“Mi marido no es criminal”

Una maleta, un niño de 8 años, un padre encarcelado y toda una campaña de presión para que esta historia tenga un final concreto: que Abu, el costamarfileño que la Guardia Civil liberó de una maleta la semana pasada, consiga reunirse con toda su familia, en libertad, en Puerto del Rosario (Fuerteventura) donde reside buena parte de ella.

Su madre, Lucie Ouattara, habló ayer, en su hogar canario, a las agencias de información locales. Y lo hizo para defender a ultranza a su marido. Lucie, que habla solo francés, ya se ha puesto en contacto con el letrado de su esposo, Clemente Cerdeira, para conseguir que el Área de Menores le entregue, de momento, al pequeño Abou. Por ahora, tendrá que esperar al resultado de las pruebas de ADN que, desde el primer día solicitó la Fiscalía, tal y como publicó El Faro. Después, presumiblemente y con la ley en la mano, no debería haber problemas para que Abou, ‘el niño de la maleta’, pueda abandonar el centro Mediterráneo. “Mi esposo no es ningún criminal”, denunciaba ayer la madre de Abou, reconociendo que temían que el paludismo que sufre el pequeño se agravara si seguía en Costa de Marfil. Por eso durante muchos meses intentaron a la desesperada traer a su pequeño que quedó en África junto al hijo mayor del matrimonio. Nunca pudieron lograrlo, ya que económicamente no se podía conseguir la reagrupación familiar al no alcanzar el límite económico que marca la ley y que garantiza el poder mantener a la familia. 50 euros. Esa es la diferencia entre poder traer a Abou legalmente o tener que recurrir a las redes de tráfico de inmigrantes como finalmente tuvo que hacer la familia Ouattara. A Puerto del Rosario solo llegó el matrimonio y la única hija de la pareja. En Costa de Marfil dejaron al resto de familiares, a cargo de vecinos y amigos. Según la madre de Abou, éste padece paludismo desde pequeño, ha sufrido algunas recaídas y su ánimo es débil, debido a la ausencia de sus padres. “No quiere ir a la escuela y siempre pide vernos”, explicó a los periodistas que fueron citados a una comparecencia en su vivienda de Puerto del Rosario. La mujer explicó que la mala alimentación, la tristeza y el estrés pueden hacer aparecer de nuevo la enfermedad, por lo que las ganas de tener al niño cerca se han intensificado. El padre de Abou, preso desde el pasado viernes en la prisión de Los Rosales acusado de un presunto delito de tráfico de inmigrantes, se encuentra bien de ánimo aunque sorprendido por todo lo que está sucediendo. Su abogado, Clemente Cerdeira, que era quien se encontraba de guardia el día de los hechos, pidió ayer su puesta en libertad, confiando en que en los próximos días pueda obtener respuesta del juzgado de instrucción número 5, que instruye la causa. El caso de su patrocinado podría encuadrarse en los que bajo la denominación de ‘motivos humanitarios’ recoge la reforma del Código Penal que entrará en vigor el próximo julio y de la que ya daba cuenta este medio el pasado domingo. Precisamente Cerdeira considera que Alí Ouattara podría verse beneficiado por este motivo que tiene como consecuencia directa la absolución. De lo contrario se enfrentaría a una pena que podría alcanzar los 8 años de prisión por haber existido riesgo para la vida del pequeño, a quien se introdujo en una maleta para cruzar la frontera del Tarajal. Además ha puesto de manifiesto que no existe riesgo de fuga alguno para el detenido, cuando lo suyo sería que pudiera estar con su hijo a la espera de la apertura de juicio oral. ¿Pero sabía el progenitor que el bulto que arrastraba la marroquí Fatima, de 19 años y vecina de Castillejos, era el de su propio hijo? Él asegura que no. Que supo que Abou iba dentro de esa maleta rosa, a ruedas, sin posibilidad de escape, cuando la Guardia Civil le paró en la frontera y le mostró la fotografía de su hijo en un teléfono móvil. Alí, que desde hace siete años trabaja en una conocida lavandería de Puerto del Rosario, asegura que nunca supo que su hijo iba a ser pasado de esa forma. Alí, uno de los primeros subsaharianos en llegar a Canarias en el año 2006 en un cayuco, logró su regularización en 2013 e intentó en varias ocasiones traer a Abou hasta Fuerteventura. La verdad de toda esta historia, después de versiones iniciales ofrecidas en el juzgado que no casan por lo rocambolescas de las mismas con la realidad, es que tras ver todas las puertas cerradas, optó por marchar con sus papeles a Marruecos y contactar con las microrredes para pasar a su hijo. Pagó 5.000 euros a un senegalés que fue quien le ofrecería pasar a su niño pero nunca usando un método tan radical. Pensaba que se iba a utilizar cualquier otra vía nunca tan dañina. Física y emocionalmente bien, permanece en una celda de Los Rosales a la espera de que se le vuelva a tomar declaración y se sepa el criterio que va a mantener el juzgado número 5. Precisamente el Área de Menores espera una respuesta. Primero que se verifique oficialmente que Abou es hijo de quien dice ser su padre más allá de la documentación aportada. Después que se informe de qué es lo mejor para el pequeño, toda vez que debería, al no caber desamparo alguno, ser entregado a su familiar. Lucie Ouattara no viajará a Ceuta, de momento. Espera en Puerto del Rosario conocer el desenlace en los próximos días tanto para Abou como para su esposo. Con él ha compartido 27 años de matrimonio y de esfuerzos por traer a sus hijos a España, y los dos siempre han procurado ahorrar algo para enviar cada mes dinero a los hijos que siguen en Costa de Marfil. “Es una buena persona, quiere a sus hijos y ha trabajado mucho”, exponía a los periodistas. “Soy una buena mujer, huérfana y siempre he dado todo por mis hijos”, proclamó Lucie, que solo anhela “recuperar a la familia”. El presidente de la comunidad senegalesa en España, Momar Dieng Diop, se trasladó ayer hasta el domicilio de Lucie en Puerto del Rosario para mostrarle su apoyo. Para este senegalés, conocido y respetado entre la población inmigrante de Fuerteventura, lo ocurrido “es un error”. Dieng dice que los Ouattara han hecho los trámites administrativos y “no ha podido conseguir su objetivo porque le faltaban medios económicos”, por lo que piden “a las autoridades españolas que hagan todo lo posible para solucionar esta situación”.

