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Varias familias asisten al aula de estimulación sensorial de la Fundación Gallardo
Los usuarios del centro de San Antonio deben hacer frente a otro curso sin recursos. Una plantilla con mínimos a pesar de la elevada ratio que registra un centro “saturado” y carente de espacio y medios ha llevado a la AMPA del mismo a buscar soluciones para que las deficiencias no afecten a la formación y educación de los niños.
Por ello, desde varias familias acuden al aula de estimulación sensorial de la Fundación Gallardo, en aras de que puedan recibir un complemento “fundamental” del que se les priva en el colegio.
Necesitan más espacio
“La falta de espacios llevó a sustituir el aula que teníamos en el centro dedicada a las clases de estimulación sensorial por una normal”.
La Asociación de Madres y Padres ha denunciado en reiteradas ocasiones la necesidad de trasladarse a un nuevo lugar más amplio donde los usuarios puedan recibir todos los recursos.
Subraya el esfuerzo que realiza el personal en activo, pero que afecta a la calidad del servicio en tanto que “las sesiones de logopedias y fisioterapia no se ajustan a las necesidades reales puesto que son muchos los que no reciben terapias o sólo lo hacen en un tiempo limitado”.
“Las bajas no se cubren y no se están reponiendo las vacantes. Hay más alumnos y menos cuidadores. Esto lo que provoca es el desgaste de un personal que debe de ser valorado”.
Cuando el número de alumnos máximo por aula no debe superar el de cuatro niños, en San Antonio hay algunas que alcanzan hasta los 8 con un solo cuidador a su cargo.
“Son niños con necesidades, en un mismo aula puede haber un niño hiperactivo con Síndrome de Down, otro con TEA y otro con esquizofrenia. Un solo cuidador con personas que padecen estas afecciones se ve sobrepasado”.
Esta falta y escasez de recursos ha obligado a muchas familias a moverse en el ámbito privado para complementar la formación que sus hijos no reciben en el centro.
El aula de estimulación sensorial en Gallardo ha sido una de las iniciativas tomadas por el AMPA para que se beneficien todas las familias que lo deseen.
“Se ofrecieron a prestárnosla dos veces a la semana, ya que el resto de días hacen uso de ella otras asociaciones. La estimulación sensorial es básica para personas con estas afecciones ya que muchos son como bebés, es decir, obedecen o responden tan sólo a estímulos, y el poder fomentarlo es básico para su desarrollo y evolución”.
Un total de siete familias se benefician de dos sesiones semanales de 45 minutos que lleva a cabo un psicólogo contratado por el AMPA.
Por otra parte, Plena Inclusión también ha ofrecido a los usuarios hacer uso de su aula de estimulación sensorial.