El traslado de Cuba a España del dirigente de Nuevas Generaciones, Ángel Carromero, puso de manifiesto que la presión de unas autoridades puede servir para forzar decisiones rápidas cuando se trata de ayudar a un preso español que cumple condena en el extranjero. Carromero, que fue acusado de homicidio imprudente tras un accidente de tráfico que provocó el fallecimiento de dos personas, fue condenado a 4 años de prisión en Cuba. Pues bien, dos meses después, el Gobierno español conseguía, tras la firma de un expediente, su traslado a España.
El camionero jubilado Antonio García ni se llama Ángel ni nunca ha pertenecido a las bases de un partido político, pero está preso en Marruecos, condenado a la misma pena -4 años- por un delito de tráfico de drogas.
Fue detenido en abril del pasado año y tuvo que esperar hasta 8 meses en prisión preventiva para ser juzgado. El 13 de diciembre de 2012 -siete días después de que lo hiciera Carromero- se firmó su expediente de traslado a España. Éste todavía no se ha producido, a pesar de que se trata de una persona de edad, enfermo crónico de corazón y con diabetes. Gravemente enfermo comparte celda con otros 20 presos, alguno con tuberculosis. Para intentar forzar su traslado, un blog dedicado a la denuncia de estas injusticias, ha iniciado una campaña en la que realiza esta comparativa en el trato. “No deja de ser sorprendente la rapidez con la que se actuó con Carromero cuando decenas de presos en Marruecos y otros lugares del mundo siguen esperando, desde hace meses, a que alguien les dé una respuesta”, denuncian.
Si quiere conocer esta campaña puede hacerlo en http://carcelesmarruecos.blogspot.com.es/2013/06/todos-somos-iguales.html
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