Cuando el caso de Abou... no es el único

C.E. ceuta Abou tiene suerte. A su alrededor se ha montado una auténtica campaña de presión. Partidos políticos, oenegés y medios de comunicación se centran en el objetivo de que consiga marchar con su padre a Fuerteventura, dejando atrás el episodio de su entrada oculto dentro de una maleta, echando el cierre a un delito que, desgraciadamente, se ha convertido en una tónica en Ceuta. Por Abou se está moviendo mucho más de lo que se hizo con otros casos quizá marcados por una nota menos sensible pero igual de hirientes. Por Abou se mueve el todo cuando por otros casos fue la nada. En las dos últimas semanas la Audiencia ha dictado sentencias condenatorias contra marroquíes que fueron detenidos intentando pasar a sus hermanos, esposas o hijos. Y no los pasaron dentro de una maleta sino tapados con una simple manta. Por acuerdos de conformidad han decidido aceptar penas de dos años que quedaron suspensas ante la advertencia de no volver a pisar Ceuta en el mismo periodo de tiempo. Eso y tener un expediente marcado por un delito, algo que puede echar por tierra su regularización en España. Es lo que le pasaría al padre de Abou, aceptar una conformidad de 2 años no le llevaría a la cárcel pero sí podría terminar con su regularización conseguida en 2013. Y.K., marroquí, fue condenada por intentar pasar a su esposo bajo una manta. Igual futuro les deparó al matrimonio formado por S.B. y F.Ch. quienes quisieron pasar a su hijo escondiéndolo en su furgoneta de la misma manera. Su historia era dramática, como la de Abou. Querían pasar a su hijo para que, estando ellos ya regularizados en la península, pudiera ayudarle con otra hija que tienen afectada por Síndrome de Down. Ambos fueron condenados en sentencia firme, su hijo se queda en Marruecos, no consiguieron su meta ni tampoco captaron los focos de una atención mediática sobre un asunto que se produce más veces de lo que parece. Aunque sin tanto estruendo.

