“Tenía tantas ganas de irse que se ha montado en el autobús y ni me ha dado un beso”, se quejaba ayer una madre, sonriendo, frente a la sede de la Asamblea, el punto desde donde ayer partió el grupo que durante cinco días compartirá experiencia en el complejo rural ‘Miguel de Luque’. Hugo, Rubén, Marta, Guillermo, Lucía, Carmen, Saber, Sara... Y así hasta cincuenta jóvenes de entre 8 y 13 años que a primera hora de la tarde se agolpaban en la avenida Alcalde Sánchez Prado con sus maletas, mochilas y cantimploras. Todos identificados con una etiqueta naranja con sus nombres y atentos a las indicaciones de los monitores que, megáfono en mano, intentaban coordinar el arranque de la expedición.
El destino, hasta el próximo sábado, será el campamento organizado un año más por la Consejería de Juventud, Deporte, Turismo y Festejos a través de la Casa de la Juventud. “Ya llevamos muchas ediciones y el balance siempre es positivo. Se divierten y aprenden a trabajar en grupo y a relacionarse entre ellos”, destacaba ayer Antonio Muñoz, uno de los monitores, antes de subirse al autobús y poner rumbo al complejo de cabañas. En las labores de supervisión y animación estará arropado por Estefanía Rodríguez, Daniel Muñoz, Fran León, Marta Ortiz y Antonio Moreno, este último en funciones de apoyo. “Estamos con ellos cinco días, las 24 horas”, subrayaba.
“Hay ganas de salir, seguro que lo pasamos bien”, auguraba uno de los más pequeños junto a su maleta. “Creo que ha metido demasiadas cosas. Yo ya se lo he advertido, pero se ha querido llevar media casa para cinco días”, añadía el padre. “Me alegro porque van en grupo, con los amigos y seguro que conocerán a otros. Es bueno que estén unos días en medio de la naturaleza, que luego llega el invierno y es muy largo, todo el día en casa. Eso sí, yo aunque sea de lunes a sábado le voy a echar de menos”, confesaba la madre a sólo unos minutos de la despedida.
¿Y qué ha ideado la Casa de la Juventud para entretener al grupo? Como detallaban ayer los monitores, el campamento tiene previsto todo un planing de actividades para fomentar el ocio entre los pequeños, pero también para “difundir valores y actitudes como la solidaridad, la coeducación, la cooperación entre ellos, el trabajo en equipo o la autoestima”. Para llevarlo a la práctica, los coordinadores de la expedición pondrán en marcha talleres, actuaciones y actividades temáticas.
Para todos los gustos
La noche del jueves, por ejemplo, los jóvenes disfrutarán de una chocolatada. Es sólo un ejemplo de las actividades, que incluyen también una fiesta del agua, waterpolo, juegos en plena naturaleza, malabares o talleres de reciclaje. También habrá noches temáticas, como la dedicada al baile, con actuaciones protagonizadas por los distintos grupos, u otra en la que el denominador común será el cine de terror, aunque en versión infantil. Y a lo largo de las jornadas, actividades como el Buzón del amor, Piedra, Vampiro o El amigo sensible, en la que los integrantes del campamento cederán a sus compañeros aquellos objetos que hayan fabricado en los distintos talleres.
El colofón al campamento llegará con una gran gala en la que se expondrán todos los trabajos realizados a lo largo de los cinco días y los pequeños podrán poner en escena las actuaciones ensayadas previamente. No faltarán la elección de una miss y un míster del campamento ni la entrega de los premios naranja y limón, que distinguirán a los integrantes del grupo que hayan destacado por ser los “más dulces o más agrios”, como detallaba ayer uno de los monitores.
“Venga, que vais a estar cinco días sin padres”, ironizaba Antonio Muñoz, a través del megáfono, mientras los jóvenes comenzaban a subir al autobús. Un instante antes, habían posado para una imagen de grupo a la que se sumaron los padres. “El día 31, a las cinco de la tarde, los tenéis otra vez aquí”, recordaba.