Es un goteo constante y permanente. Es la senda de las caravanas, vehículos ocupados por ciudadanos europeos de distintos países que están abandonando
Marruecos, país que esta misma tarde impondrá una especie de ‘toque de queda’ impidiendo cualquier tipo de tránsito de personas y vehículos. En una de las navieras que hizo ruta la pasada noche embarcaron cientos de ellas, y a lo largo de este viernes están saliendo otras tantas. Todas acceden por la
frontera del Tarajal en dirección al puerto, para embarcar hacia la Península y llegar así a sus países de residencia. Son europeos que se encontraban en Marruecos de vacaciones y se les ha permitido la salida por el paso fronterizo para poder salir de Ceuta. Un tránsito permanente que ha dejado críticas en el camino. Primero de los transportistas, que han denunciado la prioridad de los embarques de estas caravanas antes que los propios camiones para abastecer de productos el mercado local. Segundo, de otros sectores portuarios que reclaman un mayor control denunciando que ni tan siquiera se ha desinfectado la zona de embarque. Temen que, tratándose de vehículos que proceden de otro país, no se haya ejercido
control alguno.
Ya lo denunciaba esta misma semana la parlamentaria Teresa López, que ha pedido explicaciones al Gobierno de Pedro Sánchez sobre este tipo de permisos y, sobre todo, reclama respuestas sobre la ausencia de controles en un tránsito autorizado en plena aplicación de las restricciones que mantienen a los españoles confinados en sus casas. También guardias civiles y policías nacionales han mostrado sus quejas por este mismo tránsito, ya que permanecen en la frontera del Tarajal por donde están pasando cientos de caravanas, sin que los agentes dispongan, en muchos de los casos, ni de medios de protección. La orden dada por las autoridades es que se permita la salida de todas estas caravanas para no dejar a ciudadanos europeos bloqueados en el país vecino. Durante la jornada del jueves hubo una enorme retención de estos mismos vehículos en el cruce de Bab Sebta.