El Centro de Distribución de Ayuda Básica ‘Virgen de África’ de
Cáritas, o Economato como coloquialmente se conoce, ofrece productos básicos y ha sido el balón de oxígeno al que recurren al mes unas 600 familias en Ceuta en situación de
vulnerabilidad para poder llenar la despensa.
“Lo que hacemos es atender a las personas que están acogidas dentro Cáritas y ofrecerles una ayuda mensual. Les damos los productos de primera necesidad que necesitan para subsistir por lo menos un mes”, explicaba para FaroTV el director de Cáritas Diocesana Ceuta, Manuel Gestal.
Esta iniciativa no se centra solo en los productos no perecederos, como los que pueden llegar a las familias a través del Banco de Alimentos, sino que incluye también los perecederos, como yogures, quesos y congelados como pescados y carne, a los que hay que sumar los alimentos básicos en cualquier cesta de la compra y productos de higiene y limpieza. El coste económico que estos tienen hace imposible a muchas
familias adquirirlos, por eso ellos han diseñado un sistema de puntos.
Lo primero que estas personas hacen nada más llegar es desinfectarse las manos, ponerse una mascarilla nueva y pasar por Administración donde se les dan los ‘corazones’, que son los puntos que después canjean por productos. “Aquí no hay dinero, sino que simplemente se les da una tarjeta con puntos con la que acceden y compran, por así decirlo, como en cualquier supermercado normal”, detallaba Gestal.
Estos ‘corazones’ se les da en función de los miembros que sean en la familia y “también en función del dinero que disponemos para ese mes”. “Este mes les estamos dando seis puntos por cada miembro. Por ejemplo, una familia de seis personas pues se lleva 36 puntos”, continuó.
Sin embargo, luego hay otros productos que se circunscriben dentro del Fondo de Ayuda Europea para las Personas Más Desfavorecidas (FEAD) como la leche y otros alimentos básicos, que les corresponden a cada familia siempre en una cantidad determinada y que “se identifican por colores”.
Cerca de 50 voluntarios colaboran en este proyecto que atiende a unas 50 familias diarias
Cerca de 50 voluntarios de siete parroquias diferentes son los que colaboran en este proyecto que atiende a unas 50 familias diarias. El principal objetivo de este centro que abrió sus puertas en 2017 es el de permitir el acceso a productos de primera necesidad a personas y familias que tienen problemas y dificultades para llegar a fin de mes.
Este centro abre de 9.30 a 13.30 horas por las mañanas y los martes, miércoles y jueves por las tardes de 16.30 a 18.30, aunque con el COVID han tenido que limitar la cantidad de gente que entre y solo pueden acceder cinco personas cada 15 minutos que son previamente citadas para evitar aglomeraciones.
La moneda de cambio en esta especie de súper para pagar simbólicamente son los corazones, pero sobre todo los protagonistas son las caras de esas personas a las que estos voluntarios ayudan. Una ayuda que no ha frenado ni el COVID-19 puesto que durante el confinamiento también repartieron bolsas de alimentos y tarjetas de Carrefour “para los alimentos más frescos y perecederos”.
Ha habido un aumento grande de familias en riesgo de exclusión por el COVID. Cáritas hace un seguimiento de las familias y ha detectado ese agravamiento de la necesidad. Pero en este Economato atienden a todos las personas con necesidad por igual, no hacen distinciones. “Son personas que no llegan a final de mes con el sueldo que tienen, pero no tienen por qué ser cristianos, solamente personas que necesiten ayuda”.
Un proyecto basado en la colaboración, la ilusión y la esperanza, que seguirá arrimando el hombro y apoyando a los más necesitados en estos momentos tan difíciles.