El
Juzgado Togado Militar ha dictado auto de apertura de juicio oral contra un capitán por incurrir en un presunto
delito de abuso de autoridad en Ceuta. La vista, a la que se ha citado gran cantidad de testigos, se realizará en nuestra ciudad.
El capitán está destinado en el GAAA II/30 del
Ramix-30 y la Fiscalía Jurídico Militar del Tribunal Territorial Segundo le pide 1 año de prisión por un delito de abuso de autoridad, con las accesorias de suspensión militar de empleo, suspensión de empleo, cargo público y derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena.
Además pide el abono de 1.000 euros al perjudicado por los daños morales.
El Faro de Ceuta ha tenido acceso a la calificación íntegra por parte la
Fiscalía, en donde se hace alusión a los distintos desprecios que habría hecho el capitán hacia un sargento por sus múltiples tatuajes.
El capitán y el sargento que
presentó la denuncia coincidieron en el destino dentro del GAAA 11/30 del Ramix-30 desde el verano del año 2020.
A partir de esa fecha el capitán pasó a ser el jefe de la Batería Mistral en la que estaba destinado el sargento.
Indica la Fiscalía que desde la primera reunión que mantuvieron, el capitán le dejó claro al sargento que no compartía que “llevara tatuajes y que se tenía que cambiar el nombre identificativo en la galleta”. Todos en la unidad eran conscientes de que al mando no le gustaban, aspecto que tampoco era del agrado de los oficiales de la Unidad hasta el punto de que el jefe de grupo, teniente coronel, le comunicó que tenía que quitárselos.
No fue una medida extensible a otras personas, ya que en la unidad hay otros con tatuajes a los que no se les trasladó queja alguna.
Con posterioridad a esa orden emitida se elevó consulta, dejándose sin efecto.
A partir de ese momento el denunciante fue relevado de participar en cursos, diversos ejercicios, exposiciones o demostraciones que realizaba la Unidad.
En el escrito de la Fiscalía se recogen hechos concretos como cuando fue relevado de participar en Segovia en el ‘Simulador Mistral’, en septiembre de 2022, por otro sargento ya que el capitán aseguró que “no se fiaba de él”.
En octubre de 2020, el perjudicado fue designado para la preparación de una exposición de Tiro que se iba a realizar ante el comandante general en una zona denominada ‘Cerro Mosquera’, pero en esta ocasión a pesar de haber preparado toda la exposición, asentando el Puesto de Tiro Mistral y realizando el perfecto enmascaramiento del mismo, es relevado posteriormente por llevar tatuajes.
Un mes después, en noviembre, el sargento es de nuevo relevado de participar como encargado del Cañonazo que se produce cada día en la Fortaleza del Hacho, ya que para este tipo de eventos se selecciona “al personal con mejor imagen y perfil físico, por lo que es apartado” y no es seleccionado hasta septiembre de 2021 cuando el capitán acusado estaba ausente.
En el mismo mes de noviembre de 2022, se tiene conocimiento de la sustracción de unas baterías de los vehículos de la Unidad, incidente que se puso en conocimiento del acusado.
En un principio le quitó importancia, pero con posterioridad reunió al personal de la Batería para indicarles: “Ustedes sois igual de ladrones que el que la has robado, porque estoy seguro que sabéis quién demonio es, hasta que no me deis un nombre, contáis con mi desprecio y desconfianza. No esperéis nada de mí, ni asuntos particulares, ni descansos obligatorios, ni adicionales”.
"Este incidente vuelve a ser tema de conversación en las dependencias de la oficina de la Batería en diciembre del mismo año"
Seguidamente, el capitán hizo saber que los cuadros de mando “quieren una cabeza de turco” y que hay que dar nombres sí o sí, para lo cual había que presionar a la tropa hasta que “suelte prenda”.
En ese momento, el denunciante manifestó que confiaba en su gente y que ellos no habían sido. Ante esa afirmación, el capitán, en un tono despectivo, le dijo “tú cállate que no tienes ni voz, ni voto, ni orgullo como militar porque no quieres saber quién ha sido, gente como tú no se merece ser suboficial”.
En esa retahíla, el capitán le profirió que era un “sargento tropero”, “más amigo de la tropa que jefe en funciones” y “sois todos igual de ladrones que los que las han robado”.
Este incidente vuelve a ser tema de conversación en las dependencias de la oficina de la Batería en diciembre del mismo año, durante esta conversación el capitán le dijo al sargento “(…)Largo de mi despacho basura, tú qué te has creído diciéndome eso… sabes qué te digo, que tus días de vacaciones te vas a comer una rosquilla”. Seguidamente le hizo un corte de manga o peineta y le cerró la puerta de un golpe.
