El Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta ha condenado al marroquí Abdelaziz H. a una pena de 3 años y 3 meses de
cárcel por un delito contra la salud pública, después de que fuera detenido por la
Guardia Civil en el perímetro fronterizo
tras pasar por una de las rejas de la valla una mochila con 12 kilos de hachís.
Había actuado con apoyo de un ‘mehani’ del que se hicieron cargo sus compañeros en
Marruecos, después de que en su territorio hubieran encontrado el resto del hachís que no pudo ser introducido en Ceuta con una documentación que le incriminaba en los hechos. Del paradero de ese ‘mehani’ nunca nada trascendió, pero en cambió sí que la Justicia española se ha encargado de sancionar con cárcel la parte del delito que se produjo en nuestro país.
Según recoge la sentencia a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso El Faro de Ceuta, ha quedado acreditado que el 24 de junio de este año, el ya condenado participó en la entrada de hachís en Ceuta a través de la reja-14 del perímetro fronterizo, ubicada a la altura de Berrocal y uno de los puntos tradicionalmente más permeables para la entrada de inmigrantes.
Esa mañana, Abdelaziz H. fue detenido por patrullas de la Guardia Civil horas después de encontrarse la mochila con 12 kilos de hachís. Fruto de las declaraciones prestadas en sede judicial por los componentes del Instituto Armado, quedó clara la relación entre el detenido y la mercancía ya que uno de los guardias civiles intervinientes lo reconoció como el hombre que había salido huyendo después de colar la mochila por la reja de la valla.
En la sentencia deja claro que el acusado se defendió solo con “simples alegaciones meramente exculpatorias” ofreciendo un relato que era inviable, ya que entre otras cosas argumentó que era porteador, que tras cargar varios bultos solía dormir en el perímetro para no tener problemas para cruzar Tarajal al siguiente día. Un argumento que los propios guardias civiles desecharon ya que esa zona considerada de seguridad es imposible que alguien lo convierta en su dormitorio improvisado.
“Ofrece una explicación incoherente e ilógica acerca de su estancia en ese momento en el lugar de los hechos” frente a la “mayor credibilidad que ha de darse a las testificales de los agentes de la Guardia Civil, absolutamente objetivas y coincidentes” frente a las “subjetivas y lógicamente interesadas” del acusado, recoge el fallo.
La pena impuesta ha sido de 3 años y 3 meses de prisión, en una sentencia que puede ser recurrida ante instancia judicial superior, en este caso la Audiencia Provincial en su sede en Ceuta.
La prueba imposible: “Las cámaras que no recogieron el momento del pase”
La calidad de las cámaras de las que dispone el perímetro fronterizo, y que ahora han sido renovadas en su totalidad, impidió que se pudiera visionar en sede judicial todos los detalles de este caso. La Defensa del ya condenado solicitó el visionado de las cámaras para apreciar el momento en que su patrocinado cruzaba el vallado con la droga. Las imágenes aportadas al juzgado por la central COS no ofrecieron calidad suficiente ni para apreciar ese momento ni, tampoco, otros posteriores.