La Consejería de Sanidad “estudia” paralizar el expediente que abrió hasta que concluya la investigación judicial
El Juzgado de Instrucción nº 6 ha pedido información a Ciudad y Colegio de Médicos
El campamento para niños diabéticos que la Ciudad Autónoma organizó por sexto año consecutivo durante los últimos días de septiembre de 2016 y más concretamente el servicio de control médico adjudicado al doctor Juan Antonio Márquez ha generado la apertura de diligencias por la vía penal.
El Juzgado de Instrucción número 6 de Ceuta lleva las riendas de una investigación que persigue esclarecer a instancias de las familias de los menores participantes si podría haberse producido un delito de imprudencia con resultado de lesiones (para lo que será determinante el análisis de los partes médicos aportados) u otro.
Según han informado fuentes judiciales, el Juzgado ha solicitado con el libramiento de los correspondientes oficios a la Ciudad Autónoma y al Colegio de Médicos que remitan los expedientes abiertos en octubre sobre el caso y ha ofrecido a los perjudicados que propongan acciones.
Al menos la Consejería de Sanidad ha atendido ya el requerimiento judicial y ahora, según han indicado fuentes del departamento que dirige Adela Nieto, estudia paralizar el expediente administrativo, que ayer cumplió cuatro meses exactos de tramitación y con el que ya se había avanzado hasta tener una propuesta de resolución y las alegaciones del doctor Márquez, hasta que concluya la instrucción judicial, tal y como se ha hecho también en casos de colisión similares como los relacionados con el incendio del Monte de la Tortuga causado por unos ejercicios de tiro militares.
El Tribunal Supremo viene reiteradamente declarando, según la magistrada Olga Álvarez, la “dificultad extrema” que plantea el problema de la responsabilidad médica por tratarse la medicina de “una ciencia por definición inexacta”.
Así, “lo que se incrimina y puede dar origen a la responsabilidad penal no son los errores de diagnóstico o de ejecución del acto médico debido, al no ser exigible la infalibilidad, siempre que no se aprecie una extrema gravedad atendiendo a las directrices que fija la doctrina científica” sino “la dejación de atenciones o comprobaciones sobre los que aquél ha de asentarse, cuando se acusa la omisión de medidas o prevenciones en relación al cuadro de exigencia básica comúnmente aceptada en el ejercicio y praxis de cualquier especialidad”.
Dos versiones La Asociación Ceutí de Diabetes exigió a la Consejería de Sanidad que “depurase responsabilidades” sobre los responsables del “desarrollo y organización” del campamento que para nueve niños con esa patología se celebró del 29 de septiembre al 2 de octubre en el Complejo Rural Miguel de Luque con el objetivo de “mejorar en el control de la enfermedad por medio de la formación diabetológica y el intercambio de experiencias”.
Según su criterio, no solo se “desoyó” su asesoramiento y su reivindicación de contratar “personal especializado en diabetes” sino que “se aconsejaron malas prácticas como no inyectarse insulina de acción lenta o hacer ejercicio para bajar los niveles”; “no hubo en ningún momento control de las raciones de la comida”; “se proporcionaron alimentos no adecuados como zumos azucarados y se dieron escasos alimentos saludables”; y “no se proporcionaron los controles adecuados durante las horas que tenían establecidas, ni las citadas inyecciones de insulina adecuadas o pautadas para cada persona”.
El doctor Márquez, adjudicatario de la supervisión médica del campamento por 2.700 euros, aseguró en un comunicado a los medios que “en ningún momento se atentó contra la vida de ningún niño ni se puso la vida de los mismo en peligro” y que “a ninguno de ellos se le tuvo que administrar medicación por vía venosa por estar en peligro su vida, sino que sólo se les administró su insulina correspondiente”.
“Somos humanitarios y nuestra labor consiste en salvaguardar la salud de nuestros pacientes y tratarlos; es una barbaridad”, rechazó, “que se diga que se puso en riesgo la vida de los niños”.
LAS CLAVES CampamentoNueve jóvenes diabéticos La Consejería de Sanidad organizó a finales de septiembre del año pasado por sexto ejercicio consecutivo un campamento para niños con diabetes en el marco del Programa de Diabetes que incluye el Plan de Salud desde 2009 . Asistieron 9 niños con edades comprendidas entre los 9 y los 15 años.
DenunciaFamilias y Asociación de Diabetes, alarmadas Las familias de los niños y la Asociación Ceutí de Diabetes denunciaron a la finalización de la iniciativa que en ella "los asistentes han aprendido conductas negativas para proceder con su enfermedad crónica".
EncontronazoEncuentro sin acuerdo Tras verse las caras con la Consejería como intermediaria, el doctor Márquez, adjudicatario de la supervisión médica del calendario, y las familias de los niños se cruzaron amenazas de demandas judiciales.
DefensaArgucia política El médico criticó que toda la polémica era "una argucia política" y anunció una demanda al portavoz del colectivo de familias negando ninguna negligencia.
Caballas pedirá responsabilidades al Gobierno por su “pasividad”
La coalición Caballas, que el año pasado ya formuló una interpelación en el Pleno sobre cómo respondería la Consejería de Sanidad a la controversia generada alrededor del campamento para niños diabéticos, volverá a llevar el asunto a la Cámara para “exigir responsabilidades” al Gobierno de Juan Vivas por “su pasividad y su inhibición”. Según lamentó ayer el diputado localista Juan Luis Aróstegui, “el Ejecutivo se comprometió a investigar y llegar hasta el final con un asunto muy grave y hasta la fecha lo único que sabemos es que hay un expediente que lleva cuatro meses abierto y que no se ha terminado de resolver no se sabe por qué razón mientras parece que se protege a un particular”.
Niveles de glucosa altos y alarmas
Según la Asociación Ceutí de Diabetes, "durante los días del campamento y posteriores” los niveles de glucosa de los niños participantes fueron “extraordinariamente altos en la mayoría de usuarios a niveles desde 200 hasta 501, frente a los recomendados entre 80-120". Incluso "hubo menores que tuvieron que inyectarse su tratamiento, insulinas de acción lenta, ocultándose de los facultativos por miedo a que se lo negaran". Los controles nocturnos para evitar hipoglucemias que deriven en comas "no se efectuaron en los tres días de campamento", cuando la guarda legal de los menores estaba en la Consejería de Sanidad y su personal, y "los asistentes aprendieron conductas negativas para proceder con su enfermedad crónica y desaprendido lo que desde los ámbitos sanitario y familiar se había conseguido educar", según su crónica de los hechos. El objetivo de la cita era que los niños “conviviesen con otros en sus mismas circunstancias, aprendiesen sobre su enfermedad, supiesen reaccionar ante casos de hipo e hiperglucemias y fuesen conscientes de que pueden realizar actividades igual que los niños sin diabetes, como por ejemplo, el ejercicio físico”.