Participar en televisión
El sargento perjudicado necesitaba días de vacaciones para participar en un programa de televisión para el cual estaba previamente autorizado. El capitán le recriminó y le dijo que “no te voy a dar nada porque me pareces ridículo y no me gusta que alguien como tú salga en televisión representando al Ejército”.
Ya en el año 2021, concretamente el 1 y 2 de febrero, el denunciante es designado para realizar una UADP. Una vez finalizada, el capitán formó al personal participante y les dijo que no tenían derecho a dos días de descanso, que les daría como mucho uno.
Seguidamente se reunió con los cuadros de mando y les dijo que “aquí hay mandos que me están echando un pulso” a lo que el sargento le preguntó si lo decía por él. “Por supuesto y el pulso te lo voy a ganar yo porque tú no eres más que un sargento tropero y no te mereces ser suboficial, deberías volver a ser tropa como mucho o irte a la puta calle”.
En enero de 2022 se requirió al personal de la batería para que se presentara en la Unidad debido a la toma de mando del nuevo comandante general de la plaza. Dos días antes del desfile, el sargento pasa de estar designado como participante a no participante. El capitán profirió que lo quitaba por esos tatuajes y no ser digno para estar en su formación, que no quería que lo primero que viera el nuevo comandante general fuera a él. Cabe recordar que la fila de suboficiales es la primera de la formación.
"Posteriormente una vez reincorporado a sus actividades, teniendo conocimiento de esta situación el teniente, le autorizó a realizar el ejercicio con menor intensidad"
Posteriormente se produjo el fallecimiento del abuelo del sargento, por lo que se ausentó unos días. Tras la vuelta al trabajo, el denunciante pidió permiso para ir a visitar las viviendas de INVIED de las cuales iba a resultar adjudicatario. El teniente le concedió el permiso, pero el acusado discutió ese permiso y le dijo al sargento que “no te voy a tramitar ningún día adicional, aunque lo hagas por escrito no lo voy a tramitar”. Tras esta conversación, el sargento se puso muy nervioso teniendo que acudir a los servicios médicos de la Unidad.
En el año 2022 el sargento estuvo en una situación de baja médica por COVID entre el 3 y 10 de enero, lo que le provocó un desvanecimiento durante el ejercicio físico que realizó. Posteriormente una vez reincorporado a sus actividades, teniendo conocimiento de esta situación el teniente, le autorizó a realizar el ejercicio con menor intensidad.
Un día después, el capitán ordena al sargento hacer el ejercicio con normalidad y le dice “cógete la baja y lárgate del cuartel”. El sargento le respondió que no era de bajas, que podría “rebajarse” pero que eso es impropio de él, a lo que el capitán le respondió “lo que no quiero es verte la puta cara, cógete la baja, que a ti no te pasa nada, lo que te pasa es que estás muy ocioso”.
Además, el capitán le recriminó que se tiraba “mucho tiempo libre” a hablar con el subteniente sobre su situación y continuó diciéndole “tú sigue así, que te vas a enterar quién soy yo”. A la pregunta del sargento sobre si le está amenazando delante de sus compañeros este le responde "sí, te estoy amenazando” y se dirigió hacia él de manera intimidatoria.
Sesión física
Esa sesión de educación física dirigida por el capitán se desarrolló con especial intensidad, les ordenó hacer flexiones mientras se dirigía al sargento diciéndole “venga tú, al suelo que ese es tu sitio, marca veinte”. En el momento que el sargento le dice que no puede más y que necesita ir al médico el capitán le dijo “ala, cógete el mini rojo ese que tienes que te he visto y te vas al médico”.
Finalmente, el 11 de mayo de 2022 el sargento citado se dirigió al capitán, el cual se encontraba en la cantina, para comunicarle que tenía que ir a la asesoría jurídica, en ese momento delante de todo el personal el capitán le dijo: “anda, que te has dejado bigote, qué ridículo”.
Esta situación se ha ido agravando hasta el punto de que el capitán se negaba a hablar con el sargento aunque se tratara de asuntos del servicio, ignorándole y actuando como si no estuviese durante las reuniones con los cuadros de mando.
Según el relato de la Fiscalía, el capitán incluso influyó negativamente en los IPEC del sargento al querer bajarle la nota que le habían puesto los calificadores los cuales consideraban que ese año estaba por encima de la media.
El capitán no hablaba al sargento en el mismo tono que al resto· de suboficiales, dirigiéndose de forma altiva y con mala actitud, expresándole que “esta es mi batería y aquí se hace lo que yo digo”.
Asimismo, el escrito fiscal finaliza señalando que le gritaba, daba portazos y le hablaba con aspavientos, le ignoraba en muchas ocasiones, lo apartaba y menospreciaba.