El PP confía en que la Fiscalía encuentre una solución

El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, ha confiado en que la Fiscalía tenga “sensibilidad” a la hora de encontrar la solución "más apropiada y justa" para el caso del padre y el menor costamarfileños. A su juicio, el padre "ha hecho las cosas muy mal", "no ha dado buen ejemplo ni a la sociedad ni a su familia", a la vez que ha advertido de que cuando se acude a un país "hay que cumplir las reglas". Hernando contestó así en la rueda de prensa posterior a la reunión de la Junta de Portavoces de los martes, preguntado por este asunto. Así, defendió que España cuenta con una legislación lo "suficientemente razonable" para solucionar este tipo de situaciones aunque, eso sí, no de la forma como la que pretendía el padre del menor, introducirlo en el país a través de una maleta. "Puedes estar enormemente desesperado y es un deseo lógico por estar con tu familia pero en España existe la reagrupación familiar", agregó el 'popular'. Su reacción política fue recogida por las agencias de información que también se han hecho eco de lo que están difundiendo las oenegés.

La oposición se une en la petición de libertad para Abou y su padre

Cadena de reacciones entre los partidos políticos de la oposición. Así, el portavoz adjunto de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), y diputado de IU-ICV, Joan Coscubiela, consideró "injusto" que se castigue al padre del niño cuando su objetivo era reagrupar a la familia, que se ha visto obligada este tipo a estar separada por la legislación "inhumana" de inmigración de España. "Es una prueba más evidente que la legislación de inmigración es una barbaridad y lleva a profundas injusticias. Pretender que después de la injusticia por la que se obliga a las familias a estar separadas encima se les castigue, como se está intentando con este padre ante una situación tan dramática, nos parece injusto", recalcó. El PSOE, por su parte, a través de su portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, subrayó que, respetando la decisión de la Justicia, no es "lógico" que el padre del menor no esté con él. Hernando dijo que este tipo de hechos ponen de manifiesto la "terrible desesperación de las familias" y de las personas que huyen del hambre, de la miseria y de las guerras. "Respetando la justicia, no creemos que no sea lógico que este padre no pueda estar con su hijo", sentenció. Rosa Díez, por UPyD, ha dicho que hay que primar su interés frente a cualquier otra decisión y ha pedido que haya más prevención para este tipo de casos.

Y mientras tanto... siguen los trámites con el menor

El Área de Menores se pondrá en contacto con los técnicos del Gobierno canario para conocer "la situación real" de quienes dicen ser sus progenitores (nacionales de Costa de Marfil) en el archipiélago después de que su padre, en prisión provisional sin fianza, asegurase en sede judicial que no había podido proceder a su reagrupamiento por los cauces establecidos por razones económicas. El niño, acogido en el Centro de Menores 'Mediterráneo', reservado para los jóvenes de menos edad tutelados por la Administración local, entrará en las aulas del servicio para su alfabetización en castellano. En paralelo, la Fiscalía ha solicitado que se le practiquen pruebas de ADN que certifiquen su relación filial con quien dice ser su padre, el varón que fue detenido cuando iba a cruzar la frontera del Tarajal apenas 90 minutos después de que se rescatase a su hijo en el mismo paso aduanero. A los mismos análisis tendría que someterse su madre, residente en Canarias, para descartar cualquier posibilidad de un caso de trata de seres humanos. La realización de los trámites preceptivos para, "con el interés superior del menor como prioridad", concluir si se puede conceder o no un reagrupamiento familiar podrían demorarse "al menos 3 meses", según las estimaciones de la Ciudad.