidió crear “como ensayo” en 1920, cuando se alistaban los primeros legionarios en el antiguo y hoy desaparecido Cuartel del Rey. POSDATA
Iban por la Marina un grupo de mujeres y una de ellas con un plano en la mano a la altura de los Baños Árabes que estaban cerrados a cal y canto, me preguntó por la Puerta Califal y también por las Murallas Merinidas… Las plazas y las terrazas del centro de la ciudad estaban a rebosar de personas… Residentes y visitantes disfrutaban en buena lid de un ambiente acogedor… ¡Ceuta era una fiesta!