El consejero mantiene que no encargarán ningún tipo de análisis a la asociación ecologista Septem Nostra
La mencionada asociación anunció que se estaba poniendo en peligro el ecosistema ceutí
El consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Emilio Carreira, ha asegurado a esta redacción que serán los biólogos que están en nómina en la empresa municipal Obimasa los que se encargarán de la realización de un estudio sobre la influencia que la plaga de algas que durante este verano han afectado a las playas de la Bahía Norte y que ya la semana pasada llegaron incluso a la misma La Ribera.
Fueron los miembros de la asociación ecologista Septem Nostra los que realizaron recientemente un estudio sobre el particular y presentaron en rueda de prensa sus conclusiones. Incluso, insistieron en la necesidad de que por parte de la Ciudad Autónoma se ejecutara un estudio para poder combatir este alga proveniente de zonas tropicales. Preguntado el mismo consejero sobre si se iba a realizar el estudio, tal la petición que hicieron desde Septiembre Nostra, señaló que “ellos que pretenden que se los encargue a ellos, cuando resulta que contamos con tres biólogos en Obimasa y que además son unos reputados profesionales”.
En relación con la solución que adoptará la Ciudad ante este tipo de algas, Carreira fue muy claro y señaló que “lo que vamos a hacer es seguir quitándolas cuantas veces sea necesario, al igual que hemos actuado durante el verano”,
Ya se han retirado más de 5.000 toneladas de la costa. Es el aspecto más visible, pero no el que más preocupa, de un problema que comenzó el pasado otoño. Basta meter la cabeza en el agua para descubrir que esta especie ha hecho suyo buena parte del fondo marino del Estrecho.
“Las repercusiones ecológicas son de calado, pues ha transformado el paisaje de los fondos marinos ceutíes desde Punta Almina hasta Benzú y posiblemente continúe su crecimiento hacia zonas atlánticas cercanas; las dos orillas del Estrecho de Gibraltar han quedado afectadas”, ha llegado a señalar Óscar Ocaña, director del Museo del Mar de Ceuta, en la rueda de prensa. La situación no sólo ha sido incómoda para los bañistas: también está afectando a la industria al otro lado del Estrecho. Estos mismos problemas existen en la otra orilla del Estrecho y los pescadores de La Línea de la Concepción no han dejado de quejarse de esta situación por la interferencia de las algas con los artes de pesca y en especial con las redes.
Según detalla el biólogo marino Óscar Ocaña, los expertos creyeron en principio que el alga mediterránea común, “morfológicamente muy parecida”, se había “vuelto loca”, reproduciéndose por toneladas y apareciendo a hasta 40 metros de profundidad, un comportamiento desconocido. El Gobierno de Ceuta se vio obligado durante este verano a cerrar varios días al uso público varias playas de la bahía norte de la ciudad para retirar con maquinaria pesada grandes cantidades de algas.
Cuando se procedió a un estudio a fondo de las mismas, gracias a la colaboración de Enric Ballesteros, del CSIC de Girona, y Julio Alfonso, de la Universidad de La Laguna, ambos “reputados expertos en la materia”, se comprobó que no se trataba de una especie autóctona sino de otra del Caribe, un alga tropical con una “virulencia tremenda” capaz de “simplificar el ecosistema” y de poner en riesgo otras como el coral anaranjado, la joya de los fondos marinos de Ceuta. Habrá que esperar al estudio
Cuando los técnicos de Obimasa pongan encima de la mesa del consejero las soluciones que aportan para combatir a este alga invasora será cuando desde la Ciudad se decidirá cuales son los pasos a seguir, mientras tanto se seguirán retirando con la maquinaria.