Llega el día de hacer balance, de lo que ha pasado, de propósitos, promesas con uno mismo y con los demás.
Tenemos la suerte de vivir en Ceuta, de pertenecer a dos continentes, de disfrutar de una democracia que hay que lucharla día a día. Nada se regala, todo forma parte del esfuerzo colectivo: los que estamos, los que estuvieron, los que apostaron por la sociedad que disfrutamos.
Oiremos las campanadas y en cada una de ellas intentaremos despertar los sueños y proyectos escritos en lo más recóndito de las esperanzas por mejorarnos y mejorar la tierra que pisamos.
Ceuta puede ser una ventana al mundo a pesar de los problemas con lo que nos enfrentamos: el paro, la sanidad, las relaciones con Marruecos, el futuro incierto para los jóvenes que tendrán que dejar la Ciudad, la pandemia interminable contra la que nos toca luchar día a día.
Debemos aportar, en la medida de nuestras posibilidades, lo que contribuya a hacer una ciudad solidaria, dialogante, próspera, abierta al mundo.
Debemos terminar con las algaradas en el Palacio de la Asamblea, no mirar al contrincante político como alguien bajo sospecha permanente. Es injusto dar una imagen desdibujada de la convivencia cotidiana.
Tenemos mucho camino por recorrer: mejoras en las prestaciones sanitarias, desaparición de las barriadas de primera y de segunda, invertir e inventar ideas para sembrar progreso, posibilidades, acuerdos, inversiones y propuestas; convertirnos en un punto de referencia en el conjunto de la Nación.
Necesitamos a Europa, a Marruecos, hablar de las culturas, de la gastronomía, de los secretos escondidos en las tradiciones de la historia forjada en cada rincón tangible o intangible de la memoria.
Nos contempla la Mujer dormida, oteamos el Hacho entre dos mares, caminamos por los senderos para alcanzar el Desnarigado. Andando hacia el Tarajal la figura de un toro pétreo resiste los oleajes del levante y el poniente. Nos protegen las Murallas Reales, nos envuelven las impresionantes vistas desde los miradores repartidos por todos los puntos cardinales. La Casa de los Dragones, la Plaza de los, Reyes como punto de encuentro las playas de la Ribera, el Chorrillo, Benítez, el té de Benzú, el monte de la Tortuga. Todos ellos jalonan los paisajes urbanos y naturales de la geografía y nos ofrecen las señas de identidad que poseemos.
Llegué hace ya 19 años y cinco mil noches desde el Levante ilicitano y el Sur de Andalucia. Desde el barco grité en silencio la aventura de una nueva vida ¡¡TIERRA A LA VISTA!!
Ceuta es la patria de muchas patrias, aquí cabemos todos, como las muñecas rusas que encajan a la perfección.
Brindemos por Septem Nostra, levantemos las copas esta noche y prometamos los unos a los otros desplegar, a partir de mañana, los mejores años de nuestra vida.
El cañonazo de hoy nos recordará que faltan 12 horas para la cuenta atrás del 2021 y el principio del 2022.