Una caravana
solidaria procedente de Ceuta ha viajado durante el puente de la Fiesta Nacional hasta el epicentro del
terremoto de Marrakech, al oeste de
Marruecos, para entregar directamente a la población damnificada, en mano, sin intermediarios, toda la ayuda donada por los ceutíes en el último mes. Ha sido una caravana alegre, por la sonrisa agradecida de los adultos y la ilusión de los niños que aguardaban en los caminos, pero a la vez triste al ser testigos de las condiciones en las que sobreviven en las aldeas arrasadas por el seísmo. Los ceutíes que se han trasladado a Marrakech han podido comprobar insitu que la ayuda efectivamente está llegando, pero, desgraciadamente, no a todos por igual. La zona de Moulay Ibrahim,
donde tantas víctimas produjo la catástrofe, se encuentra más abastecida. Sin embargo, ese auxilio no alcanza a los pueblos de difícil acceso. Allí es donde se propuso llegar la solidaridad caballa.
Han llegado donde no lo hacen las ayudas
Tres han sido las aldeas en la que diversas asociaciones y voluntarios de Ceuta han descargado todo el material: prendas de vestir de todas las edades que han ido saliendo poco a poco de la ciudad autónoma, colchones y mantas en su mayoría comprados en Marruecos… En total, un camión a rebosar de buena voluntad que ha devuelto a la esperanza a estos lugares remotos. Todavía se emocionan al recordar las hileras de
tiendas de campaña donde viven ahora quienes han perdido sus hogares a causa de los daños provocados por el terremoto; la inocencia con la que
los menores han recibido este duro revés de la naturaleza; o cómo una persona con discapacidad consigue sobreponerse al desconsuelo para seguir adelante. A los organizadores de esta iniciativa, con experiencia en otras causas benéficas, nunca deja de asombrarles la solidaridad que siempre demuestran los ceutíes. Esta vez para socorrer a los vecinos y hermanos afectados por el seísmo en los pueblos de Marrakech en estos momentos tan difíciles.
Entrega en mano a los afectados
Este grupo de asociaciones y voluntarios han demostrado que la unión hace la fuerza y que son el vivo ejemplo de que la ayuda desinteresada no consiste en colgarse medallas, sino en estar del lado de quien lo necesita. Lo han hecho personalmente, entregando todo lo donado en mano, de tú a tú, mirándose a los ojos, sin entidades que ejerzan como intermediarias, algo que les da la certeza de que verdaderamente han cumplido su misión. En esta ocasión ha sido gracias a la suma de los esfuerzos de Enfermos Sin Fronteras, las 317 VPO de Loma Colmenar, Todo por una buena causa, Movimiento Solidario, el Sindicato Médico de Ceuta y tantos voluntarios de la ciudad autónoma. “Los llantos y la tristeza se han transformado en alegría, la desesperación en esperanza. Uno no sabe lo que tiene hasta que se pone en la piel de sus hermanos y hermanas; aún más viéndolo y viviéndolo personalmente como lo hemos hecho en esta caravana solidaria”, han expresado los promotores de esta experiencia que los ha marcado para siempre. Solo quieren finalizar este viaje que lleva gestándose desde que se conociese la gravedad del seísmo de Marrakech con una reflexión: “En tiempos difíciles solo nos salvará el apoyo mutuo y la solidaridad”.